Bobolongo y el librito de gramática chirriquitico

Un "lepe de lengua" que le suelta El Tal Cucho Berbín a "Bobolongo". Aunque sabe, -¡perfectamente!-, que El Babiecas-Menso Más Tontorro de La Comarca, no tiene "compongo".

Un Librito de Gramática chico, chiquito, chirriquitico, pequeñajo, liliputiense, minúsculo. Pero como decía LA Vieja Pancha Tumuza, La Más Famosa Refranera de Cariaco: "No es lo grande lo que atora, sino lo chiquito mal traga'o".

"El Perfume fragante y bueno viene en frasco chiquito" y "Poquito porque es bendito".

Voy a referirme a un pequeño (pero compacto, sucinto y ...¡completo!) Librito de Gramática de La Era Pre-Bobolóngica de El Diario El Nacional.

Refiérome a "Gramática Inglesa. La Mejor Guía Gramatical para Dominar El Inglés a La Perfección". Publicado por Biblioteca El Nacional. Incluído dentro de una más amplia colección de textos muy baratos y accesibles, que sirvieron para culturizar no pocos compatriotas de pocos recursos.

Era la "Colección Diccionarios, Reglas y Ayudas Gramaticales". Una maravilla didáctica. No hay pretensión erudita alguna. Está hecho para que cualquier cómetelo-bicho o güele-frito lo entienda. Sin embargo, no es simplón ni chapucero. Pequeñajo -¡en páginas!- ... ¡Pero Todo Un Señor Libro de Gramática Inglesa! Está todo allí. No falta absolutamente nada.

Como dije, publicado por El Nacional, antes de que La Oscura Noche Medieval del Bobolongismo, envolviera en oscuras sombras a El Nacional. Después arribaría La Era de La Porquería Editorial.

El que era NUESTRO diario. El que adorábamos, leíamos de cabo a rabo, coleccionábamos, compartíamos. Un Gran Diario, Un Tronco de Diario. Un Rolistranco de Diario. Estaba entre los Grandes Diarios del Mundo de Habla Hispana. Con una lectoría bestial, enorme, gigantesca.

Entonces vino a ocurrir que irrumpió en el noble diario Un Bichito de Uña, Culturalmente Recién Vestido, Un Solemne Burro Enzapata'o de Las Letras, del Reportaje, vamos, hombre ... de Los Editoriales, que se suponen (y deben ser) guías de los lectores. Un Pánfilo Majunchoso de La Cultura y el diarismo.

Se sospecha que, para los editoriales ¡Dizque utiliza "ghost writer" (*)!

(*) Denomínasele plumífero, escribano, caga-tintas o pluma alquilada a lo que los gringos llaman "ghost writer". ¿Calumnia? ¿Falsos Testimonios? ¿Engañifa? NO. Ocurre y acontece que no puede haber tanta distancia entre el desempeño oral y la escritura de una única y misma persona. En las entrevistas televisivas, "Bobolongo" es gangoso, coji-tranco, pataruco, carrandeco y estítico en el decir. Le cuesta, visiblemente, articular palabras. Adosar una palabra a otra para proferir cualquier fruslería oracional.

Sin embargo, en los editoriales de SU periódico, "Bobolongo" es verboso, parlanchín, variado en la terminología. Preciso y pertinente en la dimensión semántica. Y no hablemos de las junturas supra-oracionales. Es Un Bagre Jüínche en el agua. Y Un "Ñame Pela'o" en tierra. Engañará a otros. Pero a Esteban del Jesús que ha viajado, vivido, bebido, vestido, farreado, bonchado y "papeado" de La Lingüística durante toda-toooda su vida profesional universitaria, muy-muy re-difícil que me engañe. Me tiene que bailar bieeennn pega'o, pelear en el infight y emplearse a fondo. ¡A mí NO, Bichito Escribano de Pluma Alquilada!

Un "Mucho-camisón-Pa'-Petra", resultóle El Gran Diario de Don Miguel Otero Silva a "Bobolongo". Nunca un remoquete fue tan bien encasquetado, arremachado y arrescotado. Tan descriptivo y apropiado. Tan de larga duración. "Bobolongo" me llamaste y "Bobolongo" me quedé (...).

Llegó "Bobolongo" y NO "mandó a parar". Porque NO calza -¡por mucho que puje y puje!-, el pobre cuasi-ágrafo chafarote, galones de Comandante. Llegó "Bobolongo" y mandó a BOTAR. Mandó a botar, El Tal "Bobolongo" a todo columnista, cronista, escritor o ser pensante que no fuera ADECO (¡como él!). Chancletudo, mandarria, charro (con chimbas pistolitas de agua) ... este Torquemada ADECO.

Y eliminó todos los encartados, fascículos dominicales de cultura, larguísimo etcétera. Todo, absolutamente todito-todo lo que le "güeliera" a Cultura. Porque, pareciera de La Estirpe de los que desunfundan su fuca, chapire, macana, güaratara, escopeta, chopo de piedra o arcabuz ... ¡cuando no más escucha la palabra "Cultura"!

Debería haber un delito de "lesa cultura", "lesa escritura" para espantajos plañideros, esperpentos fantasmagóricos de tristes pueblos sin cura, monaguillo ni sacristán como éste bucanero, -¡de loro y pata de palo!-, de La Cultura. Habrá quien, piadoso, consentidor y alcahuete, diga: "Perdónalo, Cervantes, porque NO sabe lo que hace". No. Y mil veces nooo. Sí sabe lo que hace. Y debe pagar por ello. Para que no cunda el mal ejemplo. El perro -¡también!- se puede espantar después de la meada.

Yo propondría un castigo ejemplarizante para él y futuros "Bobolongos". De positarlo en una celda amurallada y sepultarlo con exquisita Literatura de la más Alta Factura Intelectual. Fina y delicada Poesía de Alto Vuelo Lírico. Y Diccionarios (uni, bi y plurilingües), Traductores Digitales, Tesauros, Enciclopedias, El Libro Gordo de Petete, El Libro de Alfabetización de Juan Camejo. Y la tapa del frasco en materia intelectual: El Libro de Mantilla, "El Patito Gurrumino Aprende a Deletrear", "El Conejo Valladares Aprende Las Vocales". Que comience su proceso de re-educación por estos tres últimos y decisivos textos ... -¡Mantilla, El Patito Gurrumino y El Conejo Valladares: lo primero-primero! Y que haga el proceso cognitivo-mental inverso: de lo elemental-güaricho-mozalbete ... al pensar reflexivo, maduro, complejo y creativo adulto.

POST SCRIPTUM:

Se me está ocurriendo escribir: "Una Didáctica con Piquete al Revés para Gilipollas, Pirindongos y Patochos". Teóricamente, por estos días, vivo un intenso proceso mental de "re-ñangarización-saludablemente-fanatizante". Menos mal que he vencido las ganas de "dejar el pelero" de éste lado de la acera ideológica. A veces, hasta a los más verracos y curtidos ñángaras, -¡cómo éste servidor!-, "se nos afloja un poquitín la oblea", Camarada Adalid Trujillo. Uno NO es de hierro.

Con tenacidad he rechazado -¡una y otra vez!- inscribirme en el partido blanquecino ese. ¡Dios me salve la parte!



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Cruz Berbín Salazar


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