¿Se consulta al soberano o se pierde la V República?


El gran capital financiero transnacional desde la llegada de Chávez al poder, una vez que detectó que la revolución podía venir en serio, se puso en guardia para apagar la llama emancipadora que muy pronto se transformó en la esperanza de los pueblos oprimidos de América Latina, el Caribe y del mundo con el nacimiento de la V Republica, bajo el liderazgo del comandante Chávez.


En la última década, los enemigos internos y externos de la patria aprovecharon eficientemente el caldo de cultivo creado por cuatro aspectos medulares que potenciaron la contraofensiva restauradora del neoliberalismo en América Latina y el Caribe, bajo la égida de los Estados Unidos; en primer lugar, la falta de una fuerza moral y ética; en segundo lugar, una incapacidad tecno política y científica demostrada para resolver el problema económico que permitiera construir las bases materiales de la revolución; en tercer lugar, entreguismo demostrable en el gobierno del Presidente Maduro; y en cuarto lugar, una pésima organización del pueblo, alrededor de un partido muy alejado de los sueños de Chávez sobre este aspecto.
Las consecuencias inmediatas y futuras de estos cuatro macro problemas, entre otros, amenazan seriamente con el fin de la V República; y lo más grave aún, si erramos en el abordaje de la situación, que pasó del plano económico al plano político, pudiéramos estimular una espiral de violencia, guerra civil e intervención extranjera; ambas, por cierto, rechazadas por la mayoría (un 85%) de la población venezolana.


¿Fuerza moral y ética?


Las traiciones a Bolívar a finales de la guerra por la independencia siempre estuvieron motivadas por el enriquecimiento y la ambición; recordemos a Páez, sus hijos y José Laurencio Silva, entre otros; en el proceso revolucionario en la V República, una descomunal corrupción en el mundo civil y militar, reconocida públicamente, e interesadamente solo en el mundo civil, por el mismísimo presidente Maduro, en más de diez oportunidades, ha generado una nueva clase política dotada de inmensas riquezas en detrimento de la mayoría del pueblo, fundamentalmente del pueblo trabajador.


Se desperdició la gran oportunidad de desarrollar una Venezuela industrializada, capaz de producir alimentos en una proporción superior a cuatro veces el consumo de los venezolanos y las venezolanas, pero la corrupción orientó la gestión pública hacia una economía de puertos, donde los negocios dejaban mayores dividendos. Solo una de las personas que pasó por la tesorería de la nación, para una pequeña muestra de la corrupción, se llevó unos 25.000 millones de dólares, ¿quiénes habrían sido sus cómplices?, nunca se supo. El “caiga quien caiga”, no dejó de ser un “cliché” para cosechar aplausos.


Esa inocultable y gigantesca corrupción es la peor de las traiciones al pueblo, al que se le pide hoy que salga a derramar su sangre por la patria frente al imperialismo norteamericano y sus aliados internos; manipulándole deliberadamente al ocultar la gran diferencia entre la patria, el estado y el gobierno. En este sentido, rescato la posición que hoy aduce, entre otros, uno de de los principales responsables de que no tengamos soberanía alimentaria; Elías Jahua Milano, quien plantea que no debemos inmolar al pueblo, sino, con madurez llegar a un acuerdo nacional para evitar la guerra civil y posterior intervención extranjera. Tardía posición del ciudadano de marras.
La economía, el gran “talón de Aquiles” de la izquierda latinoamericana.


Hasta ahora, con la honrosa excepción de Bolivia, que, en el 2018, culminó con una inflación de 1,5 % y un respetable crecimiento, de 4.7% del PIB; la izquierda latinoamericana, en general, una vez en el poder no ha visto luz a la hora de afrontar el problema económico. El caso venezolano es de antología, principalmente por el desprecio a las ciencias económicas a la hora de abordar el asunto, sino formulémonos la siguiente pregunta para la reflexión: ¿Cuántos economistas han formado parte de los gabinetes económicos en las dos últimas décadas?
Si bien es cierto, que algo tan complejo como la economía, no se le puede dejar solo a los economistas, que también hay que incluir a los que saben sembrar papas, tal como lo expresó el Presidente Maduro en alguna oportunidad; no es menos cierto, que la presencia de los que manejan esta área del conocimiento es indispensable y obligatoria, salvo para aquellos gobernantes, que infelizmente, “no saben, que no saben gobernar”.


