¡Con este gobierno no hay solución!

"La principal responsabilidad de un gobierno es asegurar la alimentación, la salud y la vivienda de sus habitantes. Y este gobierno no la está cumpliendo".

Venezuela está retrocediendo en estos últimos años a pasos agigantados hacia la "Edad de Piedra", como nunca lo habíamos imaginado. Nuestro país sufre la crisis más profunda de su historia, debido fundamentalmente a la ineptitud, incompetencia, incoherencia, desinterés, codicia, etc. de toda nuestra clase dirigente, deslumbrada y desorientada por la abundancia de nuestras riquezas naturales, que les impidió ver el camino con claridad, lo cual colaboró para que las empresas transnacionales, inicialmente las de origen estadounidense, se hicieran con mucha facilidad, del control de nuestra economía, conduciéndonos por la vía del rentismo, "lo más fácil", es decir, el camino del facilismo y del consumismo, a la vez que desestimularon la producción endógena, convirtiéndonos en un país netamente importador de todo cuanto necesitáramos, incluyendo los productos agrícolas más indispensables de nuestra dieta alimentaria. A pesar de que contamos con más de treinta millones de hectáreas de excelentes tierras fértiles, aptas para todo tipo de agricultura, abundantes fuentes de aguas cristalinas, lluvias moderadas durante todo el año, un clima tropical exuberante, suave y variado, sin desastrosas tormentas o huracanes, ni terremotos, ni épocas de nevadas que puedan dificultar la producción agrícola. Nuestra agricultura, como alguien acertadamente la denominó, no es más que una "agricultura de puertos".

Desde hace mas de cien años, cuando se descubrió el petróleo en Venezuela, hemos estado asediados por la codicia de las grandes empresas petroleras del mundo, las cuales han sido un obstáculo para el desarrollo armónico de la economía de nuestro país, convirtiéndonos en un país mono exportador, sin siquiera permitir el desarrollo de una industria petrolera venezolana, pues durante todo ese tiempo, lo único que hemos exportado ha sido petróleo crudo.
Terminando el siglo XX, apareció la figura esperanzadora, de Hugo Chávez, quien pretendió enderezar el rumbo que llevaba Venezuela, para conducirla hacia un destino diferente, promoviendo e impulsando el desarrollo endógeno nacional. Pero como era lógico suponer, esta política chocaba frontalmente con los intereses fuertemente afianzados en Venezuela y el mundo. Muy pronto comenzaron los ataques provenientes de los grupos afectados, a los que se unieron incluso quienes serían los principales beneficiados con esa nueva orientación del rumbo que intentaba tomar Venezuela. En efecto, la fuerte manipulación mediática internacional, fue orientada inicialmente a la denominada "clase media", muy vulnerable porque que esta clase siempre se ha considerado más cercana a la clase dominante que a la base popular. No percibía entonces este sector que sería posiblemente la clase más perjudicada al oponerse al modelo de desarrollo que intentaba impulsar el Comandante. Después de incontables, continuos y fracasados intentos, durante más de diez años, finalmente los grandes intereses económicos, decidieron y lograron, sacarlo definitivamente del medio causándole la muerte. Ya estaba libre el camino para retomar nuevamente el control y la conducción de la economía venezolana.
Con la colaboración de los "autodenominados hijos de Chávez", que defienden un falso socialismo, pero que en realidad se trata de un nefasto populismo cívico-militar, han logrado hacernos retroceder al punto de partida y aun más atrás.

Hoy nos encontramos, al nivel del inicio de la agricultura, es decir, un poco más adelante de la Edad de Piedra, pues, nuestras tecnologías, industrias y capacidad de producción son netamente foráneas. Todas nuestras capacidades son únicamente de ensamblaje y empaque, pues como todo lo importábamos, no estamos en capacidad de producir ni siquiera una carretilla. Industrias que llegaron a tener cierta capacidad de producción, hoy se encuentran en ruinas, o abandonadas gracias a la incoherencia de las políticas adelantadas por el actual gobierno y la corrupción imperante a nivel nacional.

Las empresas emblemáticas de la CVG, como SIDOR, ALCASA, VENALUM, FERROMINERA DEL ORINOCO, etc. se encuentran además parcialmente paralizadas, produciendo menos del 20% de su capacidad total, con una producción aguas abajo insignificante, por lo cual lo único que generan son pérdidas.
De manera similar, la industria petroquímica venezolana, escasamente satisface las necesidades básicas del país en lo que se refiere a productos derivados de los hidrocarburos como el petróleo y el gas, pues el Plan Petroquímico Nacional, el Proyecto Gasífero Gran Mariscal de Ayacucho, el de las "Industrias Petrocasa", las Doscientas Empresas Socialistas, (que incluían fábricas de alimentos, de productos químicos, de maquinarias y herramientas, de motores, de equipos y materiales eléctricos, de plástico, vidrio y neumáticos, de vestido, de transporte, de viviendas y de reciclaje), las Fábricas de Fábricas, el Gran Complejo Integral Agroindustrial Socialista José Inácio de Abreu e Lima en la mesa de Guanipa, etc., nunca se llegaron a desarrollar plenamente, a pesar de la insistencia de Chávez y los inmensos recursos de miles de millones de dólares otorgados para tal efecto que proporcionó la renta petrolera, que fueron dilapidados totalmente y tal parece que la intención es continuar haciendo lo mismo con el Arco Minero del Orinoco, la Faja Petrolífera y hasta las remesas que están enviando los "lavaposetas" desde el exterior.

