Desasosiego político

—Compita, imagino que usted se fijó en no sé que isla del Caribe hicieron unos días de protestas y de una vez el gobernante renunció, cierto.

—Si me fije.

—Ahora fíjese, la gente aquí que llaman oposición tienen veinte años haciendo protestas y nada. Lo único que obtienen son muertos, decepciones y frustraciones.

¿Algo pasa aquí? Es rara la cosa.

—Es muy cierto lo que usted dice, y no solo cuando estaba el difunto sino en particular con éste, que es poco lo que sirve y ha esguarabelao lo que había.

—Poquísimo lo que sirve, diría yo.

¿Qué pasara con la oposición que no se le hace efectiva su acción? ¿Qué cree usted?

—Es bastante raro y creo difícil de explicar ese asunto. Pero yo como todo asomao tengo mis especulaciones al respecto.

—Dígamelas mientras esperamos aquí a que pase el aguacero, haber si en algo acierta.

—Lo dudo, pero vamos a empezar por esto. Cuando acá se dice oposición uno no sabe a qué se está refiriendo: si a los políticos contrarios al gobierno o a la masa de simpatizantes de estos políticos.

Por el contrario, cuando estaba el difunto era diferente, estaban los chavistas y estaba Chávez Frías, cierto.

—Muy cierto.

—Y a ese par de dos se les llamaba chavismo. Era claro que los chavistas eran los seguidores de Chávez Frías. Ahora siguen habiendo unos cuantos chavistas, huérfanos eso sí, porque murió quien era su líder.

Pero, si usted se fija bien no hay maduristas, solo hay Maduro Moros más solo que la una y que se ha beneficiado de los chavistas y el chavismo.

—Ganando indulgencia con escapulario ajeno.

—Así mismo.

Pero con la oposición no se distingue si se habla del político o de la masa de simpatizante. Se habla de manera indistinta para referirse a estos dos, no hay distinción. No hay lopecistas y López, o no hay machadistas y Machado, o no hay caprilistas y Capriles.

Y usted, que es un hombre culto, sabe que la especie humana como masa es bruta, es torpe, carece de inteligencia colectiva. De allí que siempre necesite de un líder y del liderazgo. Además, usted también sabe, que las sociedades son conservadoras y los individuos revolucionarios.

Esto generó una diferencia muy grande entre el accionar político, mientras vivió el difunto, entre chavistas y opositores. A los primeros, los mandaba el líder y estos hacían lo que éste les decía. Los segundos, al no tener un líder fuerte sus acciones han sido erráticas, aunque el objetivo estaba y está muy definido y claro.

Incluso, me atrevo a decirle, aunque se pueden molestar por esto, que las acciones de los opositores estaban influidas por el accionar del líder del chavismo. Las acciones de los opositores eran consecuencias o efectos causados por el hacer del líder chavista. Los opositores no tenían en sí su propia causa, sino que ésta le era ajena, pues provenía de Chávez Frías. Y creo que esto nunca lo entendieron, porque si lo hubiesen entendido su actuar hubiese sido diferente.

Recuerde, por ejemplo, la campaña presidencial entre Chávez Frías y Capriles Radonski; la campaña del segundo era un calco de la del primero. Causa-efecto.

—Esto último me parece cierto, se les nubló el entendimiento. Y de allí los escasos resultados políticos que lograron.

—Fíjese usted, que mientras más pujaba la oposición en contra de Chávez Frías la masa chavista más se adhería naturalmente al líder. Eso tampoco lo pudo entender el político opositor, en esto éste ha sido muy torpe. No ha tenido claridad conceptual, solo fue un actuar ciego hacia adelante. Como si fuesen bueyes, mucha fuerza pero poca visión política. Tal vez, por falta de formación política y mucha farándula por parte de ese político.

—¿Y qué pasa con este de ahora?

Porque como usted dice ese anda más solo que la una y no tiene a nadie que le haga cola.

