Alquimia Política

FEDUEZ ¿Un elefante blanco?

Dedico:

Al profesor Jorge Quintero (docente-investigador de la UNELLEZ-VPA),

amigo y gran editor desde las plataformas virtuales…

Los retos son importantes, pero estos deben ir acompañados de utopías y sobre todo de voluntad. El mundo del conocimiento, desde la aparición de la imprenta de Gutenberg, por allá a mitad del siglo XV, después de Cristo, capaz de grandes tirajes de copias, haciendo posible la difusión de los manuscritos (libros), fue toda una revolución que hizo posible la consolidación de un siglo XX, bajo la égida del saber, como vía para dominar la técnica y transformar aún más la naturaleza en beneficio de la civilización humana. Esas ideas que ya no pasaban de memoria en memoria, por la vía oral de poemas y canciones, dio paso a las historias y crónicas guardadas en los símbolos de las letras que dan sentido a los idiomas modernos y al conocimiento.

Esta revolución del saber, en la segunda década del siglo XXI, ha venido a introducir un nuevo elemento en esa cultura del libro que la imprenta de Gutenberg promovió, hoy está en los contornos del mundo digital de la informática y los software de edición que minimizan los gastos y dan espacio a mucha información con tan solo darle clicks a una tecla de un computador. El libro electrónico llegó para ocupar espacio pero no para sustituir a la edición impresa, porque ésta jamás perderá esa intimidad entre el lector, la hoja de papel y el olor de tinta, aunque la figura del libro electrónico se ha convertido en la garantía para la supervivencia de las editoriales o fondos de edición de las Universidades en el mundo.

En el caso de la Universidad Nacional Experimental de Los Llanos Occidentales Ezequiel Zamora, se le ha dado cuerpo al Fondo Editorial, como una dependencia que sigue lineamientos directos del Concejo Directivo y del Rectorado, creada en el 2004, (Gaceta oficial Nº 38.092), con el nombre de Fondo Editorial de la Universidad Ezequiel Zamora (FEDUEZ), teniendo como principio atender las demandas de bibliografía que conduzcan a mejorar el rendimiento académico, tanto de los miembros de la comunidad universitaria de la UNELLEZ, como del entorno territorial donde la misma pueda ejercer alguna influencia.

Ahora bien, el FEDUEZ, cuyo objeto es la producción, edición, adquisición, distribución, difusión y comercialización de todas las publicaciones diarias, semanales, mensuales, anuales, editadas o coeditadas por la Universidad, persigue consolidar en el ámbito Universitario la información cultural, académica, recreacional, literaria, histórica, social y científica, que responda a las necesidades educativas de los miembros de la comunidad universitaria y de la sociedad. Es una herramienta de integración del mundo Universitario con el entorno social y la satisfacción en ese entorno social de las necesidades de asistencia técnica y formación que mueva toda esa estructura compleja que hoy día representa la sociedad moderna.

En este aspecto, la dirección del FEDUEZ, se debe en todo momento a un Editor, no a cualquier funcionario o profesional, como se tiende a creer que si una persona pasa por la Universidad es casi un deber conocer el mundo de los libros, pero hay quienes pasan por muchas Universidades y no llegan ni siquiera a saber leer; el perfil de alguien que administre un Fondo Editorial es el de Editor; y para Editor no se estudia, va con el ser humano, con su testimonio de vida hacia y por la gerencia acertada del conocimiento. El Editor, en pocas palabras, es quien se dedica a hacer libros, pero a su vez darle a "esos libros" (en formato impreso o digital), un sentido de utilidad y de interés que haga posible alcanzar a un lector y atraparlo en todos sus sentidos.

