Bota humanitaria

La mayoría de las ONG internacionales llamadas independientes, reciben fondos oficiales. Muchas de ellas están controladas total o parcialmente por los gobiernos subsidiarios, pero otras disponen de patrimonio económico propio y autonomía financiera para sostener sus programas sin depender de apoyo ni directrices políticas externas.

El último capital públicamente registrado por WorldVision, -con sede en Washington, considerada la mayor organización cristiana humanitaria del mundo-, fue de 900 millones de dólares. Es la principal distribuidora del Programa Mundial de Alimentos de la ONU y entregó en 2016 más de 145.000 toneladas de comida a casi tres docenas de países.

Oxfam International, con sede en Inglaterra, publicó más de 700 millones de dólares en gastos humanitarios y articula una confederación de otras 13 grandes organizaciones que combaten el hambre y la deuda de los países en desarrollo.

Médicos Sin Fronteras, (sede principal en Ginebra) con gran experiencia en escenarios de confrontación política y militar, rebasó los 770 millones de presupuesto propio, y desde 1971 sirve a enfermos, heridos y malnutridos en más de 90 países.

Solo estas tres ONG han manejado no menos de 2.000 millones de dólares de patrimonio económico propio que superanmás de 200 vecesel monto de la ayuda humanitaria asignados a Colombia en febrero pasado por EEUU, Reino Unido, Alemania, Unión Europea, Canadá, Países Bajos y organismos multilateralespara ayuda humanitaria con destino a Venezuela.

Ayuda humanitaria con su permiso o sin su permiso

¿Fue casual que las principales ONG independientes del mundo no participaron en la jornada humanitaria de febrero en la frontera colombo-venezolana, convocada por Estados Unidos y el Grupo de Lima, bajo el liderazgo de la ONG gubernamental USAID, visible activista opositora en los países llamados hostiles por Estados Unidos?

La respuesta hay que buscarla en la neutralidad política y autonomía de acción de la Cruz Roja Internacional y las ONG independientes, que tienen por norma no intervenir en acciones de ayuda humanitaria sin previa autorización de los gobiernos receptores, requisito claramente incumplido en el caso venezolano, al menos oficialmente.

Hasta el observador más desprevenido coincide con los analistas independientes en que la neutralidad política de la Cruz Roja Internacional fue determinante para que no se multiplicara el pequeño foco de violencia cívico-militar surgido en la frontera común. Una hipótesis nada ingenua sugiere que la eventual salida del presidente Maduro no habría dependido de la ayuda humanitaria sino de una cadena de eventos fronterizos que conducirían a su renuncia o derrocamiento. Según esta tesis, el eventual cambio de Gobierno no iba a ser –como se ha dicho- producto de una acción cívico-militar interna con predominante apoyo extranjero, sino de una acción cívico-militar extranjera con predominante apoyo interno. La diferencia entre una cosa y otra es significativa. No es igual que el protagonismo del golpe le corresponda a Estados Unidos y no a los venezolanos.

Respuestas ocultas,

verdades explosivas

Las hipótesis han generado en la comunidad democrática mundial una serie de interrogantes no respondidas sobre la transparenciade los objetivos y los intereses en juego:¿La ayuda humanitaria era imprescindible por sí misma, o porque formaba parte del cambio de Gobierno propuesto por el presidente Trump y la oposicióninternacional? Ante la permanencia del presidente Maduro en el poder y la ayuda humanitaria fronteriza convertida en una burbuja publicitaria de Estados Unidos, es difícil responder afirmativamente ambas preguntas. ¿Qué hay detrás? Como afirma el New York Times, ¿la ayuda humanitaria es un "arma política"?

Además la confrontación Caracas-Bogotá-Washington abarca otras expectativas también serias: el rumbo hasta ahora indefinido de las conversaciones entre Rusia, China y Estados Unidos en la ONU sobre Venezuela también es crucial para el frágil equilibrio entre las potencias. ¿Se impondrá la fuerza del veto o del diálogoen la ONU contra la voluntad unilateral o multilateral de Estados Unidos? Y en el continente, vamos irremediablemente hacia la consolidación de dos bloques antagónicos, ambos tutelados por potencias mundiales? Y sobre todo, ¿hasta dónde es posible seguir tensando la cuerda sin que se rompa?



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