Ninguna revolución ha fracasado por ser más radical

La historia de la comuna en Venezuela es la historia del proyecto socialista en la Revolución Bolivariana. Desde el origen del movimiento encabezado por el Comandante Hugo Chávez hasta su desaparición física, la experiencia colectiva de transformación política permitió identificar distintas contradicciones, conduciendo el proyecto hasta un grado más alto de madurez en su visión y objetivos. Esta madurez tiene su mayor expresión en el Golpe de Timón, donde Chávez sintetiza la frase "Comuna o nada" apuntando a la organización comunal como forma concreta para lograr el socialismo. Esta síntesis constituye un momento de claridad porque, al volver la vista atrás, permite identificar las distintas etapas en las cuales la propia práctica histórica demostró que para alcanzar la democracia participativa y protagónica era ineludible declararse antiimperialista, y luego que ese antiimperialismo conlleva necesariamente a la construcción de un sistema distinto al capitalismo.

El Comandante Hugo Chávez encabezó el avance de la revolución bolivariana cada vez más hacia la izquierda, abrazando las banderas del marxismo y uniéndolas, como antes hiciera Alí, al bolivarianismo. Su liderazgo indiscutible permitió que la propuesta socialista fuera hegemónica en el discurso bolivariano, y aunque ningún miembro de la dirección política del gobierno elevó su voz en contra, en la práctica actuaron muchas veces contrariando las instrucciones. Este conflicto expresa el origen policlasista del chavismo, las distintas corrientes e intereses de clases de quienes forman parte de su más alta dirección. Hoy, en ausencia del líder estas tendencias internas salen a flote, pretenden desviar el proyecto, retrocediendo en lo alcanzado, arreando las banderas del socialismo y poniendo sobre el tapete discusiones superadas décadas atrás cuando la historia demostró la inviabilidad de ciertas posiciones.

Sin embargo, no es el discurso de ciertos dirigentes lo que preocupa sino las prácticas que consecutivamente han venido realizando y de las cuales es expresión ese discurso. Preocupa la pretensión concreta de convertir a la burguesía en el sujeto histórico de la revolución. Frente a esto estamos seguros de que la burguesía es incapaz de desarrollar las fuerzas productivas y los bienes para la satisfacción de las necesidades colectivas a través de la creación de nuevas formas de producción y de una gestión democrática de la riqueza. La experiencia ha demostrado que la burguesía que se ha formado en Venezuela es una burguesía importadora, parasitaria y rentista, dependiente como ninguna otra de la protección y los subsidios del Estado.

La cuestión de si el burgués es bueno o malo, nacionalista o apátrida quedó resuelta en el propio devenir histórico de la Revolución Bolivariana. Urge la defensa del carácter transformador del proyecto retomando la confianza en la clase trabajadora, en el campesinado y en todo el pueblo organizado frente al capitalismo. Debemos remoralizar, repolitizar y reunificar al pueblo en torno a las banderas conquistadas por el proyecto bolivarano reafirmando la comuna como camino y el socialismo como sistema. Ninguna revolución ha fracasado por ser fiel a sus principios. Las experiencias revolucionarias fueron derrotadas por no avanzar radicalmente hacia estadios mayores de organización.

alicostas.manaure@gmail.com



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