Para colmo de males, los valiosos recursos humanos, que con tanto esfuerzo y tiempo, han sido capacitados en años anteriores, tanto en Venezuela como en otros países del mundo, están abandonando nuestro país, generando una descapitalización humana sin precedentes, al mismo tiempo que enriquecen la economía de otras sociedades que bien están aprovechando esa fuga de talentos que es prácticamente irrecuperable.

El desabastecimiento de los productos de la cesta básica, leche, carne, pollo, azúcar, aceite, papel sanitario, etc., son apenas una lamentable muestra de la pobreza y la impotencia a que nos han conducido nuestros dirigentes civiles y militares, a quienes lo único que les ha importado es su beneficio particular y el de su entorno más cercano. Son seres desalmados que no se conduelen al ver al noble y humilde pueblo venezolano sufrir de hambre y enfermedades de todo tipo, a pesar de contar Venezuela con valiosos recursos naturales y riquezas abundantes como muy pocos países del mundo tienen.
El déficit alimentario en Venezuela es un una enfermedad crónica, debido al absurdo funcionamiento de nuestra economía, que además de ser netamente importadora, ha permitido la formación de grandes monopolios comerciales, tanto de venezolanos como de extranjeros, que acaparan y promueven el desabastecimiento, el contrabando y la corrupción entre los empresarios y los funcionarios del gobierno.

De ahí la imperiosa necesidad de romper, primero que todo, con los monopolios importadores de alimentos y los monopolios de distribución.
Los monopolios son enemigos de la equidad distributiva, son contrarios al espíritu de la democracia y verdugos de la pequeña y mediana empresa. No habrá seguridad alimentaria, ni desarrollo endógeno-sustentable de los sectores agropecuario y agroindustrial nacionales, mientras existan los monopolios en el sector agroalimentario.

No podemos dejar de mencionar el caos que produce el deterioro del servicio eléctrico en el país, servicio que alcanzó a tener niveles bastante aceptables y estaba mejorando, durante la gestión del presidente Chávez, pero que durante la presente gestión ha empeorado asombrosamente. El gobierno actual atribuye el problema al fenómeno del Niño, a los traidores, a las iguanas, al saboteo, etc., pero a nadie convence con estos argumentos. Lo cierto es que el gobierno actual no hace nada por resolverlo. Poco le importan los apagones, o que los cortes eléctricos sean por varias horas, que a los habitantes se les averíen los electrodomésticos y pierdan los pocos alimentos que han logrado conseguir con enorme esfuerzo, que la educación y la producción se paralice por las fallas eléctricas. Es un gobierno ineficiente, indolente, irresponsable, corrupto y embustero. En esta era de avanzada tecnología, estamos regresando aceleradamente a las fogatas, a las velas, es decir, a la época de las cavernas.

Pero no todo está perdido. Venezuela se puede recuperar a mediano plazo de esta horrible pesadilla que estamos padeciendo actualmente. Pero es al pueblo trabajador que le corresponde la iniciativa política. Se requiere primero que todo y urgentemente, un pueblo activo, que decida deslegitimar al actual gobierno, a la fraudulenta asamblea constituyente y a la entreguista y mal llamada "oposición" dirigida por la mud.

Es imperativo contar con dirigentes honestos y gobiernos auditados permanentemente, para lo cual es indispensable la participación activa y protagónica del Poder Popular, lo que a su vez requiere que el pueblo soberano tenga el control del Sistema Bolivariano de Comunicación e Información (SIBCI), tal como fue la propuesta de Chávez con el Golpe de Timón.
Tenemos la oportunidad de iniciar una nueva vida partiendo desde un comienzo por desarrollar armónicamente la producción de alimentos, hacia la conquista de la soberanía alimentaria. Existen actualmente modernas tecnologías, equipos y fuentes abundantes de conocimientos agrícolas, escasez mundial de alimentos y además tenemos las excelentes condiciones que hemos comentado anteriormente para lograr un desarrollo endógeno, armónico y sustentable de nuestra agricultura, el cual a su vez dinamizaría toda la actividad económica venezolana, mejorando la calidad de vida de toda la población, evitando al mismo tiempo la codicia y la tentación por nuestros recursos minerales y petroleros por parte de las empresas transnacionales.
La solución para Venezuela no está en la venta de petróleo, ni en la explotación minera, ni en la inversión extranjera, ni en el FMI, ni en los Estados Unidos, ni en los chinos, ni en los rusos, ni con los empresarios privados, ni con los claps, ni con bonos, ni con el carnet de la patria.
¡La solución está en las manos del pueblo organizado y consciente!
¡La solución está en la agricultura!

