Destrozaron el Bolívar Soberano

Desde que murió el Comandante Hugo Chávez, los trabajadores y personas honestas, los pocos corruptos que no han podido robar y la mayoría nacional, hemos sobrevivido la vida social en un estado de tensiones e infelicidad, aunado a momentos críticos de escasez, hambre distraída, malnutrición, muertes súbitas por falta de insumos y de la atención médica necesaria, en medio de un ritmo económico hiperinflacionario, que hasta el presente, a esta fecha del 2018, tocando la primera semana de octubre, ha convertido en híperpluscuammillonarios a los ricos, a los dueños de los medios de producción y comercialización, a los bachaqueros de cuello blanco y a los corruptos.

Y, si hoy estuviese vivo el Comandante Hugo Chávez, muy seguramente, estuviésemos viviendo los mismos ataques a la población, centrados en destrozar la economía nacional, puesto que éstos se han concentrado y reacomodado como etapa superior de la guerra político-económica para salir del chavismo como posibilidad de construcción del socialismo bolivariano del siglo XXI.

Esto significa que con Nicolás Maduro en la presidencia de la República, en la conducción de la revolución chavista y del partido socialista Unido de Venezuela (PSUV), la derecha ha venido aplicando todas las tácticas posibles y más sofisticadas de ataque terrorista económico, ahora, más radicales y brutales que los que padecimos y vencimos con el Comandante Chávez.

Pero, hay una gran diferencia: con el Comandante Hugo Chávez vencimos a cada ataque artero y del que hubo lugar. Con Nicolás Maduro, su equipo de dirección y nosotros, los militantes y Pueblo de a pie, hemos resistido valientemente, pero no hemos vencido. Particular, ética y objetivamente, debo señalar, con deseos profundos de equivocarme, que por el camino que vamos, aunque la estrategia sea noble y viable, estamos condenados al fracaso, debido a las inadecuadas (en unos casos) y extemporáneas (en otros), tácticas aplicadas. Pero, estoy aún más convencido de que la culpa de nuestro fracaso como República, Estado y nación, es de todos nosotros, más allá de Nicolás Maduro como el Protector de la Patria y de esa derecha corrupta y voraz que nos ha quebrado económicamente, hasta que por fin, consigan, quebrarnos políticamente.

El caso es que a cada ataque de la verdadera oposición, la que controla la economía burguesa nacional, desde el pasado año dos mil trece (2013), aunado al boicot y caída de los precios petroleros liderado por el imperio estadounidense, hemos respondido con medidas paliativas, que si bien es cierto, han refrenado o postergado una insurrección popular, también es cierto que poco a poco, nos han llevado a la ruina y pobreza familiar, incluso, quebrando voluntades de muchos connacionales, quienes cegados por la desesperación, el infantilismo y el engaño, emigraron a países vecinos en desbandada, sin percatarse de que la explotación laboral, la violencia de género, la discriminación social, la xenofobia y todas las lacras del capitalismo están agudizadas en dichos países, en donde la pobreza no baja del setenta por ciento (70%).

En esta realidad concreta, desde el 2013 los venezolanos que no vivimos de la especulación, usura, robo con patente de comercio o servicio o por acción de la corrupción, hemos tenido las más horribles y miserables navidades, jamás antes narrada, ni por José Rafael Pocaterra con su cuento "De cómo Panchito Mandefúa cenó con el niño Jesús (En: Cuentos grotescos: 1922), como corolario de la miserabilización de la vida social, durante los once meses previos en los que transitamos cada año. No podemos ser simplones en creer que en materia económica, resistir sea igual a triunfar. Han sido casi seis años resistiendo los ataques terroristas económicos sin respuesta efectiva, con un saldo de infelicidad social, de muertes prematuras y de ruina familiar que en nada se parecen a ninguna victoria, mientras los ladrones están muy refortalecidos para seguir estrangulando a los trabajadores y de allí pasar a cogerse, formalmente, el poder político o del Ejecutivo, tal vez, con la ayuda de sus víctimas, el mismo Pueblo ignorante y arrecho al que han robado y que como válvula de escape, apliquen el mitema de Jonás contra Nicolás Maduro.

