Rafael Ramírez: la crítica es válida cuando no es contra mí y si la digo yo

El trujillano Rafael Ramírez tiene ahora mucho tiempo para elucubrar, no solo en contra del gobierno del que fue parte y al que tanto critica, sino para erigirse como el baluarte casi inexpugnable de la moral ciudadana. Él quiere hacernos creer que es el remanente de la honestidad y decencia del país, con una inmaculada trayectoria pública y sin ningún tipo de salpicadura y con las costuras bien apretadas que impide poner en entredicho su credibilidad. Antes decíamos que el papel aguanta todo y en su caso, su acomodada posición y espacio le ha permitido escribir sobre la terrible situación que vivimos los venezolanos, deslindándose como uno de sus autores y repartiendo culpa en sus otrora compañeros hoy convertidos, según actual posición, en verdugos de los venezolanos.

El espantoso contexto venezolano presente tiene un componente originario, que parte por la terrible y corrupta administración de los ingentes recursos que generó la economía primaria venezolana, sobre todo los provenientes de la renta petrolera, la cual él administró de manera soberbia y a su discrecionalidad y en las que fueron favorecidos su agenda de amigos y familiares. La corta memoria y su amnesia selectiva le han conferido "el derecho a este ilustre compatriota" a divulgar secretos, que pudo muy bien decir cuando era favorecido del poder gubernamental burocrático. Ahora, según su perspectiva, todo se arruinó tras su salida. Ahora todo es corrupción e ineficiencia tras ser despachado de su despacho. Ahora su vista es más clara porque no lo obnubila las sombras del poder.

Lo más decente sería que Rafael Ramírez hiciera uso de su verborrea como escribiente y además de hacer señalamiento con su ventilador de estiércol, se incluyera como partícipe responsable en primera línea por los desafueros administrativos cometidos y lo permisivo que fue con la cofradía de salteadores que se anidaron en PDVSA durante su larga gestión como zar no solo del petróleo, sino de todas las empresas que se conformaron o crearon alrededor de ella, incluyendo aquellas que iban a incrementar la producción agroalimentaria y la producción de bienes y tecnología para hacer nuestro país un país potencia y que fracasaron de manera estrepitosa, en pleno auge boyante de los precios del crudo, muchas de estas compañías fantasmas o de maletín, esfumando millones y millones de dólares hoy en manos de canallas que huyeron o expropiados por el imperio. Él hace uso de lo que endilga a sus ahora enemigos al manifestar que "la credibilidad se basa en la verdad: no se puede construir confianza con base en la mentira, el engaño, la trampa", siendo él víctima de lo que afirma como su verdad verdadera.

Compatriota Rafael Ramírez, me imagino lo difícil que sería para usted retornar a nuestra patria y sustentar las acusaciones que en sus extendidos escritos manifiesta y para que rebatiera aquellas que posiblemente lo afectan jurídica y moralmente. Pero su asumida posición de exiliado, perseguido y marginado del gobierno del cual usted fue parte importante, de manera alguna le aportan nada creíble y positivo (si existe algo positivo que rescatar) como alternativa valedera para salir de este atolladero, porque millones de venezolanos creemos que usted fue un responsable directo y de primer orden, de las secuelas que estamos sufriendo todo el pueblo sin el poder que usted tenía y que confío en usted como cuentadante de nuestros recursos. No se puede seguir amparando en el recuerdo y la obra del Comandante Chávez, para decir que su cercanía personal a él, lo exime como parte responsable de nuestra actual realidad.



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Carlos Contreras


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