Carta al Presidente Nicolás Maduro

Análisis y Propuestas sobre la Situación Fronteriza en Táchira

Rubio, estado Táchira, 12 de marzo de 2019

Ciudadano:

Nicolás Maduro Moros

Presidente de la República Bolivariana de Venezuela

Presente.-

 

Apreciado Camarada, permítame llamarlo de esa manera, ya que no puedo llamarlo de otra sí pienso como Usted, con los ideales que nos legó nuestro querido Comandante Invencible. Me tomo la libertad de escribirle estas líneas motivado a la grave crisis que estamos padeciendo los habitantes de la frontera, por el despreciable deterioro de la calidad de vida, por la constante y permanente depreciación de nuestra moneda frente al peso colombiano y el “bachaquerismo” galopante en nuestra región.

Cuando inicié la escritura de estas líneas acababan de pasar los hechos de la supuesta ayuda humanitaria en la frontera con Colombia, sin imaginarme que se avecinaba un tormentoso episodio con un gran apagón eléctrico nacional, producto de sucesivos ataques al Sistema Eléctrico Nacional (SEN), el cual transcurrió en una tensa calma a pesar de los constantes llamados de la derecha liderada por el párroco de la iglesia, quién a golpe de tañidos de campana medio convocó una media marcha que en esta región hasta hace poco eran muy concurridas. Sobre el sabotaje eléctrico nacional poco opinaré en este momento, ya que los acontecimientos aun se encuentran en pleno desarrollo, tan sólo agregaré que las máscaras continúan cayendo y descubriendo la potencialidad de maldad de la derecha, despreciando incluso a amplios sectores de su propia militancia.

Continuando la reflexión que realizaba antes del apagón eléctrico, concluía que el movimiento Chavista venezolano ha llegado a una encrucijada: Permite que la derecha internacional liderada por las élites de Estados Unidos tome el control del territorio nacional y con éste todas las riquezas mineras y ambientales de Venezuela o lucha por defenderlas. El Presidente de los Estados Unidos, Donald Trump a pasado a la ofensiva a través de su lacayo Juan Guaidó en el presente año con varios frentes de ataque. El primero con sanciones económicas, luego la destrucción de la economía nacional con el ataque al signo monetario usando “dólar today”, preparando el terreno para la invasión de fuerzas conjuntas a traves de la OEA. Intentaron penetrar al territorio nacional desde diversos paises, el primero y mayor artero ataque desde Cúcuta, Colombia. Pensaron que iba a ser fácil y sencillamente porque se presentaban las fuerzas imperiales con una supuesta ayuda humanitaria, entrarían como vencedores y serían aclamados, tal cual presentan en sus burdas películas. No contaron con la respuesta del pueblo revolucionario, que apoyando a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana desbarataría el plan contrarevolucionario de Juan Guaidó, quienes pasando de la defensiva en los puentes fronterizos, pasaron a la ofensiva, con el uso proporcional de la fuerza. Pensaron que con los 10.000 atacantes, que lograron concentrar, con piedras y bombas incendiarias romperían las barricadas defensivas de la fuerza pública, pero ante la respuesta del pueblo con las mismas piedras, situación que nunca se plantearon fuese a ocurrir, tuvieron que asumir la retirada. También intentaron comprar a efectivos militares y policiales, logrando convencer a 109 efectivos de baja jerarquía con la promesa de pagos de 20.000 dolares americanos. Los efectivos que se pasaron al lado colombiano los recibieron como heroes pero una semana después pasaron al olvido y se convirtieron en una carga y en el ostracismo cayeron, hoy vagan por tierras extrañas sin Patria y en la miseria ante el incumplimiento de las promesas de riquezas rápidas, incomunicados se encuentran en Colombia y con el desprecio de sus antiguos compañeros fueron degradados y expulsados de la FANB y Cuerpos policiales respectivamente.

La revolución venezolana condujo a la victoria con las masas en la calle. Cientos de compatriotas nos apostarmos en los diferentes puentes internacionales que comunican con Colombia, se sabía que todos los ataques de los reaccionarios, tanto internamente como desde el extranjero debían y tenían que ser vencidos y podrían ser derrotados. Cabeza fría, nervios de acero, máxima conciencia revolucionaria, calma y cordura nos pidió el Presidente Nicolás Maduro cuando aparecieron en el horizonte los primeros nubarrones oscuros, eso es un fenómeno temporal, nos indicó, que la oscuridad pasaría pronto y saldría el sol, que la presión del tiempo estaba en contra de ellos y la unidad revolucionaria nos conduciría a la victoria, completó Diosdado Cabello.