En este tira y encoje de terrorismo económico y de contragolpe surgido desde el gobierno nacional, padecimos, entre las mil formas de ataque, la hiperdevaluación del Bolívar Fuerte (Bs.F.), hasta que por una brillante y articulada medida asumida por el Presidente Nicolás Maduro, llegamos el pasado veinte de agosto del dos mil dieciocho (20/08/2018), hace apenas cuarenta y siete (47) días, a la reconversión monetaria del Bolívar Soberano (B.S.), en la que se eliminaban en este nuevo cono monetario cinco ceros, además de anclar su valor al de la criptomoneda, el Petro, cuyo valor, a su vez, está anclado al del precio del barril de petróleo venezolano en los mercados internacionales.

Pues, resulta que esa derecha dueña de comercios y servicios, con su especulación y usura, en la más vomitiva y vulgar impunidad, gracias a la complicidad en la que nunca se han tocado los intereses de ellos, nunca se les ha sancionado como corresponde y nunca se les ha impuesto el respeto y temor al Estado y al gobierno revolucionario, gracias a todo ello, han destrozado el valor real del Bolívar Soberano en menos de cuarenta y siete días, porque en la primera semana del veinte de agosto (20/08/2018), ningún trabajador honesto en los primeros quince días ganaba en Bolívares Soberanos; luego, el decreto presidencial de los aumentos de sueldos, entró en vigencia desde el primero de septiembre (01/09/2018), fecha que ha sido irrespetada en muchas instituciones públicas y privadas, mientras que cada día, nosotros, como Pueblo de a pie, mal llamado "Soberano" y "Poder" Popular, hemos sido víctimas pasivas de los aumentos de precios diarios en una escala del trescientos por ciento (300%) interdiario, porque, simple y llanamente, al Pueblo no se nos ha negado el Poder suficiente y real, y desde la real politik, desde el gobierno en todas sus instancias, no se le para media bola, ni a las UBCH, ni a los CLP, ni a los CLAP, menos aún, a los colectivos, para nosotros enfrentar a estas lacras de la especulación y usura, al mismo tiempo que el show de los llamados "Precios Acordados" no ha sido más que la gran burla que nadie cumple, en detrimento de las personas honestas asalariadas, que contemplamos, con asco cómo la llamada SUNDDE no ha sido más que un vulgar ente para el performance televisivo que hoy goza de nuestro rechazo y desprecio, amén de la corrupción que exhiben sus funcionarios a la vista de indefensos pataenelsuelo que no nos atrevemos a rechistar frente al poder de las armas que enarbolan los elementos de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) y policías que protegen los comercios de los ladrones formales.

La pregunta acerca del "qué hacer", ha sido harto respondida por gente muy capaz, revolucionaria y culta, incluso, muy cercana al Presidente Nicolás Maduro y al entorno gubernamental. No es posible que la derecha comercial, empresarial, criolla y extranjera, nos imponga la miserabilización de nuestra vida con su especulación voraz. Nadie cree en la imposibilidad real para enfrentar a estos ladrones que cada día, a cada segundo, están robando al Pueblo, mientras destrozan el valor real del Bolívar Soberano.

Por otra parte, todavía hay una gran fuerza esperanzadora en el Pueblo, con la que todavía esperamos a que el presidente Nicolás Maduro haga lo que corresponde –porque no se está haciendo- y que se lleve por delante a esta voraz y corrupta clase económica, empresarial, comercial y de servicios, que ha sido intocable, hasta el día de hoy. No esperemos a que la ignorancia, la rabia y la arrechera se junten, con consecuencias inatajables. No nos solacemos en una falsa paz, cuando los ladrones nos están miserabilizando la vida, mientras ellos son híperpluscuammillonarios a costa de nuestra ruina.



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Luis Alexander Pino Araque


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