El gobierno bolivariano y la doctrina de Bolívar

Como parte de las batallas por la independencia del continente y la construcción de las Repúblicas Latinoamericanas, el Libertador Simón Bolívar combatió el flagelo de la corrupción en la administración pública y lo señaló como un delito de traición a la patria, y que el pueblo debe denunciar. A propósito del pronto 194 aniversario del decreto del Libertador Simón Bolívar contra la corrupción, desde Lima, capital del Perú, el 12 de enero de 1824, para legislar sobre la administración del tesoro nacional, considerando que "la escandalosa dilapidación de sus fondos por algunos funcionarios" debilitaba la República. Que era "El único medio de extirpar radicalmente este desorden es dictar medidas fuertes y extraordinarias" El Libertador en aquel entonces se encontraba en Perú para comandar junto al Mariscal Antonio José de Sucre la Batalla de Junín, en la que sería derrotado nuevamente el Imperio español. Conforme a su papel de hombre de Estado, forjador de nuevas naciones, Bolívar promulgó en el aquel decreto que "todo funcionario público a quien se le convenciere en juicio sumario de haber malversado, o tomado para sí de los fondos públicos de 10 pesos para arriba, queda sujeto a la pena capital" Igualmente, El decreto enunciaba taxativamente que "Todo individuo puede acusar a los funcionarios del delito que indica el Artículo 1", con el cual exhortaba a la población a ser partícipes de la contraloría del erario público.

De esta forma el Libertador contraatacaba una práctica generalizada en los personeros gobernantes españoles en estas tierras, enemigos de la causa revolucionaria. En el texto del Decreto se indicaba claramente que a los jueces que no cumplieran con la ley sufrirían la misma condena, y dio la facultad de poder denunciar los casos de corrupción a cualquier ciudadano. La convicción de la transparencia en la conducción de los fondos públicos llevó al Libertador a la medida extrema de aplicar la pena de muerte a los delincuentes del tesoro nacional. Simón Bolívar tipificó a la corrupción administrativa como una traición a la patria y contra la estabilidad del Estado. La corrupción administrativa es traición a la patria y por ende, en un país de cambios profundos inspirados en el credo bolivariano hay que ser consecuente con su doctrina, que si bien parte hoy del respeto de la vida, exige mano dura en el marco de un Estado social de derecho y de justicia.

Algunos otros indicativos de la doctrina de Simón Bolívar, que siempre tiene que estar presente en la revolución bolivariana de Venezuela. El 15 de junio de 1813, en la ciudad de Trujillo, Simón Bolívar dicta el llamado Decreto de Guerra a Muerte, destinado a separar nítidamente los dos bandos contendientes: patriotas y realistas. Mediante una Ley firmada el 11 de setiembre de 1813 en su Cuartel General de Puerto Cabello, plaza a la cual tenía sitiada Bolívar, dicta medidas muy severas contra los defraudadores de la Renta de Tabaco. Desde el Cuartel General de Puerto Cabello, el 13 de setiembre de 1813, Simón Bolívar le expone al Presidente del Congreso de la Nueva Granada, Camilo Torres, sus ideas sobre la organización política de Venezuela y la unión de las dos regiones en un solo Estado. En comunicación dirigida el 16 de diciembre de 1813, desde Valencia, al General Santiago Mariño, Libertador del Oriente del país, Bolívar expresa la necesidad que hay de unir los esfuerzos políticos y militares a fin de ganar la guerra y salvaguardar la libertad de todos. Comunicación del Libertador fechada en Caracas el 10 de junio de 1814, dirigida al Ministro de Relaciones Exteriores de la Gran Bretaña, en protesta por la ofensa infligida en la isla de San Thomas a los agentes diplomáticos de Venezuela. Emite Bolívar a Ley de Repartición de Bienes Nacionales entre los militares del Ejército Republicano, instrumento de proyección social dictado por el Libertador en Angostura el 10 de octubre de 1817. Al crear el Consejo de Estado mediante decreto firmado en Angostura el 30 de octubre de 1817, el Libertador echa las bases de la Administración Pública en plena guerra. Discurso pronunciado por el Libertador en Angostura el 10 de noviembre de 1817, al declarar solemnemente instalado al Consejo de Estado. Ante este Cuerpo, Bolívar presenta un bosquejo de sus actividades militares y políticas, a la vez que defiende la separación de los tres Poderes fundamentales del Estado. Ante las amenazas de intervención de las Potencias europeas coaligadas en la Santa Alianza, la República de Venezuela emite una declaración firmada por su Jefe Supremo, Simón Bolívar, el 20 de noviembre de 1818 en la cual ratifica su voluntad de vivir independiente o perecer en la contienda. En la oración inaugural del Congreso de Angostura, reunido el 15 de febrero de 1819, el Libertador hace explícita profesión de fe de sus ideas políticas democráticas y republicanas. Este documento, conocido como «el Discurso de Angostura» por antonomasia, encierra una completa síntesis del ideario de Bolívar. El proyecto para instituir un Poder Moral fue presentado por el Libertador al Congreso de Angostura, como una parte de su proyecto de Constitución, en febrero de 1819. Proclamada por el Libertador en Bogotá el 8 de marzo de 1820, en la cual exalta el significado de la creación de la Gran República de Colombia. «Colombianos» eran, para él, tanto sus compatriotas de Venezuela como los habitantes de Nueva Granada, la Colombia de nuestros días y los de Panamá. En fin, es la Asamblea Nacional Constituyente de Venezuela la que tiene el sagrado deber de legislar para con ello no permitir que la corrupción administrativa sea la que dé al traste con esta revolución bolivariana.



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José M. Ameliach N.


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