Más acribillados en pos del "sueño americano", que por las propias invasiones gringas…

  1. Sí, te podrás ir a vivir donde los gringos, allá en la meca de todos los últimos gritos del cielo; allá donde encontrarás virguerías tecnológicas de cualquier tipo y de cualquier marca que te harán brotar orgasmos hasta que de pronto el aparatito se te vuelve obsoleto y querrás buscar el que se anuncia para el año siguiente…; ese paraíso donde podrás atosigarte de mayonesa o de todo tipo de salsas de tomate, atragantarte con torres de hamburguesas, chorizos, quesos y jamones que no saben a nada…, estrujarte el orto con burda de papel tualé, que abruman por toneladas, y embadurnarte de cremas para no envejecer cuando en verdad sólo eres una máscara, una cascara,… sin alma y sin saberlo, perdido en la selva relumbrante de lo sin sentido, y tú ya en la nulidad absoluta de ti mismo en la barahúnda de las aturdideces sin esencia, sin conciencia ni norte...

  2. Que en cuanto llegas a esa meca te absorberán mil religiones, otros amores: las historias de Disney, las aventuras inauditas de los casinos de Las Vegas, Hollywood,… las chanchonerías de las juergas de halloween, de los pavos que saben a una mierda en los thanksgiving, sintiendo que todo carece de gusto porque todo se va volviendo como un chicle mil veces masticado… convirtiéndote siempre sin saberlo en un zombi perplejo por los vértigos de artificios, amando como un zombi, tragando como un zombi, comprando como un zombi, danzando,… por todos los escaparates de los centros comerciales con sus infinitas vitrinas plagadas de esas marcas que te marcarán como inadecuado, inútil, como una excrecencia burda fuera de lugar siempre por ser mulato, negro, indio o blanco de orilla…

  3. Que no tendrás siquiera la posibilidad de lograr, hay que insistirlo mil veces, la conciencia de que has acabado siendo un esclavo alucinado por tres lochas, que sólo te servirán para buscar lo que más anhela: vivir en una eterna incomunicación contigo mismo con un celular sujeto a las frivolidades de las tendencias que te marcan las redes.

  4. Que verás luego esta noticia que ya no podrá decirte nada, ni mucho menos conmoverte que no estás para eso…: "Abuelo de niña guatemalteca que murió en custodia de EE.UU.: Ella brincaba de alegría por llegar a EE.UU.", y no sentirás nada porque ya estarás desde hace mucho tiempo MUERTO! Como ya lo estaba el propio abuelo de esa niña.

  5. El abuelo, llamado Domingo Caal, decía: "La niña brincaba de alegre porque iba a llegar a los Estados Unidos, estaba contentísima [...] pero para nosotros es bastante duro… que ella haya perdido su ilusión, que su propia ilusión hay sido la causa de su muerte". Porque sí, caminaron cargados de ilusiones, cruzando tantas carreteras, caminos y ríos. Sorteando tantos peligros para que luego la niña al llegar a su sueño más anhelado entonces fuese internada en un centro de concentración para latinos y que allí muriera de deshidratación, algo que nunca le hubiera pasado en su propio pueblo.

  6. Hay estadísticas que hablan de que cien centroamericanos que emigran a EE UU ni siquiera diez alcanzan su propósito: mueren a manos de las mafias, de la policía, que dormidos caen de los trenes, ahogados en los ríos intentando cruzarlos, destrozados por enfermedades o por el hambre. Que el sueño gringo se les vuelve un infierno, la misma tumba que llevan en sus hombros para acabar hundiéndose en ellas apenas lo palpan en el horizonte.

  7. Y lo más horrible es que aquellos que logran llegar a la meca del crimen, se entregarán, insistimos, por un puñado de dólares a la más vil servidumbre; a muchos les encasquetarán un fusil y lo mandarán para las guerras a matar árabes o negros africanos, la otra contraparte del sueño, acabando vestidos de verde dentro de un féretro como los billetes que buscaban.

  8. Dice el abuelo Domingo Caal, el de la niña inmigrante que murió estando en custodia de la patrulla fronteriza tras ser detenida junto a otros migrantes que cruzaron ilegalmente la frontera. La periodista Michelle Mendoza viajó hasta Raxruha, Guatemala, de donde era originaria Jakelin Amei Rosmery Caal Maquin, "una zona- dice- a la que es muy difícil acceder y en la que no se habla español. Sus familiares relatan que el padre de la menor hizo todo lo posible por quedarse en su tierra pero que la necesidad lo hizo decidirse a viajar a Estados Unidos. Ahora en la entrada de la casa de la familia de Jakelin, un corazón blanco muestra a la comunidad el duelo que se vive por la pérdida de la niña". Hasta ahí el sueño…

  9. Esa es una clase de muerte que se encuentra, pero esta también la otra, la del alma. Inevitable. Y nadie realmente emigra al país de los gringos buscando la libertad porque allá todo ya está hecho, inconmovible, porque esa niña Jakelin Amei Rosmery Caal Maquin, como cientos de miles de migrantes lo que encuentra es un campo de concentración donde violan y donde se muere de desolación, de horrible tristeza, de mengua.

  10. La gente que deja su patria por un puñado de dólares sólo para cumplir sueños de poseer cosas materiales, encuentran inevitablemente el infierno, la pérdida total de la identidad, la razón misma por la que vinieron a este mundo. ¡Dios mío, cuántos pendejos todos los días que van en busca de ese sueño en el que acabarán cambiando su progenitura por el vil plato de lentejas…



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José Sant Roz

Director de Ensartaos.com.ve. Profesor de matemáticas en la Universidad de Los Andes (ULA). autor de más de veinte libros sobre política e historia.

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