Binóculo Nº 336

El discurso fofo de Nicolás

Salvo el anuncio del aumento salarial, hacía tiempo que no perdía cuatro horas escuchando a una persona. Porque en aras de la verdad, Nicolás no dijo nada, absolutamente nada nuevo. Más que una memoria y cuenta, el discurso pareció más bien una carga de frases, algunas simuladas con ira y otras simuladas con demagogia. Creo que, en el fondo, lo que más me molesta es que me tomen por idiota, pues, aunque tengo la cara, no lo soy. Y ese discurso fue un insulto a mi inteligencia. Sentí como si me hubieran orinado la cara.

Una de las características de los discursos de Nicolás, es que, a veces, solo a veces, suelta una cantidad de enunciados, pero nunca dice el cómo. Y salvo ese anuncio del aumento de los 18.000, lo que cuesta un pote de Rikeza para el momento que escribo esta columna, a las 3:28am, no hay nada nuevo en el tema de la economía, en un país sumergido en una crisis brutal, con una inflación que -según los que saben- pronto traspasará el 1.000.000%. Por eso llevo años diciéndole a Maduro que tiene que irse pa´la calle, y saber que hace tiempo las comunidades fueron abandonadas a la buena de Dios, que hay barrios enteros donde no llega agua por tubería desde más de un año, donde hay comunidades enteras que llevan meses cocinando con leña, en un país donde él mismo se llenó la boca diciendo que somos la cuarta nación con reserva de gas. En un país que lleva varios muertos caídos de los camiones que hacen transporte infrahumano porque el transporte desapareció, en un país donde un kilo de queso llegó a 9.000 (la mitad del nuevo salario), un cartón de huevos a 6.000 (un tercio del nuevo salario), en un país donde no hay baterías, cauchos ni aceite, y lo poco que hay lo controlan las mafias del propio Estado, en un país donde las bandas de los Claps hacen lo que les da la gana, incluyendo esa "tragedia" de diciembre que yo bauticé "la maldición del pernil"; en un país donde un medicamento saltó de 400 a 14.000 y nadie dijo nada. ¡Virgen del cielo, Nicolás!

¿No es un insulto a la inteligencia no decir nada sobre política monetaria? O sea que nadie te ha dicho que los bancos no aceptan billetes de 2 ni de 5, pero es lo que te da el cajero y lo que le dan a los pobres pensionados. No es un insulto a la inteligencia no decir cómo se combatirá la inflación, cuál estrategia se desarrollará, por dónde se moverá el Estado para detener esa agresivísima campaña de los portales con el país totalmente dolarizado, porqué los economistas del Estado no han diseñado un plan para contraatacar. Si no vas pa´la calle, no sabes que como los bancos no aceptan los billetes de 2 y de 5, los bachaqueros tampoco, lo que le desgracia la vida a la pobre gente porque es lo que reciben de los bancos. Una tragicomedia. Quizás como tu gabinete y tu no usan esos billetes, no sepan que se usan, o se deberían usar, todos los días.

Bien sabe el Presidente que esa expresión sobre la recuperación de las empresas del Estado, no es más que vulgar derroche de retórica, mientras estén los que están allí, que ya demostraron que no sirven para un coño, más aún, deberían estar presos, porque hundieron las empresas que medio funcionaban como Invepal, o las que funcionaban bien como Leche Los Andes, o el caso de Venvidrio, que de producir doce millones de dólares de ganancias al mes, hoy está quebrada con una nómina mil millonaria de gente que no hace un carajo. ¿Ese es el plan de recuperación de la economía? Eso para no decir que la industria instalada de Venezuela tiene 40 años de atraso, por lo que siempre producirá a pérdida. Deberías estudiar el caso de las dos Alemanias a la caída del muro de Berlín. Te daría muchas luces.

¿Cómo se puede resolver una tragedia como esta, si no se convoca, por lo menos a un sector de la empresa privada? Pero no a los mafiosos de Fedecamaras, sino a la pequeña y mediana empresa. Allí hay empresarios que no sirven para nada, pero hay gente decente y trabajadora que te puede ayudar a salir del atolladero.