Pero bueno, en lo cotidiano, qué siente en la piel un ciudadano sobre la economía: salario menor a 6 US$/mes, claro más los bonos ordinarios y extraordinarios del “protector”, todo pulverizado por una Hiperinflación sin pares en el planeta; los servicios de salud, transporte, electricidad, telefonía, agua e internet en su peor momento; la mayoría que usamos lo poco que queda del transporte público no conseguimos efectivo, los bancos limitan la cantidad de efectivo que pueden dispensar, con excepción de las mafias del contrabando de combustible, a los que la banca pública y privada les reservan el efectivo, que no se consigue en Venezuela, pero que en la frontera colombiana sobreabunda. ¿Y SUDEBAN?
Al pueblo que está en estas condiciones, traicionado se le pide que se inmole, que sea leal siempre, traidor nunca; ¿leal a quién, traidor a quién?; ¿al gobierno?: ¿al estado o a la patria? ¿Será que patria, estado y gobierno son lo mismo?


Un amigo me dijo que, si no ponía de primero la guerra económica y el bloqueo, el análisis y las críticas carecían de valor; ahora le respondo, que primero fueron creadas las condiciones objetivas y subjetivas para que la guerra económica y el bloqueo pudieran permear con facilidad el cuerpo económico y político del país; me refiero a la corrupción, la impericia, la burocracia, los errores en materia de políticas cambiarias, monetarias y fiscales, así como un entreguismo al cual me referiré más adelante. El imperio del capital hace su trabajo, si nos ponemos al borde del abismo, no dudemos nunca que nos empujará al vacío donde el mayor sufrimiento lo experimenta el ciudadano, el pueblo de a pié, el pueblo todo.


¿Entreguismo?


Pido prestado un párrafo de un Artículo de Marcos Luna, que en mi percepción ilustra el contraste, por demás obvio, entre los presidentes Maduro y Chávez sobre el entreguismo: Maduro, el 11 de abril del 2014 expresó que “Aquí no hay negociaciones, ni pactos, lo único que estamos buscando es un modelo de coexistencia pacífica, de tolerancia mutua” y Chávez en su oportunidad, siempre adelante en el pensamiento revolucionario, expresaría: “Solo a través del camino de la justicia podemos conseguir la paz positiva, la paz verdadera… Pero debemos dejar claro, que la paz no es, y nunca será equivalente a sumisión”.


Comenzare por recordar una expresión infeliz, que ya gracias a Dios salió del léxico gubernamental, ya que se trataba de una burla inclemente a todos los venezolanos y venezolanas, chavistas, maduristas y opositores: “Precios acordados”.


Un día conversando conmigo mismo, me dije, si tenemos a nuestro favor todos los poderes del Estado, excepto la Asamblea Nacional en desacato, contamos con la Plenipotenciaria Asamblea Nacional Constituyente, el Alto Mando Militar, casi el 90% de las alcaldías y la mayoría de las gobernaciones y sus concejos legislativos; ¿Por qué no se cumplió ni uno solo de los precios acordados? ¿Cómo seguimos de rodillas frente a la especulación que practíca libremente el empresariado nacional al aumentar permanentemente los artículos de primera necesidad?


En un artículo de Julio Escalona, encontré una pequeña luz, pero luego me percaté que había otras cosas. Julio planteó, al referirse a los precios acordados que “no se podía llegar a un acuerdo con los que te quieren tumbar”, supuse que se refería a los empresarios, más temprano que tarde, se percibía un claro entreguismo, les damos los dólares a los empresarios para que nos dejen gobernar, todos fuimos engañados, los precios acordados eran la aparente firmeza del gobierno para proteger a la gente contra la especulación, toda una farsa. ¿Y los lingoticos de oro para que el pueblo ahorrara? ¿Y el ahorro en petros? ¿Quién del pueblo podía ahorrar en oro y en petros, con un salario de medio petro? ¿Quién traiciona al pueblo? ¿Quién le es leal? ¿Coexistencia pacífica a cambio del sacrificio del pueblo?


En materia petrolera y arco minero, negocios con Gustavo y Eduardo Cisneros y Lorenzo Mendoza; CITGO hipotecada a rusos y chinos, quien hubiera pensado; en el arco minero, cedimos el 12% del territorio y se le dio cabida a una de las empresas expulsadas por Chávez del país. Así, o más claro el entreguismo. ¿Quiénes son leales siempre, traidores nunca de la V República y de Chávez?


Sobre la migración me voy a quedar con la cifra dada por el Presidente Maduro a BBC de Londres, él habla de 800.000 venezolanos en los últimos dos años, aún cuando la Agencia de migración de la ONU, habla de 2,3 Millones, sin embargo ¿les parece poco 800.000?


Mínimo 800.000 familias afectadas por algún, o algunos familiares en el exterior, 800.000 venezolanos, que representa el 40% de los 2.000.000 de milicianos, que estarían listos para defender la patria ante una intervención extranjera; por cierto, en la desbastadora crisis social, económica y política, sería un buen ejercicio calcular el costo en alimentación, alojamiento, servicios, entrenamiento y apresto operacional para estos 2.000.000 de milicianos.

