La comodidad del “poder de un día”

La ventaja de actuar como sociedad y para la sociedad está en que cada individuo se apoya en el resto; un solo cuerpo social con un solo destino, el cual conforma un poder real. Pero ahora nuestros dirigentes, o los que fungen de serlo, hicieron del poder su poder de un día. Un podercito. Olvidaron la sociedad, la usaron para fines mezquinos.

Uno dice “fines mezquinos”, y algunos pensarán que es una exageración, que este grupo de políticos, en el fondo, tienen buenas intenciones, como las tuvo Chávez, pero es que la “reacción”, los “verdaderos mezquinos” han hecho todo lo posible porque las cosas les salgan torcidas. Es decir, que por causa de otros no ha sido posible sino tomar el camino del sacrificio, implantar un régimen de guerra, austeridad, racionamiento y control, debido a la maldad de algunos seres mezquinos: el imperio, el capitalismo salvaje, los corruptos, los inescrupulosos bachaqueros, la lacra colombiana.

La pregunta que nos hacemos ¿Alguien conoce el  rostro del enemigo: el rostro del imperio, sabe cómo es el capitalismo salvaje, exactamente qué es la corrupción, qué es un bachaquero, dónde está la lacra colombiana? ¿Conoces a tu enemigo? El punto es, que hasta ahora el supuesto causante de nuestros males no tiene un rostro definido, es más bien una especie de comodín para las disculpas, se ajusta a cualquier enemigo, o a cualquier pendejo útil para fabricarlas. El gobierno ha llegado al extremo de culpar al mismísimo pueblo chavista de la derrota electoral en la Asamblea Nacional, llamándolo “pueblo malagradecido”; cuenta con una vocación autentica por la irresponsabilidad… Porque al enemigo lo llevan dentro. Conoce a tu enemigo es el equivalente a la máxima griega de conócete a ti mismo… y conocerás a tu enemigo.

El poder de un día. Si todos decidiéramos o participáramos del gobierno, si fuéramos dueño del poder sería el poder para siempre. Pero hay mucha mezquindad en el “poder de un día”. Luego de que se les concedió por un accidente, porque no ha sido conquistado con esfuerzo y pasión, sino por una casualidad, se disfruta de él, sin consulta, en secreto, para el beneficio de unos pocos, pero olvidando las razones por las cuales Chávez se empeñó para su conquista. La diferencia es: en el caso de Chávez, era necesario conquistar el poder, para cambiar la sociedad y cederlo a ella, a la sociedad,  gradualmente; todo un pueblo empoderado de su destino, pueblo y destino, una sola cosa. Por eso decimos un poder para siempre: se acaba el poder, se acaba la sociedad.

En el caso de este gobiernito mezquino, el poder se acaba (o se acabó) rápido, pero estos señoritos  se resisten a no abandonarlo, los burócratas, acomodados a él, no lo abandonan; los grandes planes no importan, el único plan importante es conservarse en él, conservar sus privilegios, porque las razones originales por las cuales Chávez (en único responsable de que estén ahí donde se encuentran), el intento de golpe de Estado, el haber conmovido a todo país y ganar muchas elecciones seguidas, todo lo que inspiró eso, se olvidó, esas razones fueron falseadas, las convirtieron en esta alianza con lo más feo de la codicia, el oportunismo y el capitalismo.

Son hombres y mujeres de su tiempo enfrentados a un hombre de otro tiempo, más avanzado; por él están en el poder. Son hombres y mujeres comunes y corrientes, que mienten, quejosos, cargados de insatisfacciones, codiciosos, oportunistas, aprovechadores, como toda la gente, que se vieron de la noche a la mañana heredando todo un país. Un país, no ha Chávez, a él lo olvidaron, astutamente lo falsificaron; en su nombre han hecho lo que cualquier pequeñoburgués clase media haría porsuperarse, por sus familias, por “los suyos” (los demás que se sacrifiquen, que se jodan); casi todo lo que la sociedad del egoísmo capitalista permite; no hay ninguna diferencia sustancial o espiritual con los llamados enemigos, opositores, escuálidos, con la derecha.

El grupo gobernante, la cúpula, se siente cómodo con el poder, diríamos que bastante cómodos y por eso se resisten a perderlo, por encima de quién sea o lo que sea, al costo que sea, y eso es peligroso. Un grupito de ambiciosos aferrados al poder engañando a todo un pueblo en nombre del socialismo.

Un señor le pide a Maduro que se rebaje el sueldo hasta los 1800 soberanos, otro denuncia los zapatos de 300 dólares de Jorge Rodríguez, otro el gimnasio de Pedro Carreño, cientos imaginan los negocios de Diosdado o el Yate de Aristóbulo…, la cuestión es, que el “resto” de la sociedad que tiene que  vivir con 1800 bolívares, hacer eternas colas y padecer el país real en manos de la codicia de los capitalistas y de toda clase de aprovechadores, sabe que ellos, los dirigentes, viven con privilegios y cómodamente, pero lo aceptan, como una fatalidad, convencidos de que la vida es así, que el mundo es así, que Chávez también era así, que inclusive algunos de estos piensan que su madre tiene una isla privada, que esto es solo la consecuencia de lo que fue Chávez, ¡otro político más!, que el socialismo solo es una mierda más; ha sido el triunfo de una calumnia cobarde.

El panorama es este: un puñado de oportunistas aferrados al poder dispuestos a vender el país y a reprimir a toda la población si se rebela, se resbala, si es necesario;  una parte de pueblo chavista resignada, llena de dudas e ignorante, otra parte amedrentada o chantajeada, temerosa, otra que está afuera; no queda casi nada del entusiasmo original,  consciencia social o del deber social, se nos impuso el egoísmo para borrar definitivamente a Chávez de nuestra memoria. En cinco años ya nadie recuerda a Chávez, casi todos contaminados de la hipocresía y el cinismo de Maduro, de su vulgaridad para mentir, con la imagen de un presidente postrado, lamiendo los zapatos de empresarios,  de los chinos y los rusos, y la imagen de otropresidente, regañando e insultando a un trabajador que intenta hacer una denuncia: eso corrompe el alma, envilece la conciencia.

Pero esta vergüenza de gobierno también indigna a otro tanto de pueblo, a los socialistas. Los socialistas chavistas, los que creemos en la revolución socialista, no en el reformismo, no en el capitalismo, debemos comenzar a prepararnos para lo que viene, y buscar un cambio de rumbo antes de que sobrevenga la conmoción popular irracional, y la posibilidad cierta de caer en manos de una cruenta dictadura fascista, de la “desinfección” de la que habla Diego Arria, pensada para arrasar con todo lo que huela a socialista, socialistas y chavistas (En ese entonces en el gobierno ya muchos se habrán cambiado la camisa y escapado de ésta “desinfección”, renegando del socialismo, de sus compañeros, amigos, vecinos, militancia).

Hay que llamar a discutir las decisiones del gobierno  de forma pública, someterlas a una crítica férrea y sin miedo, no pueden poner preso al resto del país chavista que no son ellos.



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Marcos Luna

Dibujante, ex militante de izquierda, ahora chavista

 marcosluna1818@gmail.com

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