1.- El día 3 de septiembre, el presidente Nicolás Maduro dio una clase magistral en la Academia Militar. Aquí, en toda la historia de América Latina, hemos tenido muy pocos presidentes capaces de articular sus acciones políticas en la dirección perfecta de los más sagrados intereses del pueblo, acosado por tan cruentos y bestiales enemigos: que hayan sabido dar lecciones de valor en medio de un cerco tan espantoso como el que padece Venezuela, en medio de una situación tan terrible en un asedio que ha superado al aplicado a Vietnam, Irak o Chile. Un Presidente, que ante mil adversidades, se desenvuelve con un conocimiento nada común de la historia, del arte militar, y además haciendo gala de una visión política envolvente, capaz de maniobrar ante ese atroz enemigo (monstruoso por el apoyo que recibe de los gringos y la Unión Europea -(OTAN)) para emprender asesinatos en masa de su pueblo, como lo es la oligarquía colombiana.
2.- Las palabras del Presidente Maduro en ese acto de celebración de los 209 años de la fundación de la Academia Militar, fueron sencillas, ejemplares y estratégicamente adecuadas tanto para el auditorio allí presente como para la audiencia internacional, ferozmente enemiga nuestra, que está a la caza de todos sus pasos para intentar destruirnos. Hizo hincapié el Presidente en el hecho significativo del desafío que representó la independencia de Venezuela a partir de 1810, cuando no teníamos prácticamente NADA, en medio de un bullir de temores, de vacilaciones y conflictos, que él llamó DEBATE, y que con aquella NADA aún así pudimos salir adelante y VENCER, destruyendo a uno de los imperios más poderosos de la tierra. Y liberando un continente todo. Situación bastante parecida a la que estamos sufriendo en este momento.
3.- ¡Quién podía imaginarlo! Un obrero, un conductor de autobuses que se formó en la dura lucha sindical dentro del Metro de Caracas. Un hombre que tuvo la fortuna de no haber sido dañado por el intelectualismo impotente, divagador, de los habladores de pasillo, de esa élite de profesionales o universitarios (¡SESUDOS!), de esa izquierda acomodaticia que vivía tumbando gobiernos desde los bares de Sabana Grande o desde los antros culturales que la propia derecha le acondicionaba. De esos sobadores de hombros y de palabritas destempladas cuando querían dárselas de temibles y bravos.
4.- En siendo asesinado el Comandante Chávez, los mil demonios y aquelarres se desataron contra Venezuela y los gringos con su caterva de canallas internos y socios del mundo declararon: “¡TENEMOS LISTO A ESTE OTRO ALLENDE!”, y se han estado yendo por un despeñadero. ¿Y con qué contaba el presidente Nicolás Maduro en horas tan terribles, poco después de ser asesinado Chávez? Pues, ¡CON SU LEGADO! Con sus consejos atesorados a su mando, con su experiencia que hubo de desplegar en medio de los terrores de la derecha siendo presidente de la AN, y luego como canciller de la república.
5.- Todavía se vive en nuestro medio el prejuicio pendejo de que se debe ser DOCTOR para ostentar “altos cargos”, cuando han sido precisamente casi todos los fulanos doctores quienes nos han puesto el país como la representación del palacio de Satanás. El peor de todos ellos fue doctor Rafael Caldera, el jesuita e hipócrita (redundantemente) el hermano “verde” del sinvergüenza “blanco” de Rómulo Betancourt.
6.- Veníamos de tener una avalancha de eminencias políticas, casi todas serviles a los colonizadores gringos y europeos. Y ha ocurrido un hecho singular extraordinario digno de ser analizado por nuestros auténticos investigadores: EL PRESIDENTE HA COLOCANDO AL PAÍS EN LOS QUE REALMENTE ES Y DEBE ENCONTRARSE, COMN TODA SU GENUINA FORTALEZA Y CAPACIDAD CREATIVA.
7.- Al frente de los opositores de Venezuela se encuentran los mismos realistas de siempre, los que ahora andan hipócrita y vilmente clamando porque nos den ayuda humanitaria. ¡Imagínense que Bolívar se hubiera puesto a pedirle entre 1812 a 1825 ayuda humanitaria al imperio francés o inglés! Bolívar tuvo que hacer solo, con sus propios soldados del pueblo la obra inmensa de darle libertad a todo un continente.
8.- Ahí está la lista de países irremediablemente destruidos gracias a la “ayuda y a la asistencia humanitaria del tipo que dan los gringos y los europeos” con millones de muertos en Irak, Libia, Afganistán, Siria, Colombia, México, Guatemala, Honduras, Perú, Paraguay, Haití…, y a casi todos los países africanos.
9.- Los mismísimos gringos que están locos por venir, y echarnos una mano... no quieren que ni por asomo vivamos nuestros propios sacrificios, ni mucho menos que pongamos a prueba nuestra resistencia sino que nos entreguemos como miserables peleles, cosa que a ellos les encanta de los que se le arrodillan.
10.- Ellos no quieren que vivamos nuestra propia EDAD MEDIA (como dijo en una ocasión Gabriel García Márquez) con todas las dificultades que implica, con todos los dolores y adversidades, traumas y tragedias necesarias o inevitables. No. Ellos quieren venir con sus linternas mágicas, lo he dicho mil veces, con sus luces criminales a “iluminarnos” y a volvernos destrozarnos en lo más íntimo pero a la vez diciendo que se trata de la mejor manera “salvarnos humanitariamente y ser eternamente democráticos y buenos como lo son ellos”. Se niegan a que podamos abrir los ojos. A que produzcamos, a que no necesitemos absolutamente nada de ellos. Eso es lo que le aterra, y estamos ya, afortunadamente en ese camino, gracias a Chávez y al Presidente Maduro.