Cuando la pandilla de Juan Guaidó desencadenó el ataque a los puentes de San Antonio y Ureña, pensaron que se desataría una guerra contrarevolucionaria de amplitud nacional, creyeron que podían reunir 500.000 combatientes del lado colombiano y no llegaron a 15.000 participantes venezolanos en el concierto programado para ese fin (el de concentrar 500.000 personas) de los cuales muchos sólo asistieron por el hecho meramente farandulero, incluso con niños, sin importarle la convocatoria de la supuesta ayuda humanitaria. Creían que les bastarían 30 días para derrotar las fuerzas chavistas, calcularon que con la promesa de pagos en dolares las tropas se pasarían masívamente al otro bando, como ocurrió en Siria, que contarían con tropas mercenarias paramilitares para el control de la retaguardia, o sea una fuerza militar de un millón de combatientes. Con esa ofensiva pensaban controlar rápidamente las grandes ciudades, que tendrían bajo su control a los treinta millones de venezolanos y venezolanas que junto a los migrantes de otras latitudes habitamos Venezuela, contaban con la inmensa ayuda militar y financiera del gobierno de los Estados Unidos, también pensaron que las fuerzas chavistas estaban agotadas después de largos ataques a la economía nacional y que tendrían poca capacidad de convocatoria ante la amenaza de las tropas y armamento del mismo imperio.

Haciendo caso omiso a los deseos de paz del pueblo venezolano, la pandilla de Juan Guaidó continúa haciendo llamados a la guerra sin darse cuenta de lo impopular de su aventura, que la superioridad económica y militar de Estados Unidos es subjetiva y que la guerra que libran las fuerzas revolucionarias se ganará indefectiblemente con el apoyo de todo el pueblo. El tiempo nos dará la razón.

Es necesario tomar la ofensiva, ya basta de estarnos defendiendo de los ataques de la derecha, ahora la guerra no se desarrolla en campos de batalla convencionales, sino en los campos económicos dominados por el capitalismo, por eso debemos golpearlos donde más les duela y debe ser en su talón de aquiles: el narcotráfico. Todos sabemos que Estados Unidos es el primer consumidor de drogas del planeta y que Colombia es su principal proveedor. También sabemos que para producir la cocaina se requiere de solventes y que el principal solvente utilizado es la gasolina y que para procesar un kilogramo de pasta de coca se requieren 40 litros de gasolina. Igualmente sabemos que la principal fuente de abastecimiento de gasolina para el narcotráfico es el contrabando desde Venezuela, donde la gasolina es gratuita. Permítame preguntar: ¿Qué pasaría con el precio de la droga si la gasolina en Venezuela sube al precio internacional? La respuesta es muy sencilla: el precio se dispararía generando un caos interno en la economía de esos mercados (Colombia y Estados Unidos).

Esta acción marcaría un viraje en la historia, la rueda de la revolución avanzaría por el camino de la victoria haciendo retroceder a la contrarevolución del imperialismo y sus lacayos. Para esa acción es necesario prepararse para los coletazos de una fiera herida, reforzando el poder adquisitivo del pueblo y para ello es necesario que cada ciudadano registrado en el sistema Carnet de la Patria reciba un subsidio de transporte para combustible, tenga o no tenga vehículo, equivalente a un número de litros que permitan circular durante el mes bajo una situación de ahorro y previsión que podría oscilar entre 50 a 150 litros por mes, de acuerdo a estudios más ponderados. ¿Para qué subsidiar con el sistema actual el 100% del precio de los combustibles?, si estos terminan allende la frontera beneficiando a enemigos históricos de la revolución venezolana: la derecha colombiana, las mafias de los pimpineros, los paramilitares, el narcotráfico y hasta el estado colombiano que exporta gasolina venezolana como si fuese producida en Colombia.

