Dictadura o Democracia, el falso debate en la Venezuela 2018

La revolución bolivariana nació por vías pacíficas, electorales y con métodos enmarcados la democracia. Esto contrasta con la comparación propagandística según la cual el Líder Eterno Hugo Chávez era un "dictador", del mismo modo que se dice del Presidente Nicolás Maduro.

Así como Chávez ganó más elecciones y consultas democráticas que cualquier otro político en el mundo, del mismo modo Nicolás Maduro sigue cosechando triunfos electorales en medio de sanciones gringas. Todas estas elecciones a pesar que la mediática burguesa califica de manipuladas, siempre han sido observadas y examinadas al detalle por observadores internacionales. Ningún observador nunca ha encontrado evidencias de fraude.

Por el contrario, los Estados Unidos respaldaron las dictaduras sangrientas en América Latina: la de Somoza, Batista y Pinochet. Así que, el problema que tuvo el Imperialismo con Hugo Chávez y ahora con Maduro, no fue cuestión entre la dictadura o la democracia.

El Imperialismo apoyó los regímenes dictatoriales como bastiones anticomunistas en Latinoamérica. El problema con Maduro y con Chávez, es que a diferencia de dictadores como Somoza, ellos no son siervos obedientes de Washington.

La propaganda sucia no menciona el hecho de que Chávez y Maduro emplean el dinero de la renta petrolera para dar al pueblo venezolano atención médica, alimentación, educación gratuita, construcción de casas y apartamentos, escuelas y hospitales; mientras que en los países capitalistas más avanzados sus pueblos se mueren por no poseer un sistema de salud digno. Con este hecho la Revolución Bolivariana sigue dando a los pobres una voz y esperanza en el porvenir.

A pesar que la Revolución Bolivariana se limitó al principio a reformas sociales en beneficio del pueblo y una constitución nueva mediante la constituyente y, que en 2018 continua ese proceso constituyente con la Asamblea Nacional Constituyente, a pesar de esto, la oligarquía venezolana la sigue denunciando como "comunista" y dictatorial. Los Estados Unidos y sus aliados internos siempre han estado decididos a derrocar a Chávez y ahora a Maduro, y organizan un violento golpe desde la Casa Blanca y su asesor de Seguridad Nacional.

Ese tipo de golpes siempre son organizados con la participación de la embajada estadounidense y la CIA. En 2019 se ha detectado la organización de un golpe contrarrevolucionario apoyado por la burguesía de Fedecámaras , con la participación activa desde Colombia de paramilitares y desertores de los organismos de seguridad venezolanos , y claro está que con la Iglesia Católica venezolana. El golpe está destinado a ser derrotado por el movimiento de las masas populares revolucionarias.

El imperialismo estadounidense observa en la revolución bolivariana una amenaza a su seguridad a la cual debe derrotar a toda costa. Ha tomado medidas diplomáticas para aislar a Venezuela internacionalmente y sabotear nuestra economía con sanciones unilaterales, manipulación y caída del precio del petróleo, que ha afectado fuertemente a Petróleos de Venezuela. Casi en su totalidad la "crisis" que sufrimos en Venezuela es el resultado de la política imperialista estadounidense. El sabotaje económico es una parte importante del intento de derrocar a una revolución a la que considera contraria a sus intereses.

El problema de la revolución venezolana no es que es muy radical con medidas socialistas, sino que no llegó a expropiar sectores clave de la industria privada, la cual es el sustento de poder burgués. Los capitalistas venezolanos han continuado el saboteo al país a través de una huelga de inversiones que ha casi paralizado la economía, y sigue acaparando y desviando los alimentos y demás productos básicos para crear escasez y potenciar la inflación a niveles astronómicos.

Además, un factor que ha seguido afectando las empresas nacionalizadas es la limitación a la participación de los trabajadores. Esto afecta negativamente la economía socialista, crea una corrupción masiva, e ineficacia revolucionaria. Esta sigue siendo la disyuntiva de la revolución bolivariana.

La "crisis" actual demuestra el rol negativo de la economía de mercado capitalista que distorsiona el avance en el terreno de la planificación socialista. El nuevo Plan de La Patria de Maduro como continuación del legado de Chávez, está hecho para corregir estos reflujos producto de la lucha de clases y avanzar decididamente hacia el socialismo bolivariano.



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Lucidio García


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