La Jubilación del Contralor. Un sainete confuso y extraño

Se pudiera decir, si uno prejuiciado, ve este asunto, que el Contralor General de la República "fue por lana y salió trasquilado". Decimos lo anterior tomando en cuenta que dijo que "Venezuela es un país altamente corrupto" https://www.aporrea.org/actualidad/n333318.html y por eso, solicitaría a la ANC legislase sobre el control previo para poder tener sustento en su propósito de combatir ese estado de cosas. Habiendo dicho eso, esperábamos introdujese ante el órgano legislativo algo como un proyecto de Ley que le amparase para luchar contra lo denunciado. Pasados los días, uno se sorprende cuando se entera que en lugar de cumplir lo prometido lo que introdujo fue una solicitud de jubilación. Por lo menos, eso es lo que informan desde la ANC.

De ese insólito desenlace uno concluye, hasta de la mejor buena fe, que al tipo le pidieron hiciese esto último y no lo que ofreció hacer en principio. Quien denuncia un estado de cosas grave como ese y se propone solicitar le respalden legalmente para desatar una cruzada contra ella no puede estar pensando en renunciar y menos en jubilarse, pues la pelea es peleando. Por eso dijimos lo de "fue por lana y salió trasquilado". Es probable que haber dicho lo de un "país altamente corrupto", fue la gota que derramó el vaso. Pues con anterioridad se le había acusado de de nepotismo en la Fiscalía General de la República donde tenía, según algunas informaciones puestas a correr, colocada una buena parte de su familia, lo que admitió públicamente calificando su conducta de "nepotismo positivo". Como esa excusa no parece muy convincente, pero habiendo sido presentada en un momento que las cosas no estaban como para salir de ese funcionario, pues aquello coincidió en el tiempo cuando se desató el conflicto con Luisa Ortega Díaz y el reciente nombramiento de Tareck William Saab de Fiscal General de la República y habiendo él respaldado al gobierno, quienes manejan las manijas del poder quizás optaron por "pasarlo por bolas", esperar nuevos y mejores momentos. Quizás él creyó eso olvidado y hasta nunca tomó conciencia que había confesado algo muy grave y ahora se atrevió a más, como denunciar un grave estado de corrupción ante el cual el organismo que presidía se hallaba desarmado. Pero al parecer se equivocó. Pues es como demasiado obvio que no estaba en sus planes pedir se le jubilase sino entrarle de lleno a la corrupción, claro sólo a esa que calificaba como tal. Pues parecía ver la astilla en ojo ajeno pero no la viga en el propio.

Pero los acontecimientos se desarrollaron de una manera que abre nuevas conjeturas y hace pensar que lo estaban esperando, quizás en eso que los venezolanos llamamos la bajadita y esta se asomó al decir el Contralor lo que todo el mundo sabe y comenta, lo relativo a Venezuela como un país "altamente corrupto"; pues se trata de algo como demasiado sugerente y hasta un envolverr a casi todo el mundo.

Quizás por ese hablar sin freno ni comedimiento, sucedió algo inusual. Apenas el presidente de la ANC, Diosdado Cabello leyó la carta solicitud de jubilación del CGR, en lugar de darla por recibida y pasarla a estudio, como se suele hacer en esos casos, para dar tiempo al mismo solicitante pensase mejor o más tiempo su decisión y al Estado mismo sobre la persona más conveniente para sustituirle, se procedió de inmediato a votar por aceptarla y, lo que es como más asombroso, a designar de inmediato un sustituto, en este caso el diputado Elvis Amoroso, vicepresidente del cuerpo legislativo. Tal proceder dejó claro, sin duda alguna, que dicha solicitud era esperada y hasta como deseada, tanto que la esperaban para a hacer lo necesario e inmediatamente nombrarle sustituto. Y lo hicieron más rápido que inmediatamente, sin guardar ninguna formalidad, consideración, como deseosos de despachar aquello de la manera más rápida.

Imagino que tal proceder debe haber dejado en el CGR una impresión por demás desagradable, pues le demostración cuán deseosos estaban de salir de él. Tanto que no le dieron tiempo ni siquiera para arrepentirse, menos para introducir el ofrecido proyecto de Ley para evitar que se mantenga la situación de indefensión del Estado y especialmente del venezolano, frente a la proliferación de la corrupción. Uno tampoco va a entender que un funcionario que se percata de la gravedad de lo que acontece, cosa poco usual entre quienes gobiernan y se proponga solicitar se le respalde sólo con una Ley para iniciar su gesta contra quienes roban al Estado, inmediatamente opta por solicitar se le jubile, casi como presentar su renuncia. Y si se entiende algo es que le obligaron a tomar esa opción por haber dicho algo sumamente indelicado como para indisponer a alguien o proponerse poner coto a las actividades de gente envuelta en eso que el "renunciante" o despedido denunció.

Aunque podría ser que, como dicen en mi pueblo, se juntó el hambre con la necesidad; como que el CGR nombró la soga en la caso del ahorcado, se propuso cerrar las grietas por donde se filtra todo aquello corrupto y hasta es posible le estén cobrando aquello del nepotismo.

Pero esto último no parece convincente, siendo más bien esa una manifestación de debilidad y hasta complacencia para que la corrupción pueda seguir libre y campante.

Lo cierto es que todo lo acontecido alrededor del funcionario renunciante, que más parece ser destituido y hasta como con alevosía, pues no se guardó la debida compostura y formalidad de manera que pudiese salir con dignidad, no deja de parecer un sainete confuso y extraño.



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Armando Lafragua


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