¿Santiago de Leon, o Caracas?

Dice Galeano que, "en América Latina, las estatuas que faltan son casi tantas como las estatuas que sobran". y que 'La única manera para que la historia no se repita es manteniéndola viva'. Ambas frases nos pueden servir para darle contexto a un debate que está tomando cuerpo en el día a día de nuestra ciudad. Es bien sabido, que "quien gana el combate cuenta el cuento" y en este momento histórico, el pueblo de caracas ha estado transformando las lecturas que se hacen sobre sus territorios y sobre los iconos de la metrópolis que habita.

En Caracas el pueblo está haciendo suyo el derecho al espacio público, al recomponer sus nomenclaturas y sus estéticas, lo hace porque tiene el poder suficiente como para superar las narrativas y los significantes de la dominación histórica de la clase dominante, lo hace porque puede.

Para nosotros la historia toma sentido a partir de los significantes que se hacen hegemónicos desde la confrontación en las relaciones de clase. La historia es el resultado de esa misma lucha y de las relaciones de poder que la entretejen, es el significante particular que logra hacerse discurso desde la fuerza.

El debate sobre el nombre de la ciudad y sobre sus símbolo debe pasar por la comprensión de los distintos momentos del poder constituyente, por conocer nuestras raíces históricas en el marco de la lucha de clases y, en la dimensión subjetiva, pasa por la radicalización profunda del debate sobre el tipo de ciudad en la que queremos vivir y sobre el futuro que nos estamos proyectando.

Son dos tesis las que se debaten la hegemonía del relato histórico, por un lado la tesis reaccionaria que hace pleitesía al pasado dependiente del orden colonial español, Por el otro está la tesis radical que reivindica la memoria ancestral de nuestro pueblo. La gente que se reivindica como santiago de león está peleando por mantener con vida un lazo orgánico con las relaciones imperiales y sus formas ideológicas de control, la gente que apuesta por Caracas busca hacer de la soberanía un discurso vivo en todos los espacios discursivos de la totalidad social.

Este valle siempre ha sido conocido como el Valle de Caracas porque estaba desbordado por una planta que llevaba ese nombre; pero también se nombraba al "valle de los caracas", para hacer referencia al grupo humano que poblaba este valle y que a su vez había asumido el nombre de esa planta, hoy conocida como pira o amaranto. Mucho antes de que los agentes de la colonia española lo rebautizaron con el apodo de santiago de león.

Entre los argumentos del discurso pro español está la subalternización de la raíz indígena de la ciudad y su nombre, esta postura quiere desconocer que Los Caracas ya eran conocidos por los primeros conquistadores y que eran temidos por su fiereza y su valor en el combate. Por ello, la fundación de esta ciudad de la furia tardó casi 40 años después de cientos de intentos ya que los Caracas vencieron en decenas batallas a Diego de Lozada y a su ejército, el mejor preparado en ese momento de la historia humana.

Quienes defienden a santiago de león son los mismos resentidos de siempre, los que no se hallan viviendo y construyendo una narrativa propia, sino que prefieren seguir atados de cualquier manera a la nostalgia de una historia que significó dependencia y humillación para la gran mayoría de nuestro pueblo.

Pero ese santiago no es cualquier santiago, es el Santiago de León, dicho de manera más petulante, Santiago es el santo de la guerra, el santo militar de la invasión española a nuestras tierras, el referente espiritual de la conquista, el apóstol de la esclavitud y se le dieron estos títulos para que sirviese como guía espiritual en la lucha contra los nativos. Ese referente es el que le dio el nombre de Santiago a nuestra ciudad.

Luego el De León que viene después de santiago es un manifiesto de posesión que implicaba que estas tierras eran propiedad del Reino de León. Se recomienda comparar la imagen del León de Caracas con la de lo felinos presentes en el escudo de armas del Reino de León y luego meditar sobre la verdadera esencia de nuestra identidad y sobre la representación histórica de estos monumentos.

Además, de forma racista y autonegadora, la tesis conservadora pretende negar que Apacuana "Fue una Cacica, piache y consejera en la guerra contra los españoles, habitaba la región de Los Valles del Tuy, Guarenas y Tacata, fue líder espiritual y guerrera de Los Quiriquires una de las tribus más rebeldes y aguerridas en contra de la colonización, combatió y expulsó de sus tierras al imperio español en 1574 durante la conquista" (Cita de Wikipedia)

Para comprender los argumentos de la tesis radical, es preciso entender la vigencia de Apacuana y su protagonismo histórico al proponer la creación y asumir la dirección del ejército de la Confederación Indígena, con la misma voz de mando que Guaicaipuro, Paramaconi o Terepaima . Luego de la derrota en Maracapana, Apacuana se empeñó en la idea de consolidar la unidad de los pueblos en resistencia, para apuntar todas sus fuerzas contra las tropas invasoras que venían a explotar sus recursos y a esclavizar a los suyos.

Ahora el imperio es otro pero el enemigo es el mismo, las fuerzas colonizadoras que se expresan a diario contra la soberanía de los pueblos oprimidos en el lado sur del mundo.De nuevos son las fuerzas del pensamiento atrasado, la reacción colonial, la que viene a confrontar la memoria de esta lideresa indígena. De nuevo Apacuana se enfrenta con las huestes imperiales, en pleno siglo 21, de nuevo es acusada de bruja y es perseguida por su carácter insurgente e indomable y de nuevo saldrá victoriosa.

Caracas es rebelde, todos esos hechos heroicos, esa época indígena sucedieron aquí a las faldas del Waraira Repano, en este valle nuestro al que venían a sanarse los guerreros y a elevar su espíritu las matronas ancestrales y shamanes, aquí los piaches se conectaban con la tierra y los pueblos . Estamos en un momento constituyente, nos toca constituir, crear, hacer posible las victorias mínimas que nos permitan avanzar en nuestro empeño soberano de ser partícipes de nuestra historia.

Caracas se niega a ser anclada a un pasado dependiente de narrativas distintas a la suya, Caracas es la batalla de Toromaima, el 5 de julio y el 19 de abril, es el 23 de enero y es el 27 de febrero, es el 13 de abril y sigue contándose desde su propias luchas, desde sus propias potencias y desde su propia forma de plantarse ante la historia desde sus orígenes más profundos.

Por eso, a todo pulmón, le decimos al mundo somos y seremos las hijas de Guaicaipuro, los hijos de Apacuana, los descendientes de los caracas, las guerreras de caracas y que al igual que lo hicimos el 12 de Octubre del 2004, estamos en combate prolongado contra el colonialismo y sus significantes. Entonces no se trata solo de una estatua u otra, se trata de la historia que cuenta la ciudad desde sus espacios y de la memoria que se hace viva en cada rincón de Caracas.



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Robert Galbán


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