El amor de las sabandijas Franklin Virgüez y Orlando Urdaneta a Donald Trump

No voy a criticar que disientan del Gobierno revolucionario, cada quien que exprese lo que sienta, lo que lleva o alberga en su corazón, pero en el caso Franklin Virgüez y Orlando Urdaneta, no puedo como venezolano dejar de recriminar no solo el servilismo de estos actores, la manera vergonzosa como se colocan de espaldas y se le bajan los pantalones a los gringos, sino repudiar que cada vez que abren sus desaguaderos de residuos verbales, lo hacen para ofender en los términos más bajos, más ruin, más sucios, al presidente Nicolás Maduro Moros, a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana o a cualquier alto funcionario del Gobierno revolucionario.

Aluden a una falta de valentía, mientras a ellos que se la dan de "machos", se les olvida algo tan simple como el adagio que dice: el que tiene pecho no manda a cantar. Bueno, en realidad no se les olvida, lo que ocurre es que en el fondo son unos grandes cobardes. Yo estoy seguro que este par de reptiles, todavía si les pagan en moneditas de oro, no le dicen a Donald Trump ni la cuarta parte de lo que le dicen al presidente Maduro.

Estos gusanos se creen más estadounidenses que los propios estadounidenses, aman a Trump a pesar de que saben que el mandatario norteamericano detesta a los migrantes latinos. Callan como lombrices el maltrato a las familias que provienen de México. Callan la separación de los niños que provienen del país azteca, para meterlos en jaulas. Callan cuando matan a inocentes en la frontera cazados como conejos por los policías homicidas al servicio del encopetado presidente.

Callan, callan, callan como gallinas desde Miami, como unos criminales más de esos que actúan con rabia en contra de los migrantes latinos, sobre todo a los que son del color de Franklin Virgüez, a esos que la fuerza pública gringa veja, maltrata y, en el peor de los casos, mata impunemente con los más inverosímiles y banales argumentos, es decir, mata por matarlos, porque odian a las personas de piel oscura.

Ah pero cuando se refieren al presidente Nicolás Maduro y su Gobierno, se la dan de bravucones, gritan que no caben en la pantalla de los monitores, aunque sabemos de sobra que esos gritos no tienen nada de coraje, sino de una penosa súplica para que el imperio gringo los deje vivir y trabajar en su tierra, para que no los echen como perros, de la misma forma que a Donald Trump le gusta deshacerse de los migrantes como ellos.

Se dejan utilizar y estos a su vez utilizan como borregos a sus fans, haciendo de influencer con el perverso propósito de favorecer a los candidatos serviles del imperio norteamericano, ese mismo que sanciona y bloquea financieramente al pueblo venezolano, lo hace pasar hambre y le quita los medicamentos. Imploran que las mafias del disco y de las empresas encargadas de la promoción artísticas gringas los manejen como marionetas, no importa si la condición que les impongan sea tener que salir igual que bazofias por los medios de comunicación y las redes sociales despotricando de su país.

La actitud rastrera de estos dos miserables actores, es igual que la de otros artistas y cantantes como la de "El Puma" José Luis Rodríguez, Ricardo Montaner, que no utilizan un lenguaje cloacal, pero cometen el sacrilegio de pretender envolver a Dios en su incurable rencor, lo mismo que Nacho, un ser despreciable al que la envidia al éxito de los demás, principalmente la de "Chino", su antiguo compañero, lo enfermó, lo desquició de manera irrecuperable.

Y a su vez, la conducta de todas estas famosas alimañas, es similar a la de los cabecillas de los grupos terroristas Voluntad Popular, Primero Justicia, Un Nuevo Tiempo, así como los de Alianza Bravo Pueblo y Vente Venezuela, que pretenden gobernar el país. Imagínense ustedes, camaradas lectores, camaradas lectoras, gente con este comportamiento, con esta forma de proceder, queriendo ocupar la silla de Miraflores. Aún tenemos fresca en la memoria el infierno que nos hicieron vivir con las guarimbas. Todavía vemos en nuestras mentes los morenos como Eudomar Santos incendiados en las calles por ser chavistas.

No entienden que la Patria de Bolívar rechaza la violencia, deplora el terrorismo; la Patria de Bolívar solo desea que el imperio gringo, amo de todos ellos (me refiero a estos políticos, cantantes y actores al servicio del criminal hegemón del norte), levanten las sanciones en contra de nosotros, que deje de obstaculizarnos la comercialización de los alimentos y las medicinas, que nos dejen vivir en paz, sin injerencias extranjeras.

Estas sabandijas no se dan cuenta que ellos se pueden arrastrar porque son un grupito miserable sin dignidad, pero la mayoría de los venezolanos no son así, este es un pueblo guerrero bolivariano con honor, hidalguía, integridad, por supuesto, con las lamentables excepciones de personas como ellos que, para colmo de males, no tienen otra manera de intentar llegar al poder sino es mediante la violencia.

Por fortuna, ese odio hace que la gente en su mayoría se incline más por el hombre que trabaja, por el hombre tolerante, que no descansa buscando salidas, alternativas tendentes a solventar la crisis, como el presidente Nicolás Maduro Moros.

Ojalá que Dios convenciera a esos cantantes, actores, políticos, de que en Venezuela cabemos todos y que con el concurso de todos es posible salir de esta compleja situación. Nunca arrastrándonos a Trump, líder del imperio más dañino y destructivo del mundo. Aunque el Dios al que le claman Montaner y "El Puma", no pareciera el mismo al que no les hincamos fervorosamente todos los venezolanos. Nuestro Dios es un Dios de amor, de fe, esperanza, sin cabida para el rencor que babean todos estos miserables impíos.

 



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Gian Carlo Di Martino

Politólogo, profesor, abogado. Ex-Alcalde de Maracaibo. Cónsul de Venezuela en Milán - Italia.

 giancarlodimartino2017@gmail.com      @gcdimartino

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