Es necesario que nuestros efectivos militares y policiales que custodian las fronteras reciban un salario ejemplar, que sea lo suficientemente para una vida cómoda y austera, sin penurias o necesidades extremas. Una política de bonos para los funcionarios de todos los organismos en frontera, similar a los subsidios de transporte, para motivar su comportamiento ejemplar y a su vez establecer parámetros de exigencia. Que valga la pena tener motivos por los cuales, además del sentido ético y patrio, luchar y cuidar.

Por otra parte, entre los principales problemas que enfrentamos en el Táchira se encuentran: La fuga de dinero en efectivo, bachaqueo de todo tipo de mercancías, medicamentos, alimentos, materias primas, chatarra, cables de cobre (nuevos, usados, robados, troceados, fundidos, etc), combustibles (gasolina, diesel y gas doméstico) en gran cantidad y lubricantes. Es tal la situación que es necesario dedicar 4 ó 5 horas para adquirir uno o dos productos de la cesta básica, peor aún ocurre para abastecerse de combustible, ya que las colas de vehículos permanecen varios días en espera de la llegada de la gasolina, lo que incide directamente en el ánimo de la población, reflejado en el resultado de las elecciones en este estado donde en las regionales, la candidata adeca obtuvo 2 votos por cada voto de Vielma Mora.

Para determinar las causas que originan estos hechos podemos encontrar principalmente la NECESIDAD EN COLOMBIA DE COMBUSTIBLE VENEZOLANO, lo que ha originado un entramado de sociedades ocultas entre el gobierno colombiano que decreta la autorización de libre cambio de divisas en la frontera con Venezuela, el paramilitarismo y narcotráfico que controlan casas de cambio, tráfico de combustibles e imponen por la fuerza su “autoridad” en la frontera, incluso en complicidad con algunas autoridades venezolanas, para poder trasladar todo lo mencionado hasta territorio colombiano.

El tráfico de combustible hacia Colombia, por ejemplo, cuenta con numerosas artimañas, entre algunas, podemos mecionar que muchas personas, algunos muy jovenes, se dedican a llevar combustible en mulas, las cuales entrenan para que se “conduzcan” solas y lleguen a determinado punto en territorio colombiano. Otra modalidad es colocar una manguera, la cual por gravedad llevaría el combustible hasta territorio colombiano. Los transportistas de carga pesada y del servicio público de transporte de pasajeros, no quieren prestar su servicio porque le es más “rentable” bachaquear el combustible que trabajar con su vehículo, actualmente les pagan por cada 20 lts la cantidad de 40.000 pesos colombianos y así no hay otro incentivo que los obligue a trabajar.

Igualmente ocurre con el grueso de la población, nadie quiere trabajar, es “mejor” para muchos, agarrar 3 panes de 1.000 Bs., 1 Kg. de limones y/o 2 aguacates, pasar la frontera hasta Cúcuta y venderlos por 6.000 pesos colombianos, cambiar el dinero vía transferencia bancaria a 0,90 pesos por Bolívar y puede por arte de magia transformar cada 5.000 Bs. en efectivo en 30.000 Bs. en una cuenta bancaria en Venezuela. Esta actividad se realiza todos los días por miles de ciudadanos que pasan la frontera, aunque está oficialmente cerrada, para llevar un “mercadito” y como bachacos cargan con todo; ya no es posible conseguir en el Táchira, sin sobreprecio, derivados plásticos como bolsas, vasos, pitillos, recipientes, moldes de aluminio, ollas, electrodomésticos, comida para perros, medicinas, artículos de aseo personal, de todo, en Cúcuta le compran lo que lleve, que con esta devaluación, para ellos es prácticamente regalado.

