Ezequiel Zamora el Héroe popular venezolano

Febrero en la historia heróica de Venezuela (I)

El mes de febrero encierra una importantísima historia llena de sucesos heroicos, que debemos estudiar y analizar para el rescate del pensamiento patriótico nacional, sobre todo en estos momentos en que la patria venezolana se encuentra amenazada por Imperio Norteamericano y lo más grave, es que nos quieren borrar nuestra historia y nuestros héroes, como afán primordial del neocolonialismo, que sostiene la crueldad del capitalismo, que, lo más que desea para los pueblos abyayalanos (americanos), es sumirlos en la más aberrante ignorancia y la inopia social, cultural y política para así apoderarse de nuestro territorio, nuestras riquezas naturales y la mentalidad social del pueblo, lo que hemos llamado transculturación, lo cual nos conduce a la alienación sistemática, que no es otra cosa que la pérdida de la personalidad, la identidad y la espiritualidad del colectivo social de los pueblos.

El estudio de nuestra historia heroica contribuye al despertar patriótico, despejando el pensamiento social colectivo y libertario para el análisis de las diferentes situaciones sobrevenidas en los distintos momentos de la vida cotidiana de los pueblos inspirados en su justa lucha por alcanzar la verdadera y auténtica libertad social, la justicia y la paz, como premisa fundamental en el logro del vivir bien como ciudadanos y ciudadanas sin ataduras de dependencia imperial alguna y así poder contribuir realmente en la descolonización del pensamiento.

Debo comenzar por reseñar un ligero perfil revolucionario de uno de los más connotados héroes, de los que han sabido conducir con certera aceptación, momentos, en que las masas populares han requerido de líderes que impulsen las aspiraciones libertarias, para el engrandecimiento de la patria, como es el General del Pueblo Soberano Ezequiel Zamora Correa.

Ezequiel Zamora Correa fue hijo de una de esas familias trabajadoras, que en su seno han engendrado hombres de pueblo, para los pueblos, forjados para las recias luchas en pro de las causas libertarias, como fue su padre Alejandro Zamora, quien se incorpora al Ejército Patriota, cumpliendo órdenes directas del Libertador Simón Bolívar, destacándose como valiente oficial, para morir como fiel soldado en la Batalla de Carabobo, el 24 de junio del año 1821.

Ezequiel Zamora nace en Cúa, (Estado Miranda) el 1° de febrero de 1817, siendo sus padres José Alejandro Zamora y Pereyra y Paula Correa Rodríguez. Después de la muerte de Alejandro Zamora, la familia se traslada a vivir en Caracas, y allí Ezequiel estudia en la escuela regentada por el maestro Vicente Méndez, además asiste a la escuela fundada por el pedagogo José Lancaster, pero en fin de cuentas, la escuela que pudo fecundar en él, el espíritu combativo, fue la experiencia de su vida y sus más predilectos maestro, que fueron: su madre Paula Correa, quien trabajó en sus primeros año a la llegada a la población de Cúa, como maestra de aula para niños vecinos y sus hijos, así como después en una escuela que ella regentó hasta 1808 en la Casa Parroquial. Ella, con su gran estímulo patriótico, ofrece a sus hijos lecciones que no se aprenden en los manuales ni en la escuela tradicional y, su cuñado Juan Gaspers, de nacionalidad francés, quien induce a Zamora en la idea de la lucha por la democracia y la verdeara libertad de los pueblos.

Este francés era un demócrata identificado con las luchas libertarias del momento, expulsado de su país por participar en las luchas revolucionarias, contribuye a estimular el ánimo revolucionario en la mentalidad de Zamora, tallando en él, el sentimiento democrático y traducirlo al terreno de la lucha práctica, dándole a conocer pormenores de las consecuencias de la Revolución Francesa.

Zamora se destacó como un hombre recto en su conducta, educado, servicial y de carácter firme y decidido; jamás fue presa de vicios de ninguna índole, según Laureano Vallenilla, "no fuma ni bebe alcohol, detesta a los charlatanes, pero sobre todo siente especial repugnancia por la mentira y la cobardía".

Sigue sin vacilar los pasos firmes de sus antecesores: Juan de Zamora, su abuelo y Alejandro Zamora, su padre, se lanza como "El Quijote contra los molinos" del momento, a la lucha incansable por rescatar la justicia, la libertad y la paz del pueblo venezolano, que han usurpado los bandidos de la oligarquía , haciéndose del poder a través del arbitraje de la violencia, despojando a los campesinos de sus tierras, su dignidad y sus derechos legales, lo cual era práctica de una sociedad oligárquica minoritaria socialmente, que había asentado sus bases opresoras en el ímpetu de la República a través de la explotación esclavista, el robo de las tierra a los campesinos y la opresión generalizadas al pueblo humilde.

Ante esta crítica situación vivida a partir de 1830, luego de la desaparición física de Bolívar, bajo el mando de gobiernos déspotas y antipopulares, Zamora demuestra su indomable personalidad y valor; a nada le teme, se juega la vida cada vez que es necesario defender a los débiles y desamparados. Honrado como ninguno y generoso como pocos, lo que nos afirma que fue un abnegado patriota al servicio de la lucha por la libertad.

Su nombre comienza a extenderse por todo el territorio nacional hasta la más recóndita aldea de nuestro suelo patrio. Zamora comienza a brillar, surge como un ungido libertario, desde las entrañas del mismo pueblo, atormentando a los oligarcas con retumbar del continuo eco de su grito emancipador: "Tierras y hombres libres ¡Oligarcas temblad! Por lo que el pueblo lo convierte en El General del pueblo Soberano, obteniendo grandes triunfos populares que le confirieron célebres momentos de patriotismo, siendo su cenit de gloria para la patria, la célebre Batalla de Santa Inés de Barinas, el 10 de diciembre de 1859.

Es el 10 de enero de 1860, día funesto para la Patria; para este brillante héroe su última morada es la ciudad de San Carlos, cuando se dirigía victorioso a Caracas, donde entraría triunfante el 20 de febrero con su ejército popular, una bala traidora le quita la vida, quedando una vez más el pueblo venezolano sin patria y sin líder.

Domingo Alberto Rangel nos dice: "El balazo de San Carlos pone una raya de sangre, en su carrera de saeta y detiene su marcha triunfal hacia Caracas donde aspira terminar con la oligarquía de opresores del pueblo y hacer la revolución"

El Comandante Hugo Chávez, el 1 de febrero de 2001, en su discurso ante el sarcófago del General de Pueblo Soberano dijo: "Zamora, en resumen, representa un ejemplo a seguir por nosotros, por nuestros jóvenes, por nuestros niños, por nuestros hombres, por nuestras mujeres, por nuestros soldados. Darlo todo por el pueblo, por la justicia social".

 

Fuentes:

Brito Figueroa: Tiempos de Ezequiel Zamora

http://albaciudad.org/2017/01/las-raices-de-zamora-por-silvia-vidal/



 



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Reinaldo Chirinos

Licenciado en Educación Mención Desarrollo Cultural. Facilitador del INCES.

 reinaldoc06@gmail.com

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