Cuando liberan a un fascista tiembla la sociedad

Ciertamente que tras la búsqueda y consolidación de la paz, se deben hacer concesiones aunque hagan chirriar los dientes y tiemble la sociedad. El siglo XX, por solo mencionar un centenario en la historia milenaria de la humanidad, registra acciones desalmadas, míseras y casi demoniacas cometidas por mentes enfermizas que no concebían la vida como máxima expresión de libertad sino como placer sanguinario al provocar la muerte y degradación humana.

Asumen la conquista y el ejercicio del poder a través del sufrimiento en masa, los asesinatos selectivos y las bajas pasiones colocando en vilo el destino de millones de personas inocentes, comunes y corrientes, adversarios y hasta aliados. Son, simple y llanamente, figuras políticas y militares retorcidas al servicio de un capitalismo misógino, xenófobo, misántropos y explotador.

La liberación del micro discípulo de Hitler, llamado Loren Saleh, testifica los riesgos que se corren cuando el concepto de Justicia le abre las puertas del calabozo a un asesino que no lo pensó dos veces para sembrar violencia desmedida y continua. Cuarenta y cuatro (44) venezolanos y venezolanas permanecen bajo tierra, con deudos que nunca los olvidarán, y ochocientos setenta y ocho (878) lesionados, entre ellos ciento treinta y siete (137) efectivos de la GNB, porque este siniestro dirigente de la Derecha violenta como aliado estelar de la banda proyanki (M.C. Machado, L. Mendoza, Borges) dio órdenes para arremeter contra todo y todos los que estuvieran en la zona de guerra que promovían con sus "manos blancas", en el 2014.

Demostrado estuvo el grado de responsabilidad directa en las guarimbas , conocidas como "La Salida". Participó directamente "…en la comisión de delitos contra el orden constitucional en el marco de graves acciones dirigidas a generar violencia, desestabilización y la alteración de la paz" según lo reseña La Comisión para la Verdad, la Justicia, la Paz y la Tranquilidad Pública.

Frente a estos hechos aborrecibles, desde todo punto de vista, nadie podía imaginar que cuatro años después por esos extraños artificios de la política en manos de políticos negociadores y, en nombre de "la Justicia, la Paz y la Tranquilidad Pública" (sic), saliera de la cárcel porque durante su tiempo de detención, Saleh manifestó "conductas violentas, destructivas y suicidas que ponían en peligro su integridad personal".

Es decir, durante los meses que fabricó y lanzó bombas molotov, construyó barricadas en zonas urbanizadas, apedreó edificios públicos, puso en peligro la vida de niños y personas adultas, trancó el tránsito infinidad de veces, creó zozobra, promovió la quema de cinco mil (5.000) árboles, generara pérdidas superior a los diez mil millones de ´dólares, murieran más cuarenta personas y, entre otros detalles de "conducta", le besara la mano al Mussolini colombiano llamado Álvaro Uribe, este pichón hitlerista llamado Loren Saleh, no tenía "conductas violentas, destructivas y suicidas que ponían en peligro…" la integridad física y psicológica de los habitantes de Caracas y el resto del país.

Ahora resulta que derrotados los guarimberos, capturados los principales cabecillas, sometidos a juicio y recluidos en cárceles para condenados y procesados por delitos menores y peores, los miembros de la sinigual Comisión para la Verdad, la Justicia, la Paz y la Tranquilidad Pública recomienda "…al Sistema de Justicia la adopción de medidas alternativas a la privación de libertad a favor del mencionado ciudadano, (criminal, se dice en criollo) con el objeto de exaltar el mejor cometido de la justicia, el debido proceso, la garantía de los derechos humanos y los valores fundamentales del orden constitucional venezolano".

Invocando los extremos de ley y sustentando el sentido de justicia en términos de conquista intelectual y filosófica de la Humanidad, uno puede admitir esta medida cautelar sustitutiva, sin embargo, queda un sabor amargo, de impotencia desoladora al saber que los derechos humanos de las víctimas y la agresión psicológica a la que fue sometida la población durante el periodo guarimbero, hayan quedado en segundo plano. Se impuso la treta maquiavélica de la política, las cartas marcadas en el juego de poderes frente a la lección moral, de absoluta justicia y toma de conciencia para el resto del país.

Mientras recibimos golpes por las costillas, magnicidios frustrados contra la integridad del señor Presidente, bloquean cuentas internacionales propiedad de la Nación, boicotean el transporte público, acaparan productos, amenazan las fronteras, en fin, Venezuela vive un desangramiento hiperinflacionario con una crisis poliédrica fulminante, se beneficia a un asesino convicto y confeso porque "está en peligro su integridad física…".

No sé por qué pienso que esta decisión ("recomendación", es el eufemismo) del establecimiento político-jurídico vigente, tiene un parecido a la manera como se desplazan los cangrejos: de un lado para el otro, evadiendo siempre el riesgo de actuar de frente y sin remilgos.

Haber liberado a un fascista criollo y dejar que saliera inmediatamente para España, de cierta forma consuela porque ahora los españoles sentirán, en carne viva, la crueldad y miseria humana de un admirador trasnochado de Franco, adulador de Mariano Rajoy, cargamaletín de Aznar y súbdito de una monarquía parlamentaria en vías de extinción por abusos de poder y reinado corrupto e inservible.



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Elmer Niño


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