Condena militar a Rubén González

—Compai, ¿A los civiles no los juzgaban los civiles y a los militares los militares?

—En pasado parece que era eso o cuando les da la gana ahora.

Por hay existía un artículo en aquella que el difunto llamaba ridículamente «la niña» y que después estos convirtieron en «la carcamal» que decía algo sobre eso.

—Mire, compai, aquí esta la noticia y dice que es el artículo 49.

El cual parece que es cura, porque reza así: "toda persona tiene derecho a ser juzgada por sus jueces naturales en las jurisdicciones ordinarias o especiales, con las garantías establecidas en esta Constitución y en la ley".

—Eso es, como le dijo, en pasado.

Porque en la unión militar-cívico ese artículo se lo pasan por donde más les provoca.

Para eso es la tal unión esa, que si usted se pone cómico lo juzgan los militares y se acabo el pato y la guacharaca. Donde ante cualquier algarabía de algún civil, los militares le meten cuero burreao y pa´l pote directo.

Vaya entendiendo para que existe esa tal unión, eso es para que el civil esté bajo las ordenes y los dictados de los militares.

¿Por qué cómo es posible que pueda existir una unión de esa naturaleza?

Donde hay unos armados y otros desarmados. Todo el mundo sabe que el está armado lleva la ventaja de dominar y someter al otro. O es que nos vamos a caer a embustes.

Eso es un absurdo, por decir lo menos.

Eso es darle cancha libre al que está armado, ya que el otro está indefenso.

—Bueno, compai, fíjese que según la noticia al líder sindical Rubén González un tribunal militar le zampó 5 años y 9 meses de prisión.

—A lo mejor le hicieron un juicio de guerra o el hombre sería un miliciano.

—Cómo que juicio de guerra, si para empezar ese hombre según la foto parece ya de la tercera edad. Y que miliciano ni que ocho cuartos.

—A lo mejor a González le gustaba mucho votar por el difunto, y se había creído aquellos cuentos del proletariado y la lucha de la clase obrera.

—Sí, aquí dice que el hombre es un sindicalista de Ferrominera. Y parece que por ahí viene la culebra.

—Quién sabe a quién o qué verde molestó y lo mandaron a buscar. Así como manda el cooperante pelo: ¡me buscan a este y me lo meten preso!

Ese seguía creyendo en aquellos cuentos de la lucha obrera contra el capitalismo salvaje ¿No era así que decían el difunto y el chofer presidente?

—A lo mejor le pisó un cayo a quién no debía por esos lados. Y miré que los juzgaron los militares.

La noticia dice que "le fueron imputados tres cargos militares: ataque al centinela, ultraje al centinela y ultraje a la Fuerza Armada Nacional".

—¿Qué será eso de centinela? ¿Usted sabe?

—Por acá dice que "un centinela es un guardia o vigía militar emplazado en un puesto de observación para proteger un lugar, instalaciones, material o personas".

¿Quién sabe que le diría el sindicalista al guardia?

—¿Alguna mentada?

Eso no es pa´ tanto, porque por lo menos medio país ya estaría condenado y preso por eso.

¿Serán que las mentadas están prohibidas?

Y dígame usted ¿Cómo se pude ultrajar a la Fuerza Armada Nacional? A una institución de esa envergadura y talante.

Yo creo que más bien la «matraca» y el «bájese de la mula» diario eso sí debe ser un ultraje. O la tunda que le dieron al Capitán de Corbeta hasta dejarlo muerto eso debe ser un ultraje. O el in-trato humano que le han dado al General Baduel eso debe también ser otro ultraje.

Pero, bueno. El constitucionalista sabe-lo-todo lo sabrá.

—Según la noticia dice que los "defensores y compañeros del líder de trabajadores, consideran que el objetivo es sacarlo de la lucha sindical".

—Callarlo pues.

Que el cristiano tenga cuidado en la cárcel. ¡Ay mi Dios bendito!

—Lo agarraron cuando regresaba "de una marcha en Caracas donde se exigía respeto a las convenciones colectivas".

—Que se dejé de estar exigiendo tonterías, que ya con la caja CLAP es suficiente.

Será que González no habrá oído al ministro de pacotilla que dijo que «el venezolano está viviendo bien».

Y así es, como dijo el ministrillo. Ponga Venezolana de Televisión pa´ que usted se percate de que aquí todo el mundo está feliz y contento, viviendo sabroso y a gusto. A cuerpo de rey.

Mire que tengo que ir al Metro, lo dejo.

Y le dijo: Por ahora, apriete.



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Obed Delfín


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