¿Caerá el régimen por vías diplomáticas?

En la Venezuela de este 2019 los días parecen semanas, las semanas meses y los meses años. Ha sido tal la vertiginosidad de los acontecimientos políticos ocurridos en los primeros 59 días del año que este promete hacerse eterno.

Ya en el tercer mes del año el "autoproclamado interino" regresa a Venezuela, después de una breve gira visitando a los cómplices del golpe, y atendiendo al mandato de quienes pagan la fiesta parece que viene a demostrar que insistirán en una "salida política y diplomática" para derrocar el gobierno de Maduro, como días antes declaró Mr. Abrams.

Mientras tanto, nada es descartable para quienes están delante del golpe contra la Patria de Bolívar. También dijo Abrams que "no vamos a usar la fuerza, la acción militar no es la idea". Después que varios de los halcones de la Casa Blanca expusieron con desparpajo sus intenciones militaristas contra Venezuela, apostando que con ello fracturarían a las primeras de cambio a la FANB, parecen recular.

Nada de eso, más bien redefinición de estrategia. Ya seguirán alentando la supuesta rebelión del pueblo pemón que además de servir para continuar engrosando el expediente de genocidio contra Maduro, su gobierno y las FANB puede ser génesis del ejército mercenario que ya contará entre sus filas con los militares desertores que comandarían el ejército de liberación al que los Estados Unidos y los "gobiernos democráticos del mundo" apoyarían con armas, fondos y logística para derrocar la "dictadura chavista".

La ecuación sería perfecta para el imperio si no estuvieran Rusia y China "saboteando" la iniciativa de EE UU y sus aliados. Además en las ligeras cuentas de los gringos se ha dejado de lado el importante apoyo popular con el que sigue contando Nicolás Maduro, así como la posición irreductible de la FANB

Venezuela no es Siria, ni el diputado Juan Guaidó es el Burhan Ghalioun, Maduro no es Al Assad, ni Latinoamérica es el Medio Oriente. Pero lo que nadie puede ignorar es que los que apuestan a derrocar la Revolución Bolivariana, con Estados Unidos al frente, no descartan imponernos una guerra como medio último para retomar el manejo de recursos y controlar el "patio trasero" que en tiempos de confrontación con otras potencias reviste un carácter geoestratégico que nada tiene que ver con que un pueblo tenga carencias y demandas sin satisfacer.

Burhan Ghalioun no completó los 8 meses como "presidente designado" de Siria, en el exilio; Juancito Guaidó ya parece habérsele hecho eterno a los planes de Washigton de sacar a Maduro en cuestión de días de Miraflores. Aún podrán sacarle provecho a esta ficha, por eso hemos dicho que el gobierno de Nicolás Maduro parece obligado a cuidar y proteger a este peón del imperio.

A Siria le impusieron la guerra y a pesar de la derrota de los aliados de Estados Unidos, el precio que al día de hoy paga el pueblo sirio es elevadísimo en costo de vidas humanas y en pérdidas materiales. Venezuela tiene aliados poderosos, un pueblo firme y dispuesto a defender su territorio y una gloriosa FANB que podría cambiar el curso de una guerra que sus promotores la han concebido como inexorable.



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Juan González


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