Una jugada maestra de nuestro presidente de la paz, Nicolás Maduro Moros. Más que recurrir a la diplomacia de micrófono, hizo una invitación formal a la Alta Comisionada de los Derechos Humanos de la ONU, Michelle Bachelet, para que se entere in situ de la crisis en que la oposición sumió al pueblo de Venezuela, con una guerra económica que acentuó el brutal bloqueo financiero que le pidieron al presidente estadounidense, Donald Trump, en su empeño de destruir el proceso revolucionario haciendo pasar hambre al pueblo, buscando que perezca por falta de medicamentos en los centros asistenciales del país.

Si se trata de ser honesto y de corroborar de verdad las causas y consecuencias de la precaria situación económica y social del país, ojalá la señora Bachelet venga con tiempo, para que analice la crisis de Venezuela desde que el presidente Maduro ganó las elecciones tras la desaparición física de Chávez, y su contendor más cercano, Henrique Capriles Radonski, indignado por la derrota, hizo un llamado de arre… que dejó más de diez muertos, acción que dio paso a ese terrorismo que eufemísticamente llaman "guarimba", y que después de varios meses de sangre y fuego, el máximo líder de la revolución apaciguó con otra jugada maestra: la Asamblea Nacional Constituyente.

Qué bueno sería para Venezuela y el mundo, que la Alta Comisionada de los Derechos Humanos de la ONU, partiendo de ese violento llamado siguiera con mucha atención cada uno de los movimientos sucesivos de la oposición, como la operación denominada La Salida que ejecutó Leopoldo López, intentando derrocar a Nicolás Maduro, en fin, escudriñe todo ese entramado golpista que se reactivó desde ese infeliz exhorto de Capriles en contra de la revolución bolivariana.

Michelle Bachelet debería detenerse en las evidencias que demuestran la participación del imperio norteamericano en todas las acciones desestabilizadoras. De las ONGs, principalmente. Aunque, actualmente, ya eso es público con la abierta intromisión de funcionarios imperiales inmiscuyéndose y pidiendo a gritos la invasión militar a Venezuela.

La Alta Comisionada debe hacer un sosegado paréntesis en el magnicidio frustrado en contra de Maduro, un hecho sobre el que hay grabaciones, audios, todo tipo de evidencia que implica al hegemón del norte y a la oligarquía colombiana apoderada del Palacio de Nariño. Que conozca con nombres y apellidos los protagonistas de esa deplorable aventura criminal.

Debe detenerse a estudiar las causas que han evitado un diálogo que permita la gobernabilidad en la Patria de Bolívar. Hay que mostrarle los esfuerzos que ha hecho Maduro intentando la paz en Venezuela, promoviendo un acuerdo que nos enrumbe sin atajos hacia el definitivo desarrollo de Venezuela.

De la misma manera, es de imperiosa necesidad presentarle los prontuarios policiales de esos presos vinculados al terrorismo y que, sin embargo, nuestro mandatario nacional les concedió beneficios procesales en un gesto de buena voluntad, tendente a que los adversarios se sienten a conversar con disposición, pensando en la patria, en la gente, sin agendas ocultas, sin que pateen la mesa como han hecho hasta ahora.

La Alta Comisionada de la ONU tiene que ver el papel que ha jugado el expresidente de España, José Luis Rodríguez Zapatero, buscando conciliación, un diálogo sincero, y la forma como la oposición ha tratado de satanizarlo ante el mundo.

Michelle Bachelet debe conocer cada una de las misiones como la Vivienda Venezuela; pasearla por las casas que ha entregado la revolución al pueblo; explicarle el porqué de las cajas Clap de las que muchos opositores se burlan, sobre todo, aquellos que tienen abultadas cuentas bancarias en el exterior y nunca les hace falta dinero, para comprar comida, esa comida que ellos con el imperio estadounidense les arrebatan a los venezolanos mediante las criminales sanciones. Debe saber el porqué del petro y de las medidas de recuperación económica.

Vamos a exponerles con ejemplos claros los esfuerzos de Nicolás Maduro en materia de inversión, pese a ese horrible bloqueo financiero encima, aunque sean los avances alcanzados últimamente en la Feria Internacional del Turismo (Fitven), en la que el mismo Presidente informó que, con la presencia de 326 empresas, se desarrollaron varias ruedas de negocios que dejaron resultados por encima de los 13 mil 512 millones de bolívares.

Porque así trabaja el presidente Maduro por Venezuela y su gente, así gobierna, así hace gestión, mientras los adversarios apoyados y financiados por los norteamericanos, andan detrás de sus proyectos para quebrarlos, fracturarlos. De allí la solidez de la revolución, de allí ese inmenso respaldo del pueblo. De allí los triunfos electorales rojos rojitos. De allí la conciencia de nuestra gente identificando los verdaderos enemigos de la Patria.

Hay que llevar a Michelle Bachelet al mercado, que consulte precios en la mañana, y luego pase en la tarde y los vuelva a consultar, para que vea el crimen existente con esa especulación descabellada que solo la justifica la guerra económica, y las inhumanas sanciones financieras que nos impuso los EEUU.

Que observe la dignidad de esas jefas o jefes de hogar queriendo comprar la comida, la forma cómo madres y padres se las ingenian para rendir el dinero consciente de que existe un saboteo declarado con el velado propósito de perjudicar al pueblo y eso, en vez de alejarlo, lo acerca con más entrega al Gobierno revolucionario.

En Venezuela, señora Bachelet, las mayorías estamos conscientes de que tenemos un Presidente que se esmera en construir y un adversario que se empeña en destruir. Y nosotros apostamos por un futuro promisorio, por el futuro de la Patria y eso, obviamente, no se logra delinquiendo y destruyendo, sino trabajando y construyendo.

¡Bienvenida a la Patria de Bolívar!, si decide venir. Aquí hay un pueblo digno que la espera con los brazos abiertos esperando que vea la verdad con sus propios ojos, que conozca quienes son los que realmente irrespetan y fracturan los derechos humanos de los venezolanos.