La producción de alimentos de máxima calidad es la actividad más importante y la mayor responsabilidad de toda sociedad. Es un asunto estratégico para cualquier nación. Es más importante que producir otros bienes, que extraer petróleo para buscar divisas, que explotar la minería, que atraer la inversión extranjera, pero no podemos dejar esta actividad en manos de empresarios privados capitalistas, sean extranjeros o venezolanos, que especulan pero dan empleo, que acaparan, que siempre están exigiendo dólares preferenciales, pues ellos tienen el lucro como su primera prioridad.
¡No seamos ingenuos. Ya bastante tiempo hemos perdido!

La producción y la distribución de los alimentos debe ser una actividad netamente y verdaderamente socialista.

Por lo tanto, debemos desarrollar un verdadero Proyecto Agrícola Nacional:
-Sin destruir nuestro territorio en el Arco Minero del Orinoco.
-Sin entregar nuestro país a empresas transnacionales.
-Sin regalar nuestro petróleo a chinos, rusos, ni estadounidenses.
-Sin empeñar las reservas de oro, abandonándolas en bancos extranjeros.
-Sin abandonar a los pobres pensando que solo los ricos son importantes.
-Sin alquilar refinerías a empresas internacionales.

-Sin permitir que empresarios privados y banqueros compren dólares a Bs10. -Sin tener que criar conejos y pollos en nuestros apartamentos, etc., etc., etc.
Estamos en capacidad de alimentar completa y saludablemente a todo el pueblo venezolano, proporcionando a su vez, vivienda digna, de óptima calidad, excelentes servicios de salud y educación para sus hijos, empleo muy digno y muy bien remunerado, campos deportivos, clubes sociales, parques infantiles, etc., a más de 1,5 millones de personas vinculadas a la actividad agrícola.

Igualmente contamos con universidades, institutos tecnológicos, escuelas técnicas, liceos, FANB, PDVSA, CVG, todos los ministerios e instituciones que podrían y deberían hacer un inmenso aporte para la realización de este importantísimo proyecto, pero actualmente se encuentran al margen de toda actividad agrícola.

Este proyecto sería a su vez, la base fundamental, o el motor principal para desarrollar completamente la agroindustria venezolana, (producción de harinas, aceites, alimentos concentrados para animales, frigoríficos, mataderos, industrias lácteas, licores, enlatados, etc.) con lo cual, Venezuela podría ser en muy poco tiempo un país exportador de alimentos procesados de todo tipo, además de lograr nuestra soberanía alimentaria, generando además otros 2 millones de empleos muy bien remunerados.
De manera similar, es obvio que paralelamente se produciría un gran desarrollo de la agricoindustria nacional, (fabricación de equipos, herramientas, maquinaria, motores, motobombas, vialidad rural, viviendas, sistemas de riego, mangueras, lagunas, pozos, producción de fertilizantes, abonos, semillas, investigación genética, viveros, etc.), generando adicionalmente otros 2 millones de empleos excelentemente remunerados.
Como podemos apreciar fácilmente, el Proyecto Agrícola Nacional dinamizaría enormemente, en un mediano plazo, la economía venezolana, generando millones de empleos bien remunerados, al mismo tiempo que mejoraría la calidad de vida y el desarrollo armónico de todo el pueblo venezolano, aumentaría la capacitación laboral, (sin la tal chamba juvenil) y en consecuencia, el empleo para muchos jóvenes venezolanos que hoy están abandonando el país en busca de trabajo y mejores condiciones de vida.
Nuevamente invito a visitar, conocer, discutir y divulgar UNA PROPUESTA AGRICOLA NACIONAL, ver:

/http://propuestaagricolanacional.blogspot.com/

que de someterse a un debate público, podría generar muchas ideas adicionales, que nos permitirían diseñar un hermoso Proyecto Agrícola Nacional, con miles de Unidades de Producción, viviendas, centros de salud, centros educativos, deportivos, clubes sociales, centros de acopio y de venta alimentos a precios sin competencia, verdaderamente socialistas, sin comerciantes, sin intermediarios, sin especuladores, sin claps, sin corrupción, en el cual, tanto el gobierno, con todas sus instituciones, PDVSA, FANB, CVG, PDVSA Agrícola, INCES, las Misiones, las universidades, escuelas técnicas, liceos, los trabajadores, la juventud y el pueblo en general, se vean involucrados, beneficiados y además, sean partícipes de de la construcción de una nueva Venezuela para los tiempos por venir.

Atentamente;

05 /10/ 2018



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Gilberto Hernández Ortíz

Graduado en la universidad Nacional de Colombia en Licenciado en Ciencias de la educación especializado en el área de Física y Matemáticas Postgrado en Educational Media en la Universidad de North Carolina A&T State University año 1984 - Greensboro, N.C Prof. Jubilado de la Univ. de Oriente (Núcleo Anzoátegui)

 gilnandez@hotmail.com

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