En el mundo de la vida (tomando la frase de Husserl), el Editor se encarga de establecer una línea editorial que responda a los intereses de la institución o del grupo de negocio que le ha dado la responsabilidad de producir textos; así mismo el Editor tiene la responsabilidad de seleccionar, generar un mercado potencial que haga atractivo la colocación de algunos títulos para la difusión y el trabajo creativo de la producción de libros. El Editor, interviene de manera directa en la producción de textos, dándole condiciones adecuadas al manuscrito por la vía de los procesos de correcciones, levantado de texto, maquetación, diseño de cubierta, impresión, aspectos legales, entre otros.

Luego viene la tarea de la distribución del libro, porque de qué sirve producirlos sino se va hacer un proceso de promoción y colocación de ese producto del conocimiento, es necesario comprender el mercado y promover en ese mercado la colocación efectiva y eficiente del libro como producto del saber y de su fuerte imagen que hace posible elevar el prestigio y presencia de las instituciones o de los grupos empresariales que invierten en el ramo, en el modelaje del hábito de la lectura en la sociedad.

En este aspecto, el Editor maneja las herramientas de difusión y marketing, que invade con ideas el área de cultura de medios de comunicación, reseñando todo cuanto en ella se da y moviendo los escenarios de difusión del conocimiento hasta que permita que se vayan sumando más lectores y con ello se le dé sustentabilidad a los valores de una cultura del saber al servicio del hombre y del entorno social.

Pero también la figura del Editor se encuentra con presagios nada halagadores en este universo de la hipermodernidad; se hace alusión mucho, cuando de Fondo Editoriales se trata, de que en un mundo donde impera el consumismo y la crisis económica, quién va a invertir en libros pudiendo invertir en alimentos y vestidos. Se impone la pirámide de Maslow, de jerarquía de necesidades humanas, donde las necesidades básicas, ubicadas en la parte inferior de la pirámide, las fisiológicas para mantener la homeostasis (respirar, beber agua, alimentarse, dormir, descansar, eliminar los desechos corporales evitar el dolor y mantener la temperatura corporal, en un ambiente cálido o con vestimenta), se imponen a las necesidades de Autorrealización (último eslabón de la pirámide), en donde la creación de un libro toma parte importante, Maslow lo denomina necesidades de motivación, de crecimiento y de ser. Pero esa lógica de Maslow, perteneciente a un siglo XX, en plena Segunda Guerra Mundial (1943), hoy día, si bien importa, no es determinante, porque la inyección de adrenalina y valores que produce la Autorrealización alcanza niveles siderales al compararla con el efecto necesario y continúo de las necesidades fisiológicas. Hay quienes conciben la Autorrealización como la vida.

Pero no se trata de sustituir una necesidad por otra, sino de complementarla; de este modo la Autorrealización tiene cabida en el mundo Universitario porque es el objetivo de logro en la experiencia académica, y la construcción de textos, libros, documentos que hablen de nuestro saber y nuestra esencia, una vía expedita para materializarlo sin dejar a un lado la satisfacción de otras necesidades.

De tal modo que la frase muy común de que un Fondo Editorial es un "elefante blanco" (white elephant), atribuida a posesiones que tienen un costo de manutención mayor que los beneficios que aportan, no es descabellada a la hora de calificar el papel del FEDUEZ, en la realidad social, política y cultural de Venezuela. Pensar que un Fondo Editorial pueda tener brillantes en el escenario de la academia moderna es tener sensatez, porque esa es la razón de ser de una Universidad con su producto Libro, pero a su vez ser catalogados de utópicos, porque todo autor no está solamente por producir nuevo conocimiento, en muchos de los casos, está por obtener rentabilidad de su producción intelectual. Es acá donde precisamente está la piedra de tranca, porque un Fondo Editorial de una Universidad que persiga autofinanciamiento y consolidación como casa editora de renombre, solamente llega a ese lugar por la vía del sacrificio, del trabajo colaborativo y de la convicción de asumir el compromiso como un acto de vocación y desprendimiento, valores poco comunes en los hombres y mujeres que llegan a la academia, porque se impone la egolatría, la soberbia y los sentimientos minimalistas humanos que solamente la experiencia y los derroteros de la vida le van destilando hasta convertirlo en humildad, paciencia y tolerancia.

