Acomodados y políticos

—Profesor, cómo está usted. Mire le quería comentar algo, usted que tiene cuatro o cinco doctorados y varios libros publicados. Usted se ha fijao que acostumbrarse a lo fácil en la política cómo que no cuesta mucho. Los acomodaos lo hacen sin mayor disgusto, le queda fácil la cosa.

—Es que parece que hacer eso que usted dice como que da prestigio, claro un prestigio sacado de la nada.

Fíjese en la actualidad política. Los acomodados están muy a gusto. Usted cree que esos van a querer que algo cambie, por supuesto que no. Para ellos es beneficioso que todo siga igual a como está, dicen todo está bien. El acomodado lo que hace es darle cabida a lo que a él le viene en bien a sus intereses, sin importarle nada más. Y lo que habla son falsedades políticas como si eso fuese algo verdadero.

—En esta época, y en la pasada también, ha habido mucho acostumbrao a vivir de los demás. Todo está hecho para que nada funcione, porque de allí es donde sacan sus ganancias los mal ávidos.

Por eso es que los políticos quieren que todos estemos achantaos, tragándonos el cuento de la plenitud patriótica y de la grandeza histórica. Puro bembeteo. Así se han boleao ellos solos.

—Lo que hacen es propaganda de lo bien que estamos o que vamos a estar en el futuro. Pero eso es pura mentira. Eso que hacen no es saludable, porque es engañar a la gente. Esos políticos y los acomodados son gente toxica. Entiende

—Más o menos.

—Para donde usted mire lo que ve es deterioro político, social y cultural. Todo está en sombra, los únicos que están bien son ellos. Entienda usted que no son los que llaman enchufados, porque esos son unos asalariados. El acomodado es el que está haciendo riqueza con el despilfarro de la nación, como si los dineros públicos fuesen de ellos. Nunca comentan nada de todo este desorden que hay porque le conviene.

Las tonterías que hacen las quieren vender como una hazaña, pero eso son falsos logros que solo ocultan la bancarrota en que está el país.

—Eso es verdad. Todo está abandonao.

—Todo es una desidia planificada.

—Lo tienen a uno de coleto. La que aplican los chavecos es la mentira para tenerlo a uno de cachifo.

—Lo que tratan de generalizar es el acostumbramiento social y político, hacer ver que eso algo natural. Que así pasa en todo el mundo.

Lo que aplican es un mecanismo de corrupción para que la gente se vuelva corrupta espiritual y físicamente. Por eso mientras persista este acostumbramiento cada uno permanece enganchado a esa dinámica perversa que se ha hecho colectiva.

—Eso es muy cierto. La gente se acostumbra a los apagones, a que los niños mueran en los hospitales, a la desnutrición generalizada y para usted de contar.

—La gente la tienen maniatada, no se le permite hacer nada por sí misma. Todo tienen decírselo según lo que mande el partido. Ya las personas no son autores de sus propios actos, se ha fijado en eso.

Lo que hay es el repetir de lo mismo. No hay personalidad propia, ésta le pertenece a lo político y se mimetizada con un colectivo ficticio. Por eso todo el mundo anda descarriado

—Palabra muy cierta lo que usted ha dicho.

—Todos repiten el mismo discurso como si fuese un solo pensamiento. Incluso ya se tienen los mismos recuerdos, los mismos deseos, hasta las mismas emociones. Qué le parece.

Por eso es que todo el mundo parece una marioneta. Todas las personas parecen ser lo mismo. Menos los políticos y los acomodados, esos sí se diferencian por el rango, el oficio y cuánto tienen de haber robado.

—Pero le dijo una cosa, el dominó ya está trancao.

—Cierto. Y aunque la gente aparentemente se haya acostumbrado a tanta vagabundería siempre está inconforme, y eso se da porque cada uno tiene un sentimiento de impotencia que le viene de su personalidad.

Porque el político y el acomodado creen que la gente es una cosa, que siempre pueden tener sometida.

—Estos zagaletones pretenden tener un rebaño de despistados. Esos catanares políticos pretenden que todos seamos lo mismo.

—Un colectivo sin individualidad. Pero aunque la gente se sienta parte de un grupo, se va separando de éste para conquistar lo que ella desea, que no es lo mismo para todos.

—Precisamente esto es lo que no quieren estos manipuladores. Lo que quieren es que todos seamos cortados con el mismo patrón, eso es lo que pretenden.

—Que haya el carácter de la divergencia. Por eso cada uno debe descubrir su individualidad, y esto pasa en la medida que persona se da cuenta que lo están manipulando con esa falsa colectividad. Ahí es cuando cada individuo rechaza ese acostumbramiento político.

—Uno no puede vivir sometido toda la vida.

Uno debe plantar cara contra esa falsa política, porque el político y el acomodao solo hacen uso de uno. ¡Dígalo ahí!

—Hace unos de un repertorio de malas creencias. Por eso hay que darle la espalda a toda esa dañina y falsa doctrina, repudiarla porque es impuesta; y en su lugar aspirar a producir un pensar con contenido propio.

—Como usted lo ha dicho es.

—Hay que deslastrarse de toda esa manipulación que quiere que uno viva de falsas creencias. Uno tiene que tener su propia reflexión y su propio razonamiento. Recuerde que los políticos y los acomodaos solo funcionan en la falsedad. Por eso uno tiene estar contra esa artificialidad e imponer ante ella su carácter.

Pensar diferente a ellos le gana terreno a lo falso y esto se convierte en una lucha contra los enemigos de la realidad; los cuales nos quieren imponer lo falso. Hay que repudiarlos para poder reconstruir un mundo diferente, poner el empeño para lograr algo distinto.

—Yo por eso veo, que la gente se quiere deshacer de todos esos bicharrangos políticos y acomodaos.

—Para eso hay que quitarle la máscara a esa mentira conformista. A esta mentira política que nos han hecho creer como una verdad. Porque el acostumbramiento ha producido lo degenerado como si fuese la realidad en que debemos vivir los ciudadanos.

—Muchas gracias profesor, dios me le pague.

Y le dijo una cosa. Por ahora, apriete.



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Obed Delfín


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