El madurismo ha impuesto el miedo en el país. Nadie habla, nadie se atreve

"…Rasgar un instante la tiniebla, fulgurar apenas sobre el abismo y tornar a perderme en el vacío"

Más allá de la polémica existente sobre la autoría de la hermosa carta atribuida al Libertador Simón Bolívar a su prima Fanny du Villar pocos días antes de su muerte, quisiera darla como cierta y extraer de su contenido estas líneas que, sin lugar a dudas, han sido escritas por un corazón bolivariano, y que hemos asimilado en el alma desde que la leímos por primera vez en la obra del Chino Valera Mora hasta escucharla declamada de memoria por el presidente Chávez, una y otra vez, siempre conmovido por la épica y vida del Padre de la Patria.

Estas líneas resumen la tragedia bolivariana de entonces, tras la muerte del Libertador y premonitoriamente la de ahora, doscientos años después, con la muerte del presidente Chávez.

El Chavismo se pierde en el abismo, sepultado por el madurismo que se yergue sobre las ruinas del proyecto bolivariano y de la patria toda. Aquí fue derrotada la V República y muchos todavía no se dan o no se quieren dar cuenta de ello, comenzando por el mismo PSUV, el que debería ser garante del curso revolucionario y sin embargo decidió hacer "lo que maduro diga".

Esto que tenemos en el país dista mucho de ser una revolución, ni siquiera puede decirse que sea un gobierno progresista, ni popular, ni nacionalista y mucho menos que sea chavista, ni socialista. Tampoco puede catalogarse como un buen gobierno de centro, socialdemócrata. Nada que pueda apoyarse y a lo que se le pueda seguir dando tiempo: es un gobierno de élites, muy autoritario y represivo, profundamente incapaz, que ha barrido con el legado del Presidente Chávez. Ha desmantelado nuestras Instituciones y conquistas económico-sociales para imponer, con violencia, un modelo económico que ha arruinado al país, tal y como lo demostramos con base en los mismos números del BCV. Sustentándose en la expoliación de nuestros recursos naturales, ha hecho al país más dependiente y sumido a nuestro pueblo en la miseria más espantosa, como nunca antes se había visto en el país. Este gobierno ha hecho retroceder a nuestro país a posiciones de subdesarrollo y pobreza que nos ubican a la cola del mundo, sin posibilidad alguna, siquiera de garantizar la supervivencia de su población, mucho menos de su desarrollo.

El último reporte de Agencia para Refugiados de las Naciones Unidas, la UNHCR y la OIM, la Organización Internacional para la Migración, indicaron en su último reporte que desde finales de 2015 a la fecha han salido del país cuatro millones (4.000.000) de venezolanos, en solo siete meses, desde noviembre 2018 a la fecha han salido del país un millón de venezolanos. La mayoría sale hacia Colombia (1,3 millones), Perú (768 mil), Chile (288 mil), Ecuador (263 mil), Brasil (168 mil), Argentina (130 mil), el resto hacia México, Centroamérica, el Caribe, EEUU y España, fundamentalmente.

Venezuela es hoy día un país en el que no se puede vivir. , del que sus jóvenes escapan, las familias se separan, y van quedando los ancianos y los niños. Lo hemos denunciado, hemos dicho "no te vayas", hemos denunciado el paso de los Andes, como el éxodo de un pueblo traicionado. Al madurismo sigue sin importarle. Usan la tragedia como propaganda cada vez que logran que algunos pocos vuelvan al país. Es el país del ministro de la manipulación y la mentira. Tratar de evadir la realidad en el mundo del twitter y sus "tendencias".

Por otra parte, en su último informe, la Organización de las Naciones Unidas para la Infancia, la UNICEF, señala que "alrededor de 3,2 millones de niños, es decir, 1 de cada 3, necesitan asistencia humanitaria" y señala que "la mortalidad infantil aumentó en un 50% entre 2014 y 2017". Además, reconoce los cientos de casos de enfermedades como la difteria y el sarampión, prácticamente erradicadas en Venezuela antes de Maduro, que atacan a nuestros niños. Estos números, que no encontraremos en ningún boletín del Ministerio de Salud, porque el gobierno ha prohibido emitir cualquier tipo de estadística, son una denuncia de la negligencia criminal del gobierno. Esto no se le puede achacar a ningún tipo de "bloqueo", sobre todo cuando toda su dirigencia está obesa y hace innumerables transacciones de todo tipo con el petróleo y el oro de todos los venezolanos, incluyendo esos niños.

Si a esto le sumamos las absurdas muertes de los niños con enfermedades de alto riesgo por no poder realizarse un trasplante de médula ósea, tratamientos que anteriormente realizábamos a través de la Fundación Simón Bolívar en CITGO y de los Convenios de PDVSA con Argentina e Italia, se demuestra claramente el absoluto desprecio por la vida de los más débiles, por parte de un gobierno que, simultáneamente, ordena gastar 50 millones de euros en uniformes militares.

Hoy día Venezuela es un país donde mueren sus niños, su futuro, lo más hermoso de la sociedad. Esto es una tragedia y una denuncia al mundo de la crueldad del gobierno, tal como lo indicamos en alguna oportunidad el madurismo, cual Herodes, acaba con los sueños de la Patria. ¡Qué diría Chávez de la tragedia que están viviendo sus niños de la patria!

Nada de esto resulta heroico: no hubo una Gran Guerra Patria, o una guerra contra el colonialismo, ni se combatió una invasión, ni hubo una guerra de liberación nacional, ni siquiera una revolución armada. Nada de esto se justifica.