Esto nos lleva a preguntas puntuales: ¿Cómo lidiar con las necesidades humanas confundidas? ¿Cómo alcanzar que se entienda la misión de "…difundir el pensamiento universitario y de la comunidad de la región, producto de la labor de investigación y de extensión, plasmado en obras de colección", en una situación-país deprimente, con altos costos en la materia prima editorial, y con tan poca inversión en el ramo por parte de propios y extraños? Es difícil entender el campo editorial en Venezuela y más difícil es entender el papel de un Fondo Editorial como el FEDUEZ, ante una realidad que se consume en un 90% nuestras motivaciones y necesidades en lo que sería la supervivencia básica. Los salarios no alcanzan y no se cuenta con recursos económicos que materialicen la posibilidad de cumplir la misión de difusión de textos impresos o electrónicos, en el rigor de las expectativas de una comunidad Universitaria tan heterogénea como tan dispersa en cuanto al interés real por la lectura y la adquisión de nuevo conocimiento.

Tenemos una masa profesoral (docentes e investigadores), en el caso de la UNELLEZ, que no termina de desarrollar sus habilidades y destrezas, circunscribiéndose al escenario del aula de clase como justificativo de su labor profesional, cuando su responsabilidad está compartida con la creación de ideas y la construcción de nuevos escenarios de estudio y de indagación científica. Pero también, en el caso institucional de la UNELLEZ, no se le ha abierto los espacios a esa masa docente para que se desenvuelva y dé riendas sueltas a su vocación creadora; es una lucha no tanto contra la crisis económica, sino contra la desmotivación y las conductas particulares de cada docente o investigador.

Sin embargo, hay esperanzas: al "mal tiempo buena cara". Ante tantos obstáculos la alternativa virtual (libros electrónicos) sigue siendo la salida; hay experiencias gratificantes en la UNELLEZ, que solamente falta activarlas, impulsarlas e ir llevándolas de manera que al cabo de poco tiempo podamos comenzar a ver sus frutos por la vía de nuevos trabajos y nuevas experiencias académicas que nos coloquen en un lugar privilegiado de interacción permanente con todos los círculos de la sociedad que buscan interacción directa a través de los saberes. No es una utopía pura lo que tenemos al frente, es una "utopía tópica", de gran potencialidad que al darse con la fuerza y la intencionalidad de quienes tengan a bien dirigirla, podrá enrumbarse a una nueva era de inmensos desafíos y de grandes aciertos.

Uno de los editores más importantes de Venezuela, fue José Agustín Catalá; con él tuve grandes conversaciones y llegamos hasta publicar varias experiencias investigativas en su casa Editorial Centauro. Catalá decía acerca del futuro editorial en Venezuela: "Hay obstáculos, debe haberlos, solamente así se valora la razón de ser del libro y del autor; pero deben ser obstáculos que superemos en conjunto Editor-autor, porque de lo contrario el Editor no edita, ni el autor publica…" En simples palabras, el "elefante blanco" está en la mente de quienes no ven en el FEDUEZ, la posibilidad, sino el armazón vacío; llenémoslo, hagamos de este Fondo Editorial la excusa perfecta para impulsar la investigación donde solamente ha anidado la desmotivación y el conformismo. Dura tarea por hacer, pero en conjunto, bajo el criterio del trabajo en equipo y la consolidación de nuestra Autorrealización como meta, todo es posible.



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Ramón Eduardo Azócar Añez

Doctor en Ciencias de la Educación/Politólogo/ Planificador. Docente Universitario, Conferencista y Asesor en Políticas Públicas y Planificación (Consejo Legislativo del Estado Portuguesa, Alcaldías de Guanare, Ospino y San Genaro de Boconoito).

 azocarramon1968@gmail.com

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