—Usted dijo que ha ganado indulgencia con escapulario ajeno y eso es cierto, se ha beneficiado de los intereses que acumuló Chávez Frías y como todo usurero le ha sacado buen partido a los intereses. Porque él no ha hecho nada y me refiero a nada bueno.

Lo que ha hecho es aplicar la mentira y el terror en sus diferentes versiones para mantenerse en el poder, que es lo que le interesa.

—¿Y la oposición qué ha hecho?

—Esa es la pregunta de las treinta mil lochas.

Y aquí viene la otra pregunta: ¿De qué hablamos cuando hablamos de oposición? ¿Si del político opositor o de la masa simpatizante? Puede parecer tonto hablar de esto, pero es importante. Porque mientras la oposición siga siendo una masa indiferenciada entre político y simpatizante sus resultados serán deficientes; porque, le repito, la masa humana es torpe ya que carece de inteligencia colectiva. Necesita de un líder para que se genere esa diferencia.

Con los liderazgos personales se generaron los partidos políticos y éstos, en un momento dado, cumplían el rol del líder: Estaba COPEI y los copeyanos, AD y los adecos, el Partido comunista y los comunistas. ¿Lo ve?

—Más claro que el agua.

—Existe un Guaidó pero no hay guaidosianos, por decir una barbaridad.

Incluso los partidos de oposición no tienen seguidores, existen pero son solo nombres. Fíjese en esto, la masa de simpatizantes son opositores, pero no pertenecen ni les interesa pertenecer a un partido político. Esto es una característica muy particular, la falta del militante partidista. Existe la masa como un material en bruto y ésta tiene un objetivo, pero carece del líder que la conduzca.

En la política es fundamental el líder, aunque éste pueda aparecer en un momento puntual y desaparecer. Olvídese de esa mentira del liderazgo colectivo o que el líder no hace falta, eso es pura chapuza.

Ahora bien, eso también es efecto del liderazgo de Chávez Frías. El difunto se dedicó a eliminar cualquier posibilidad de algún naciente liderazgo. Por eso empezó a designar concejales, diputados, alcaldes, gobernadores, todo lo que se le ocurría y hasta al próximo presidente si él moría. Y para muestra un botón de lo que hizo.

Todo lo designaba él, aunque haciendo creer que era el pueblo el protagonista, pura demagogia del difunto. ¿Con qué fin?

Con el de preservarse en el poder, porque cualquier posible liderazgo resultaba un peligro latente para él. Acabó con la izquierda y con la derecha, con los políticos del chavismo y con los de la oposición, hasta con el queso que había en la mesa. Para muestra, en lo que quedó del chavismo lo que hay es puro monigote que no levanta cabeza para pararle píes a Maduro Moros. A conciencia, el difunto dejó maniatado todo el espectro político y eso hay que enderezarlo.

Esto produjo, primero, en los simpatizantes opositores el descreimiento en su hacer político. Por lo cual, en un momento dado empezaron a poner sus esperanzas en una fuerza externa que viniera a resolver los problemas que ellos no podían solucionar desde su perspectiva. Y creo que lo mismo les está pasando a los chavistas que han quedado en la cuneta. Hay mucho mirar hacia el horizonte con la esperanza de que alguien venga a zanjar lo que se debe resolver internamente y con los múltiples protagonistas.

Para terminar porque ya está pasando el aguacerito. Para mí lo que se sigue haciendo es lo mismo que se hacía mientras vivía el difunto, se actúa ciega e irreflexivamente. Falta cabeza política en los políticos y liderazgo en éstos. Además, la ciudadanía debe asumir el asunto político en verdad y no solo en marchas y concentraciones.

De ahí la necesidad de los cambios e intercambios del quehacer entre los diferentes componentes políticos que existen, que son muchos más que chavistas y oposición. Hay que romper la perversa tesis de la polaridad, porque le repito, hay mucha más gente interesada y preocupada por la política en Venezuela.

Creo que no le he respondido a su pregunta, pero ya dejó de llover.

Nos vemos luego.

Y le dijo: Por ahora, apriete.

 



 



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Obed Delfín


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