Gas y anarquía ¿volver a la leña?

A finales de la década del 40, en Pardillar, un lugar ubicado en las cercanías de Guanape, estado Anzoátegui, las compañías gringas exploradoras del Petróleo construyeron un pequeño poblado de casas para alojar a los trabajadores criollos, (población gringa aparte) esas viviendas estaban equipadas con cocinas a querosén, los vecinos acarreaban libremente el combustible de una cisterna colocada permanentemente para atender las necesidades comunitarias.

Fueron muchos años de uso de la "leña, el fogón y las Topias", que fueron paulatinamente desplazados en la preparación de nuestros alimentos, por ese milagroso artefacto de querosén que resultó un alivio para nuestros bosques. En las zonas orientales crecía el "guatacaro", un árbol, que producía muy buena brasa, así como el Cují (Yaque).

Se cuenta que salían grandes lanchones de nuestras costas con rumbo a Margarita y otros destinos cargadas con este combustible vegetal. La tala para estos menesteres domésticos durante unas cuantas décadas causó estragos en todo el territorio nacional.

Pero en esta tierra de Gracia, donde el paisaje nacional, no nos es ajeno, desde nuestra niñez hemos visto las noches iluminadas monaguenses por "mechurrios", quemando gas inclementemente todo el tiempo hasta nuestros días (¿?). En algún momento se decidió domesticarlo y así parte de ello entró en nuestras casas (continuidad en el alivio de los bosques) a través de acometidas directas o bombonas.

Venezuela en el discurso de "país potencia" sostiene que es un gran productor de gas, cuestión que no se objeta, sin embargo presenciamos con estupor en esta segunda década del siglo XXI, situaciones deplorables y vergonzosas, cuando vemos a los vecinos de la urbanización acarrear "leña" en un monte aledaño, para sus casas a fin de preparar su condumio.

Hace varios años funcionarios del gobierno bolivariano se reunían con nosotros en la comunidad, y nos daban buenas noticias, en cuanto a la instalación del gas directo, era una propuesta tecnológico-moderna que entusiasmaba, al igual que veíamos muy bien la instalación de una gran empresa gubernamental en el pueblo que fabricaría dispositivos de gas para los automóviles (¿¿¿???).

En la Comuna a la que asistía, la gente se reunía, opinaba, se animaba, vecinos de distintos colores políticos se integraban en los fines comunales, y tocaba los temas, pero la burocracia !Hay, la burocracia y la politiquería! No contábamos con su astucia exterminadora de esperanzas.

En esta urbanización y en todo el vecindario, hay crisis del gas, el uso de la leña es usual en muchos hogares, las empresas proveedoras del gas públicas y privadas son una calamidad, esto es un verdadero desorden administrativo, gerencial y político; un asunto que en el capitalismo tradicional con todas sus anomalías( no en este de nuevo cuño) una bombona de gas es una mercancía esencial que alguien la vende y alguien la compra, es un hecho natural, una transacción simple y, mucho más si se supone que hay en el país abundancia del producto, que no es un bien importado ¿O, no? Entonces explíquenlo.

Ahora, la adquisición de una una bombona para el hogar se ha vuelto "un hecho extraordinario". El jueves 8 de este mes de noviembre, después de gestiones de vecinos se anunció un operativo de gas comunal, la gente iba con cualquier tipo de transporte llevando su bombona varias cuadras al sitio indicado, vi a una dama con una de las pequeñas de metal (aún vacía es pesada)en el hombro, escena que me recordó la vida rural, cuando los hombres se internaban en el bosque con hacha y machete, a veces llevaban un asno, para la carga de la leña, pero la mayoría de las veces la cargaban a cuestas, en cambio las mujeres ayudaban en actividades menos rudas, recogían, ramas (Chamizas).

Pero ese día jueves no vino el camión y de nuevo las bombonas para atrás y la dama con su bombona en el hombro, hasta el viernes, cuando por fin llegó el camión y la gente al fin las compraron después de una larga cola. (Varios meses sin gas).

Días antes, fui a ver el panorama en la empresa privada Comagas, en la vía de Vigirima, centenares de personas: ancianos, mujeres embarazadas, niños, en colas infinitas, y en total indefensión, allí, algunos ciudadanos me dijeron que a veces tardaban dos días para conseguir la bombona, y si se iba a las 5 de la mañana, podía conseguirla bachaqueada, eso sí, con precios astronómicos, lo mismo ocurre en los llenaderos públicos.

En este proceso político se habla con reiterada frecuencia del Socialismo, y que para allá vamos, pareciera que más bien estamos haciendo lo indecible para enterrarlo bien hondo, y cuidado si más de un "rodilla en tierra", clame por el regreso a lo "malo conocido".

LA REVOLUCION ES CULTURAL



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Rafael Castro

Especializado en Gestión Cultural. Colaborador y Fundador de Instituciones de la Cultura, en el Sector Público y Privado.

 racasce@gmail.com      @racas42

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