Las tierras reencontradas por la nueva mafia capitalista

Era el año 95 cuando comienza la rebelión minera contra las transnacionales. Formándose (ya fueron entre los primeros a alzarse abriendo una Buena historia la historia del oro en Venezuela) lo que terminó siendo en los próximos cinco años la comuna minera de Nuevo Callao. Con cerca de tres mil mineros trabajando cooperativamente en esta vasta mina a unos cincuenta km de Tumeremo. Esta fue la primera gesta minera que cambiará por completo una historia que continua su lucha hoy en día en sus momentos más difíciles y contradictorios de su historia.

Nuevo Callao se convierte en sus cortos años como comuna en un ejemplo de autogobierno minero donde el aporte de las cooperativas permitió formar un bello pueblo ordenado, con plaza y a punto de tener su propia escuela para los abundantes niños que vivían ya en el lugar. Sus líderes no eran otra cosa que unos mineros mas donde la disciplina y la honestidad en el resumen y venta del material producido fue una regla que dio ejemplo por muchos años funcionando perfectamente (oro que se vendía a compradores que en la región misma vendían a los banjos nacionales) El orden después de las duras peleas con la transnacional inglesa (propiedad de la reina por cierto) no era de Estado, era un orden de trabajadores y trabajadoras que fue un ejemplo de la fuerza de una colectividad en rebelión. Aunque el Estado defendía el orden feudal y dependiente a estas transnacionales no pudo por un buen tiempo contra esta rebelión políticamente clara y sin nada que ver con ambiciones burocráticas. Sería un movimiento de antesala a lo que luego se llamaría revolución Bolivariana.  Nombre que por cierto ya perdió su fuerza y grandeza inicial. Los mineros hartos de la explotación y tratamiento despótico de la transnacional inglesa (tratándose de nuestras propias tierras) se alzan comenzando un proceso de rebelión que se extenderá por diez años al menos hasta la salida de lo que se llamó la "mafia rusa" y la promoción de la ley de nacionalización del oro en el 2011 que acabo con el método feudal de concesiones y abre un camino posible para una auténtica socialización de la actividad minera integral, donde este presente la agrominería y la recomposición de cuencas, rios y tierras destruidos por el modo feudal de explotación

Pero esta rebelión tan ejemplar en sus primeros momentos a la final fracasa en lo esencial.  La llegada de las mafias terrícolas, su fusión con la Guardia Nacional y finalmente el bandidaje armado también ligado a las fuerzas de seguridad convierten el territorio en el preludio de una guerra civil, o modo original de apropiación obligado por las buenas facturas mafiosas del capitalismo actual. Se trata de una  lucha por la tierra o la riqueza de su subsuelo. que se incrementa en la medida en que fue subiendo el precio del oro. (parte de la crisis de las monedas fidusuarias en particular el dólar que revienta en el 2008). Esto va absorbiendo cada vez más poblaciones repartidas entre la miseria de nuestro país y el resto del continente principalmente Brasil y Colombia.

El llamado decreto del Arco Minero (que ha podido ser una política perfectamente viable y no simplemente extractiva) a la final ha sido un mecanismo para darle legalidad a la situación mercenaria que se ha creado. Como estrategia de un Estado socializante en combinación con las grandes transnacionales mineras es un formato viable en favor de la nación incluso de su biodiversidad. Un intercambio de riqueza y tecnología bajo el control de los trabajadores y el Estado. Pero el devenir de todo esto ha sido muy distinto. Los contratos transnacionales (contratos leoninos  como el ejecutado con la Gold Reserve) quedan en sus manos (además de los dos mil millones que se les acepto como deuda) y no se completarán mientras la situación país y el bloqueo internacional continúe. Y mientras el ministerio en correspondencia con todo tipo de mafias las favorece en sus asociaciones dejando al pisatario de años de trabajo y verdaderas comunidades mineras hijas de todo el proceso de rebelión, contra la pared. Obligadas a pagos por informes de explotación, procesos de los mismos, informes ambientales, imposibles. Y sin tener el más mínimo apoyo donde el Estado siempre saldrá ganando por la cuota de 45% que obtendrá gratis, si en tres meses no comienzan la producción de lleno se le quita la concesión de la tierra y los espacios -de alrededor de 25 hectáreas para la pequeña minería- acabándose el contrato de Asociación con el Estado.

Se trata en este caso a una estafa al trabajo que en estos momentos deja no menos de veinte toneladas de oro al Estado por año siendo el minero el mismo explotado desde que comenzó su rebelión, haciendo de ellas los cabecillas del gobierno sus respectivos ministerios y el Banco Central un negocio perfecto para países y contrabandistas de su misma cuña. Es la jugarreta mafiosa que hace llave con el gobierno fascista turco de Erdogan, quien cambia oro por productos bajo el intermedio de los grandes saqueadores de ambos paises (nunca sera tarde volver a leer el discurso del Che en Argel donde presagiaba esta realidad frente a la misma URSS y el intercambio desigual entre los propios países dichos socialistas).

Ahora ahogados por el bloqueo imperialista de Trump y europeos ésta llave mafiosa se hace mucho más intensa dejándole su parte al Estado y las tribus multimillonarias, civiles y militares que lo sostienen. Más de veinte plantas de cianurización y todo el veneno que reparten han sido compradas por el Estado la mayoría de ellas en manos de militares o sus testaferros. Es una situación que perdurara mientras no reviente una rebelión que ya no basta que comprometa al pueblo minero sino indígenas y organizaciones - que más allá del ecologismo- defiendan nuestra tierra en todos sus aspectos y componentes de riqueza y supervivencia humana.

Ahora esta no es una realidad que se juega entre los límites de un Estado-nación en que vivimos. Es el retrato de una combinación perfecta entre capitalismo financiero - manejado por la manipulación bancaria y virtual del dinero- y el saqueo de tierras que es su soporte real, el único que le queda antes de disolverse por sí mismo. La combinación entre capitales narcotraficantes, capitales mafiosos ligados a minerales escasos y conversión en todo tráfico monetario , es un mismo juego perverso del capitalismo de hoy que por lo general revienta en confrontaciones de sangre ligadas a la degeneración que en algún momento hizo de suyo el ideal llamado democrático y hasta socialista. El proyecto minero tan espléndidamente comenzado por la misma masa obrera es hoy un caos sin verdaderos dirigentes que no sean otra herramienta más del Estado mafioso, que lo hace más perverso con la incorporación del coltán diamante y minerales de alto contenido radioactivo y de superconducción electrónica, sumado a un entuerto político realmente aberrante como el que vivimos. Los Estados consulares como el nuestro hoy en día (cualquiera que sea la potencia favorecida) terminan siendo dispositivos de un gran fraude internacional. Quedará la historia por venir a comentar donde y cuando comienza esta historia. Mientras aunque parezca mentira nos abogamos en nuestra propia riqueza, dentro de un esquema mucho más sangriento y empobrecedor que el comienzo de la era petrolera. El dilema rebelde sigue en pie pero con mucha más intensidad que hace veinte años.
 



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Roland Denis

Luchador popular revolucionario de larga trayectoria en la izquierda venezolana. Graduado en Filosofía en la UCV. Fue viceministro de Planificación y Desarrollo entre 2002 y 2003. En lo 80s militó en el movimiento La Desobediencia y luego en el Proyecto Nuestramerica / Movimiento 13 de Abril. Es autor de los libros Los Fabricantes de la Rebelión (2001) y Las Tres Repúblicas (2012).

 jansamcar@gmail.com

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