Cambio de actitud o apresurado comentario de Eva Golinger

Sorpresivamente y con toda seguridad de manera apresurada, abandonando la proverbial enjundia conque presenta sus análisis sobretodo en materia internacional, la talentosa abogada internacionalista Eva Golinger, a mi juicio se apresuro a emitir opinión sobre el viaje del Presidente Maduro a la septuagésima tercera reunión de la Asamblea General de las Naciones Unidas, al calificar como una decisión de última hora tras el discurso del Presidente Trump, manifestando tajantemente que, el viaje de Maduro, fue una muestra se debilidad y desesperación, sobre lo que ella cosidera debió ser el comportamiento del Jefe de Estado en las circunstancias que atraviesa Venezuela.

La presunción de que el viaje no estaba planeado es incorrecta, porque desde los altos niveles del Ejecutivo siempre se comentó que el Presidente estaba estudiado detenidamente las circunstancias que pudieran rodear y hacer más o menos peligroso tal desplazamiento luego del atentado fallido contra la plana mayor de los poderes nacionales y las muestras de desesperación que dan los sujetos de la oposición en el extranjero, aunados a voceros de los Estado Unidos que pudieran reconsiderar la propuesta del Reverendo Pat Robertson, quien no obstante ser un hombre de Dios, sugería abiertamente un asesinato al recomendar a la Casa Blanca, que era mejor y más barato, eliminar físicamente a Hugo Chávez, que hacer una guerra para meter en cintura a la díscola república Sur Americana. Por otro lado era necesario obtener garantía del gobierno estadounidense de que no se haría realidad la amenaza aparecida en la prensa estadounidense sobre la posibilidad contra el derecho internacional, de que en caso de que Maduro asistiera a la Asamblea de Las Naciones Unidas, podría ser detenido al pisar territorio de los Estados Unidos.

Debes recordar que en oportunidades el Presidente Maduro ha manifestado su disposición de entrevistarse, primero con el Presidente Obama y ahora con el Presidente Trump en reuniones de acercamiento para estudiar y resolver los diferendos, aclarando que, siempre en un ambiente de mutuo respeto y por añadidura también te recuerdo para que memorices aseveraba que: Cuando quieran, donde quieran, añadiendo, ahora mismo si lo resolvieran.

En mi comentario esgrimía como causa del traspiés periodístico el apresuramiento, ya que presumo produjiste tu twitteada crítica nota, sólo algunas horas luego del viaje presidencial a Nueva York, con toda seguridad sin conocimiento de los detalles que pudieran haber alrededor del aparentemente sorpresivo viaje, cuando conocemos que las actividades presidenciales, especialmente luego del fallido atentado, no se anuncian con antelación con el fin de dificultar acciones conducentes a algún acto terrorista contra el Primer Magistrado.

El discurso del Presidente Maduro podrá ser calificado con opiniones que irían desde un quejumbroso bodrio insulso, sin sentido, con el mismo argumento de los intentos desestabilizadores con fines golpistas por parte de sus adversarios, hasta los seguidores adulantes, que lo calificarían de brillante pieza de oratoria, no leída, solamente apoyado en notas recordatorias, contentivo de importantes ideas respecto a Venezuela, su crítica situación económica actual, sus causas, su actitud ante la adversidad presente, su esperanza de soluciones y su ubicación entre el concierto de naciones que hacen vida en las Naciones Unidas, recordando por otra parte que Venezuela preside el Grupo de los más de 120 Países No Alineados

Lo que sin lugar a dudas dejó muy clara constancia en su intervención, sin momentos dubitativos, siempre coherentes en las ideas expresadas perfectamente en concordancia con la política adelantada desde la Presidencia por años; frontal oposición al imperialismo y sus inhumanas intervenciones contra nuestra economía y nuestra tranquilidad ciudadana, incluyendo amenazas por parte del Sr., Trump de intervención militar, terminando con sus críticas afirmaciones respecto a la realidad nacional ponen en claro que, fue una intervención largamente meditada, sin apresuramientos y se puede afirmar que lo dicho, dicho quedó. Esto también habla de que el viaje a las NU no fue producto de desesperación y menos muestra de debilidad, sino la utilización de esa importante tribuna para hacer conocer la real situación nacional ya que, el cerco económico, financiero y mediático no permite al gobierno venezolano hacer llegar su verdad al mundo para combatir con argumentos bien cimentados, la tesis de que se trata de una dictadura tan publicitada y de paso lejos de la realidad.

Creo que quedó contundentemente claro con el discurso pronunciado ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, que las razones del Presidente Maduro para viajar a Nueva York no fueron precisamente las por asomadas por la respetada Eva Golinger: "debilidad y desespero" pero creo igualmente que tampoco fue una muestra de debilidad y retroceso por parte del Presidente Trump, que haya expresado en su discurso que si el Presidente Venezolano estuviera en las NU., estaría dispuesto a reunirse con él, aunque posteriormente la Casa Blanca corrigiéndole la plana, haya aclarado que no confirmó tal reunión.

Habiendo Maduro en numerosas ocasiones manifestado su intención de darse la mano y entrevistarse con el Presidente Trump, pienso que quizá de ser posible hubiera utilizado su visita a la Asamblea de las Naciones Unidas para lograr acercamiento y normalización en las relaciones bilaterales y que tal actitud de ninguna manera muestran debilidad y desesperación sino un alto concepto de lo que debe ser la diplomacia y las cordiales relaciones entre países.

Estimada Eva, he sido un admirador de su valentía para enfrentar al omnipotente díscolo y autoritario actual Gobierno de los Estados Unidos de Norte América, capaz de cualquier tropelía y atropello contra alguien que ose enfrentar sus ideas, se llame Julian Assange y su Wikileaks o Edward Snowden, y quizá Eva Golinger siempre critica, en muchos casos arriesgándose ante ese gobierno alejado de los cánones de la convivencia y respeto por los seres humanos, su derecho a opinar y a disentir, igual que ocurre con las naciones, porque como es sabido los derechos propios terminan donde comienzan los ajenos, lo cual es perfectamente aplicable a las relaciones internacionales, pero los poderosos se atienen a que: quien manda, manda y no ruega y por eso atropellan con la supuesta falacia de la moderna interpretación de la teoría del Destino Manifiesto, idea base de que los poderosos, especialmente los Estados Unidos, tienen derecho a bienes y riquezas, que a su leal saber y entender, o mejor dicho, en su desquiciada mentalidad "supremacista" , sería un desperdicio dejar en manos de pueblos y países subdesarrollados.

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Edgar Valero Díaz

Ingeniero Agrónomo.

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