Tiene la palabra la partera de la historia

Todo indica que estamos entrando en una nueva etapa histórica. Las señales son claras, es inminente un cambio. Las fuerzas que intentan frenar el río de Heráclito son desechadas por la realidad, las fuerzas que intentan cambiar las apariencias para que todo siga igual no tienen éxito, se estrellan contra el muro de la verdad. La vida reclama cambio, aún por encima de los protagonistas de ese cambio.

Las señales son claras. No hay gobierno. El madurismo, como perrito asustado, fue a refugiarse en el desfile militar, tiene días vestido de verde y dándole discursos a los que más teme, sabe que son los militares los que certificarán una solución a la crisis. Los militares siempre son un enigma hasta que actúan y se evidencia que en su seno moran los Chávez, y también los pinochet. La situación económica solo encuentra parangón en una guerra cruenta, vivimos en régimen de guerra, de tierra arrasada, moral y material. El desplome moral es grave, el gobierno abusó de los métodos viles para mantenerse en el poder, y su primera consecuencia fue un pueblo saqueado en su ética social, no existe hoy un fundamento social, la guerra de todos contra todos copó la escena.

Vanos son los esfuerzos por buscar una salida a la crisis dentro del corralito de la legalidad burguesa, no entienden que la legalidad burguesa estalló, eso precisamente es parte importante de la crisis. Ya no son creíbles ni la asamblea, ni la constituyente, ni el cne, ni la fiscalía, todos son títeres, marionetas. Los factores del pasado hablan de elecciones, de respeto hipócrita a una constitución que es violada por ellos todos los días, recuerden que inventaron hasta una constituyente para derogarla, se la entregaron encadenadas a sus verdugos de ayer (escarrá), todos corren tras los militares, unos abiertamente, otros con capuchas, intentan engañarlos, no muestran sus verdaderas intenciones.

La historia, este país, está con dolores de parto, lo nuevo pugna por nacer, se gesta en las entrañas del presente, se derrumba la legalidad, se caen liderazgos, se pierden esperanzas, la gente migra al exterior del país o se refugia en el interior de ellos mismos, se desconectan de la realidad, otros se fugan a sus abismos cerebrales, padecen enfermedades mentales aún no diagnosticadas. No hay forma de evitarlo, sólo se puede, a lo sumo, posponer, es la hora de la partera de la historia, de la violencia.

¿Cómo será esa violencia, cuál su magnitud, su esencia? Eso dependerá de la conciencia de los factores actuantes. Si todos siguen de espaldas a la realidad, viviendo en su mundito de fantasía, la violencia será como un volcán indomable, sin rumbo, avasallador. Si algún factor social consciente actúa y usa la violencia para dar rumbo a la sociedad, el volcán tendrá rumbo, que va a depender del signo del factor social actuante.

Es correcto cuando los chavistas chavistas asoman su calidad de dirigentes, dan un paso al frente y cierran filas al lado de Chávez, se proponen para la difícil e ingrata tarea de reconstruirnos como país, de reconstruir la confianza. Es una esperanza de que el espíritu del 4 de febrero aún esté vivo, que hay líderes dispuestos a dar la cara por el Comandante Chávez y su pensamiento, que no todo está perdido, que el madurismo no consiguió apagar la llama, que el capitalismo tiene contrincante. Queremos pensar, nos obliga la esperanza y la historia, que en el seno militar no todo es desfile inconsciente, que en la disputa por la conducción de la sociedad el Chavismo auténtico tiene mucho que decir. Ojalá se comprendan estos gestos, ojalá sean analizados con los ojos de la historia y no con la mezquindad del presente.



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Toby Valderrama Antonio Aponte

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