La Usurpadora

La Usurpadora fue una telenovela venezolana (1971) de mucho éxito, y que luego tuvo otra versión en México. Una trama en la cual, a pesar del título, no hubo usurpación, según un juez, pues la gemela buena sustituye a la mala porque la mala la contrató. Así que la usurpación de identidad no fue tal.

Ahora, que la gemela buena se quedó con el amor de la familia de la mala es otro peo, pues el cariño no se arrebata, se gana.

Cuando se usurpa, en el sentido estricto de la palabra, es cuando se ocupa un cargo a la fuerza, desplazando al legítimo titular. Así que si Nicolás Maduro está usurpando el cargo de Presidente de la Republica, debería él haber desplazado del cargo a alguien, y que yo sepa, el presidente legítimo antes del 10 de enero es él mismo. Cabe la pregunta ¿puede alguien usurparse a sí mismo?

Caso distinto ocurre para el caso de la Junta Directiva de la Asamblea Nacional. Según el TSJ, la única Junta Directiva válida es la encabezada por Henry Ramos, debido al lio aquel de la impugnación de la elecciones del estado Amazonas. Así que las tres elecciones siguientes, la de Borges, la de Barboza y ahora la de Guaidó son ineficaces y nulas, articulo 138 de la CRBV.

Toda esa trama de telenovela, que pudiese parodiarse hasta hacerla más entretenida que la telenovela mencionada, es un drama de la vida real. Una tragedia para nuestro país. Tragedia que podría terminar en el colmo de una guerra civil o una invasión militar extranjera.

Los argumentos de ambas partes en conflicto podrían ser tan contundentes como se desee. En mi caso, creo que el TSJ y el Gobierno tienen la razón, y lo expuesto por la rama de la oposición que se encuentra en pie de lucha es totalmente inconsistente, afirmación que me expone al desprecio de amigos y familiares, algo que me importa y me mortifica, pero no soy de las personas que ceden la razón para complacer o ser aceptado.

Lejos de la posición personal, terca si le gusta a usted verla así, lo que nos debe importar como venezolanos es salir de este atolladero, algo que solo tiene por solución el acuerdo, el mutuo acuerdo.

Si ya no le vamos a parar bolas a lo que diga el TSJ ¿a quién acudimos para que interprete nuestra constitución política? ¿a la OEA?, ¿a la ONU? ¿a los Gringos?, o nos vamos por una de guerra civil. ¿Qué otras opciones quedan?

El mutuo acuerdo, no hay otra. La AN debe resolver el problema del desacato y el gobierno debe ceder, tal vez convocando a un gobierno de amplia base, donde participen algunos entes de la oposición.

La telenovela debe terminar, pues se ha puesto fastidiosa. La Usurpadora termina cuando, la gemela buena es declarada inocente del cargo de usurpación, del cual la había acusado la gemela mala y la gemela mala, en su lecho de muerte debido a un accidente producto de su maldad, se entera que la gemela buena es su hermana, cosa que no se devela sino hasta el final (bueno es una telenovela, que importa la precisión científica de la carga genética que hace idénticos dos fenotipos), y en una conversación a moco suelto las hermanas se perdonan. La familia se reconcilia y, aunque la mala muere, no se le guarda rencor.

Yo no quisiera que nadie muera, así sea malo. Somos hermanos.



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Manuel Gragirena

Profesor Universitario. Ingeniero Electricista. Especialista en Telecomunicaciones. Diploma de Estudios Avanzados en Educación. Ex Sidorista

 manuelgragirena1@gmail.com

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