No explicas Presidente cómo se hará para enfrentar la deuda externa, que ya no sabemos por dónde va porque no hay acceso a los números del Banco Central, ni a los números de los ministerios de la economía, por lo que -los que saben- se debaten entre 250.000 millones de dólares y 400.000 millones de dólares. Mucho menos sabremos la deuda interna, aunque no falte un tarado que me dirá "esa se paga más fácil", mismas que Chávez había solventado. Deberías escuchar a un brillante economista, si no chavista, muy cercano al chavismo, y marxista, Manuel Sutherland, quien acaba de explicar que Venezuela debe "Renegociar la deuda externa donde se estipule un plazo de gracia de intereses para que la economía venezolana puede tener un dinero útil para activar el aparato agroindustrial". Y allí no hay tutía Nicolás. Eso significa bajarse los pantalones con el Fondo Monetario Internacional, puede que el Banco Mundial o el Banco Interamericano de Desarrollo. Pero vienes y nos sales con el cuento de lo que dijo el camarada Alí Rodríguez. Claro que lo dijo, pero en otro contexto.

O sea que el tema de la economía, monetaria, financiera y comercial, sigue en ascuas. Pronto habrá que quitarle cinco ceros a esta moneda o crear una moneda nueva. Los dos bancos más importantes del Estado, prestan el peor servicio de toda la banca, la página del Banco de Venezuela, nunca abre; y la de Banco Bicentenario, hay que prenderle un cirio y fumarle un tabaco. Y entre los mayoristas, los bachaqueros y los militares, deciden los precios de los artículos que consumen los venezolanos todos los días.

Desde cuando se habla de la corrupción. Ahora tu vienes y pegas gritos porque nunca te enteraste de la metástasis del Estado. Yo quisiera ver por lo menos a un poderoso con los ganchos puestos. Iluso yo. Eso no ocurrirá.

Nadie te ha dicho que altísima deserción escolar, que en un principio comenzó por la falta de un par de zapatos para un estudiante porque el dinero en la casa apenas alcanza para comprar un paquete de harina, y hoy está coronada por la migración de los docentes a otros países a vender arepas o lavar pocetas. Eso es real, no números. No te han dicho en el Min Educación que están aprobando de años a los estudiantes de bachilleratos sin haber visto hasta seis materias porque no hay docente. Así están pasando de un año a otro. No me quiero imaginar lo que será el país en diez años.

La otra parte del discurso, la otra parte fofa quise decir, fue el tema de las comunas. Por eso insisto Nicolás, tienes que ir pa´la calle. Son números que te dan, estadísticas, pero están TOTALMENTE alejadas de la realidad. Las pocas que funcionan están abandonadas a su suerte. No tienen asistencia de ningún tipo. Un solo caso te expongo; la comuna Negro Primero en Valencia, la primera del país, tenía hasta ganado, vendía carne, bloques, verduras, frutas. Ponte botas y traje de campaña para que subas hasta allá, para que veas el estado en que se encuentra. Y ese es el soberano, el originario, el pueblo organizado y trabajador que hace un esfuerzo sobrehumano para empujar el desarrollo, pero sin asistencia, simplemente no pueden. Ese es el poder popular al que el gobierno le tiene tanto miedo, porque si logran organizarse, sencillamente no contarán con el Estado para avanzar.

Ya sé que las comparaciones son odiosas, y además en alguna forma incorrectas, pero recuerdo que una vez me cale a Chavéz hablando por casi diez horas. Recuerdo que en mi programa de radio preguntaba que si Chávez no hacía pipí. Tenía esa extraordinaria capacidad incluso para hablar entre líneas. Uno infería que algo estaba tramando. Pero en verdad, como me arrecha haber perdido cuatro horas escuchando un discurso cargado de retórica, de frases trilladas, de lugares comunes, sin aportar ABSOLUTAMENTE nada para resolver la tragedia que están viviendo los venezolanos.

Suelo decir que estaba en el chavismo mucho antes que Chávez. Toda mi vida fui abstencionista, incluso en la primera elección de Chávez, pero he votado en todas las demás. Soy marxista y moriré marxista, Pero Nicolás, honestamente, creo que tu discurso no hizo más que sumergirnos en la angustia de no saber hacía dónde va el país. Y eso se cierne como una mácula sobre todos los venezolanos. Muy triste conclusión.



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Rafael Rodríguez Olmos

Periodista, analista político, profesor universitario y articulista. Desde hace nueve años mantiene su programa de radio ¿Aquí no es así?, que se transmite en Valencia por Tecnológica 93.7 FM.

 rafaelolmos101@gmail.com      @aureliano2327

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