El Chavismo le entregó al madurismo un país en marcha, una PDVSA fuerte, una producción de 3 millones de barriles día de petróleo, una economía en crecimiento, programas sociales en marcha, un país donde había gasolina, gas, electricidad, agua, comida; un salario mínimo mensual de 455 dólares, derechos laborales, prestaciones sociales; un pueblo movilizado, digno, orgulloso, solidario, alegre.

Nada de esto es por una causa suprema, al contrario, todos los días entregan la patria: entregan el petróleo, el gas, el Arco Minero, cedieron el Esequibo; entregan nuestros recursos minerales para que los privados, nacionales o extranjeros, saqueen el país. En todas partes se viola la ley, se destruye el ambiente, los derechos de los indígenas, de los campesinos, de los trabajadores.

Es inexcusable que algún revolucionario o bolivariano, y mucho menos que algún Chavista, civil o militar, apoye este desastre. Apoye este gobierno tiránico y anti popular ¿Qué cálculo político puede estar por encima de los principios e ideales? ¿Qué cálculo económico puede valer más que la soberanía del país y el bienestar del pueblo? ¿Cómo es posible que movimientos o partidos que se llaman revolucionarios, de izquierda, guarden silencio?

El llamado a la unidad, a la disciplina, conlleva a una pregunta inmediata: ¿la unidad boba? ¿la unidad para qué? ¿para seguir destruyendo el país y entregando la Patria? ¿Cuál disciplina es esa: la del silencio, la del miedo? ¿Acaso maduro es el dueño de este país? ¿Acaso esto es una monarquía, donde la familia real hace lo que le da la gana?

¿Que no queremos que la extrema derecha tome el poder? ¿Que nos invadan e intervengan? Nadie lo quiere y no lo permitiremos. Por ello mismo hay que salir de maduro urgentemente. Ha debilitado tanto la Patria, que la ha puesto en bandeja de plata para la extrema derecha y los intereses extranjeros. El gobierno ha demostrado no ser capaz de dirigir el país, ni proteger al pueblo. No tiene ni las ideas claras, ni la mínima noción de la magnitud del problema que confrontamos, de los peligros que nos acechan, los inmensos desafíos que tenemos hacia el futuro.

El gobierno no tiene razón alguna, nada por lo que valga la pena luchar, no emociona a nadie. Ha construido con recursos del Estado, extraídos en operaciones cambiarias fraudulentas de la Tesorería de la nación, del ministerio de Finanzas y PDVSA, toda una red de manipulación y mentiras, que impone un frío silencio a la realidad y solo repite una y otra vez las excusas y las consignas sin contenido alguno, sin dar una idea. Solo es lo que maduro diga y ya.

El madurismo ha impuesto el miedo en el país. Nadie habla, nadie se atreve. Algunos altos funcionarios, quienes después de tanto, finalmente se atreven a hacer tímidas cartas de renuncia a su puesto en el gobierno, son despachados con desprecio en acto público. Otros, cuadros de muchos años de experiencia política, guardan silencio, pasan agachados, se esconden en la silla, se refugian en su cargo.

Esto no tiene nada que ver con una revolución liberadora, participativa, protagónica, obrera, popular. Nada de eso. Nadie habla, nadie reclama, nadie se expresa. A los obreros los botan y ya. Les suspenden el sueldo, se los lleva el Sebin o el Digcim a los campesinos los matan los nuevos terratenientes, a los pobres en los barrios los mata el FAES o cualquier otro grupo paramilitar del madurismo.

¿Cómo es posible que personalidades o movimientos otrora defensores de los Derechos Humanos no digan nada de esto; de los presos comunes que mueren calcinados en su celda, del opositor que se despachan con un cohete o que cae de un décimo piso, o de los cientos de prisioneros-secuestrados políticos del Chavismo y la oposición, civiles o militares?

¿Saben qué? El daño que le ha hecho el madurismo a la causa del socialismo es profundo. El daño que le ha hecho al Chavismo y al mismo presidente Chávez es todavía indeterminado, pero ha sido una segunda muerte para el Comandante. Lo sabremos en la próxima oportunidad en que el pueblo se pueda expresar libremente.

Maduro podrá seguir ganando tiempo, negociando, entregando la patria y jugando al twiteer, pero le ha propinado una derrota estratégica a Chávez y la revolución. El madurismo, esa extraña y frágil amalgama de personajes que no son, ni nunca han sido revolucionarios, ni chavistas; ese grupo variopinto de oportunistas, arribistas, empresarios, militares de derecha, resentidos en contra del Comandante Chávez, gente a la que él hizo a un lado en su momento, gente que incluso lo adversó abiertamente, quedará en el basurero de la historia como responsables de esta tragedia.

Sin embargo ese momento en que el Comandante Chávez, como indica la frase atribuida a Bolívar, pudo "… rasgar un instante la tiniebla, fulgurar apenas sobre el abismo, …" está allí en el corazón del pueblo humilde, hoy fuera de la Patria o nuevamente sepultado en las catacumbas. El campo Chavista, Bolivariano, revolucionario, debe recomponerse, reagruparse. Volver a Chávez, al pueblo, al socialismo, sin dobleces, sin excusas.

Nosotros, hombres y mujeres del pueblo, militantes de la Esperanza, de la Patria, seguiremos dando la batalla, la pelea por el futuro, con todos aquellos a los que les duela Venezuela, estos niños, los que aún sean capaces de indignarse ante la injusticia, de pensar, por encima de todo, en el ser humano y el derecho de vivir bien, a vivir en paz.



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Rafael Ramírez Carreño

Ingeniero y político venezolano. Ex-embajador de la República Bolivariana de Venezuela ante la ONU. Ex-ministro de Energía y Minas y expresidente de empresa pública Petróleos de Venezuela, S.A. (PDVSA) hasta el año 2014. Militante Revolucionario, Chavista y Bolivariano.

 @RRamirezVE

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