Entre los escenarios que se pueden plantear encotramos:

  1. Mantener el cierre de la frontera. Medida de poca efectividad por la innumerable cantidad de trochas, vías alternas y “trucos” con que cuentan los contrabandistas. Esta medidad es muy rechazada por gran parte de la población quienes de manera constante adquieren alimentos en territorio colombiano, estudian en el país vecino a su residencia o tienen familia en una u otra parte de la frontera. No recomendaría mantener cerrada la frontera a menos que se restrinja el paso por las trochas. La medida de mantener cerrados los puentes está beneficiando a las mafias que controlan el paso por las trochas. Para pasar por una trocha le cobran desde 5.000 Pesos a 30.000 pesos, según el sitio, la mercancia que transporte y la facilidad que exista en el momento. Se estima que este tráfico por trochas genera 150 millones de pesos diariamente.
  2. Aumento del precio del combustible a precio internacional. Esta medida es radical y va al meollo del problema. ¿Quién va a llevar combustible para Colombia, Brasil o cualquier isla del caribe, si no hay ganancias sustanciales en este hecho? Si explicamos debidamente a la población sobre este problema y las propuestas en mesa, muchos comprenderemos y aceptaremos la necesidad e implementación de la misma, total, ya estamos pagando con sobreprecio el combustible, en dinero en efectivo para beneficio de unos “vivos” o en tiempo perdido en una cola, que es más costoso, ruin y molesto.

Si se sincerara el precio del combustible, por ejemplo, a ochenta centavos de dólar (0,80 $) para la gasolina y cincuenta centavos de dólar (0,50 $) para el diesel, a cambio libre como se cotice en la frontera (en estos días el dólar se ha cotizado alrededor de 3.000 pesos colombianos), entonces la gasolina debería costar 2.400 pesos el litro o 2.500 Bs/litro y el diesel 1.600 Bs/litro, quiere decir que 40 litros de gasolina costarían 100.000 BsS, precio que ya debemos cancelar a los bachaqueros por esa misma cantidad. Esto obligaría al gobierno colombiano a evaluar su situación ante su dependencia del combustible venezolano.

Esta medida se podría generar a partir de una tabla de precios en función de la revalorización de nuestra moneda y “premiar” el precio de la gasolina con la disminución del precio en dolares y castigarla al producirse una mayor devaluación. Por ejemplo si el Bolívar, actualmente a 3.200 por dolar lograse la cotización de 2.800 Bs/$ (12.5% menos del precio actual) la gasolina podría bajar un 15% y así sucesivamente.

Como las casas de cambio de Cúcuta mueven la cotización del Bolivar/peso a su antojo devaluando el Bolívar en perjuicio del pueblo venezolano, igualmente por necesidad del combustible venezolano se les puede obligar a incentivar la apreciación de nuestra moneda, es decir, primero colocar un precio prohibitivo al combustible para eliminar de raiz el contrabando (80 centavos de dólar o 2.400 pesos o 2.500 Bolívares por litro) el cual debe ser subsidiado directamente a toda la población a traves del carnet de la patria. Se puede subsidiar inicialmente 40 litros mensuales, lo que arroja un monto por beneficiario de 100.000 BsS. por 18 millones de carnetizados son 1.8 Billones de BsS. mensualmente.

Este monto parece demasiado si no se manejan las cifras de presupuesto de la Nación y se ignora la capacidad de recolección del Estado a traves del IVA. Si una persona recibe (tenga o no tenga vehículo) 100.000 BsS. para gastos de transporte, ya sea en vehículo propio o en transporte público, no va a comprar gasolina para revenderla a un precion similar, acción que elimina de inmediato el contrabando de combustible, si a ello agregamos los costos onerosos del transporte para colocar el combustible al otro lado de la frontera, lo hacemos imposible.

Con esta medida se reduciría al mínimo el consumo de combustible nacional y quedaría un buen excedente para la exportación, con valor agregado, de derivados de petróleo, que serían excedentes al sincerarse el mercado nacional. Como toda persona que recibe un subsidio de esta naturaleza prioriza sus necesidades, puede entonces dedicar este dinero a otros “gastos” como por ejemplo, alimentos y bebidas, vestido y calzado, reparaciones de viviendas, inversiones en emprendimientos familiares, lo que redundaría en la economía nacional.

El dinero de este subsidio sería recuperado rápidamente por el Estado a traves del IVA, cada vez que se adquieren bienes y servicios en el mercado nacional, por ejemplo una persona que recibe el subsidio desea utilizarlo en la celebración de un cumpleaños familiar, al ir su grupo familiar y consumir x monto, el 16 % de ese monto retorna al Estado a traves del IVA, cuando el propietario del restaurant o pizzería, donde asistió esta familia del ejemplo, adquiere sus produtos, tambien cancela un IVA. Cuando sus empleados adquieren productos o servicios con ese dinero producto de su salario, también cancelan el 16 % de IVA y así sucesivamente la cadena de comercialización va aportando el IVA al Estado venezolano y éste recuperaría el monto destinado al subsidio rápidamente.