La organización del pueblo. ¿PSUV, el partido de la revolución?


En unas de sus exposiciones célebres el comandante Chávez, planteó: “Necesitamos un partido, que sea capaz de interpelar a la administración pública y a la privada”, sueño imposible de cumplirse, cuando quienes dirigen la administración pública local, regional y nacional son los que dirigen el partido, presentándose un evidente conflicto de intereses, multiplicándose el clientelismo, rasgo distintivo de la cuarta república. Por otra parte, es un partido donde no se debate, cuya mayoría de su militancia es un apéndice de la administración pública, cercenando la posibilidad de criticar y corregir a esta última.


El partido no existe para resolver los problemas de la gente, sino los problemas de la política partidista y electoral, con un abandono evidente de su militancia.

¿Qué hacer en la coyuntura hoy?


Una vez que aparece Guaidó, una circunstancia en el seno de una oposición que estaba dispersa, en la orfandad y sin rumbo; en el marco de un descontento generalizado nacional, principalmente por la hiperinflación, la profundización de las sanciones y bloqueo financiero del país, así como, un creciente protagonismo de Donald Trump, es cuando la promoción de la violencia y las posibilidades de una guerra civil e intervención extranjera se acercan a pasos agigantados, toda vez que, minorías radicales en el seno del gobierno, de la oposición y el Departamento de Estado norteamericano se niegan a negociar, donde se confrontan el belicismo y el injerencismo e intervención extranjera, que es rechazado por la mayoría del pueblo venezolano.


Hace varios años en uno de mis artículos formulé una interrogante: ¿Estamos preparados para lo inevitable?, sabía al igual que miles de venezolanos que el choque con el imperio sería inevitable, si en realidad queríamos hacer revolución.


Hoy pienso que aún no estamos preparados; pero, además, estamos en el peor de los momentos, con una situación económica, social y política progresiva y aceleradamente crítica que tiene de rodillas a la mayoría del pueblo, escenario al que llegamos producto la guerra económica y bloqueo, diseñados sobre la base de nuestros errores; por lo tanto, no deberíamos dejar el desenlace de la situación de extrema gravedad a la cúpulas del gobierno, la oposición y el Departamento de Estado norteamericano.


Es así como, ante la grave situación, que nos pudiera llevar a la profundización de un escenario de violencia, una guerra civil y posterior intervención extranjera se debe consultar al pueblo utilizando los mecanismos constitucionales, como el caso del Referéndum Consultivo, reservado para situaciones como las que atraviesa en el país hoy. ¿Estamos convencidos sinceramente que la soberanía reside en el pueblo, tal como lo manda la Carta Magna?.


Quienes minoritariamente ponderan las notas belicistas e injerencistas, desde el gobierno y la oposición, parecen que olvidan que con la guerra no se juega, que es un juego perverso, donde desde el punto de vista humanista nadie gana; pero si además el 85% de la población no quiere intervención, porqué no consultar al pueblo, que al fin y al cabo es quien más sufre, por lo menos, solo de pensar en una intervención extranjera. Es la hora de que las élites políticas y militares del país subordinen sus intereses a los intereses del pueblo; en todo caso, recomponer y rectificar el proceso revolucionario bolivariano después de un acuerdo nacional, siempre será más factible, que intentar hacerlo después de una intervención extranjera, o una confrontación signada por la violencia y el derramamiento de sangre donde definitivamente se pierda la V República, revisemos el caso Nicaragua, claro está, sin hacer traslaciones mecánicas.


Frente al riesgo que representa para el proceso bolivariano, las posibilidades de llegar a un gran acuerdo nacional, con un CNE acordado entre gobierno y oposición, para realizar un Referéndum Consultivo, en el cual se pueda perder el poder político; recordaría al Camarada Jorge Rodríguez (Padre), quien en una oportunidad expresaría: “El riesgo que corremos, es parte del desprendimiento que debe animar a los revolucionarios”. ¿O se dan muestras de desprendimiento frente al pueblo y se le consulta, en esta encrucijada, o se sucumbe ante la posibilidad de perder el poder político, llevando al pueblo a su inmolación en las peores condiciones sociales, económicas y políticas?
Lamentablemente, para infortunio de los hijos de la patria de Bolívar y de Chávez, la perdida de la Asamblea Nacional, pereciera no haber sido suficientemente aleccionadora, como para provocar las rectificaciones útiles, completas, oportunas y confiables en el partido, sus aliados y el gobierno, lo que potenció los cuatro macro problemas mencionados, que nos han conducido a la conflictiva coyuntura en la que nos encontramos.

Ing. Roger Lázaro
rolazarovillanueva2018@gmail.com



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Roger Lázaro


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