Por otra parte, al adquirir el combustible, el usuario debe cancelarlo y recibe el Estado casi el total del consumo del monto subsidiado, menos los gastos operativos. Si por el contrario, el beneficiario opta por consumir menos de 40 litros al mes (monto subsidiado de este ejemplo) al Estado le queda ese combustible, sin gastos operativos de traslado hasta las estaciones de servicio, para ser exportado a precios internacionales, con mayor beneficio para la Nación.

  1. Ajustar precios de pasajes del servicio público de transporte (público y privado) en función de los nuevos costos de los combustibles, aunque ya los precios los están cobrando con referencia al precio de combustible de contrabando.
  2. Otorgar becas estudiantiles directas para sufragar el incremento del costo de los pasajes, alimentación y otros servicios.
  3. Reimpulsar los programas del Plan Chamba Juveníl, Tarjetas Hogares de la Patria, Programa de Alimentación Escolar y demás Planes que beneficien directamente a la población, especialmente a los sectores de menores recursos.
  4. Ajustar el precio del gas de uso doméstico hasta un precio que evite su fuga a territorio colombiano, con subsidio directo a traves del carnet de la patria de 20 Kg. por mes, por ejemplo.
  5. Ajustar el precio de la electricidad a niveles acordes a su costo y subsidiar un consumo mínimo familiar a través del Carnet de la Patria para la cantidad de Kilovatios/hora necesarios para el funcionamiento normal de un hogar, obligando a cancelar el excedente de estos consumos. Esta medida conllevaría a mejorar el consumo de electricidad, sobre todo evitaría el despilfarro en el uso eléctrico.
  6. Al lograrse la revalorización de nuestra moneda, hacer ajustes de sueldos y salarios con una disminución paulatina de pequeños porcentajes, para ir perfeccionando el proceso de revalorización de la moneda. Este solo item amerita un libro explicativo, lo hemos discutido con representantes locales de la Central Socialista Bolivariana de Trabajadores y luego de escuchar los argumentos están de acuerdo en la necesidad de la misma. Si logramos implantar un real proceso de deflación, lograriamos además combatir el acaparamiento, ya que nadie almacenaría un producto, que se estimaria disminuiría su precio tres meses más tarde.

Camarada Presidente estas “simples” medidas no creo que sean esperadas por la ultraderecha Colombiana y Venezolana, que son la misma cosa; que los agarraría por sorpresa, como cuando se decretó eliminar los billetes de 100 Bs. y por arte de magia, aparecieron millones de billetes y se les cayó el plan. Adicionalmente, al sincerarse el precio de los combustibles, nuestro Fisco Nacional incrementaría sus ingresos considerablemente y con esos recursos, continuar con el Programa de Misiones y Grandes Misiones con mayor impulso.

Señor Presidente, estoy totalmente convencido que con esta medida, de ajustar el precio de los combustibles con referencia al precio del dólar en la frontera, es la vía para frenar esa “sangria” para los recursos de la Patria y de lograrse la revalorización de la moneda, iniciar un proceso de deflación (lo contrario de la inflación, pero con un mercado activo) y los precios de los bienes irse adecuando hacia precios menores.

Señor Presidente, estas medidas que humildemente me atrevo a plantearle a Usted han sido altamente reflexionadas, discutidas y analizadas. Hasta el momento nadie en mi entorno, aquí en la frontera del Táchira, me ha dado un argumento que refute estos planteamientos.

Agradeciendo su atención, se despide de Usted, deseando que algun día poder volver a saludarle personalmente y acompañarlo en el desfile del 1ro. de Mayo desde la sede del INCES en la Nueva Granada como lo hemos realizado en innumerables ocasiones en el pasado, además de observar siempre una sólida posición política y certeras medidas de estadista, lo cual me ha permitido formarme una excelente opinión de su persona:

Su humilde servidor

 

José Nicolás Pérez Cristancho

Secretario General del PPT Municipio Junín del estado Táchira

Cédula de Identidad: V-5.283.122

nicopecri@gmail.com

 



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