Auditórium

Nicolás, Tarek, Aristóbulo y El ornitorrinco paradójico

"¿Qué es un ornitorrinco? Es una especie que habita Australia, con cola, pelo color pardo, con un hocico similar al pico del pato. Nada muy bien, y no es pato. No es un mamífero, porque su reproducción es con huevos. Es un mamífero ovíparo. Y parodiando a Cantinflas, ahí está el detalle. Esto es una metáfora de lo inesperado. No tanto de las ciencias naturales, sino en la percepción de la vida política. En particular la nuestra. Lo inesperado es repetitivo en Venezuela, y provoca dolor de cabeza y ánimo violento. Donde el insulto degrada el foro político. Si nuestros ‘directivos políticos’, líderes con charreteras de variadas estirpes, volvieran a releer a Doña Bárbara acaso encontrarían al menos un poco de inspiración en los zafarranchos de la época para elevar el insulto por encima de la triste ciénaga dialéctica, y conceptual en que naufraga el mercadillo político venezolano." Fin de la cita.

En su discurso del pasado13 de agosto de 2018, el presidente Nicolás Alejandro Maduro Moros durante la presentación de las nuevas medidas económicas,  y la transición en Venezuela que descubre nuevos ángulos de nuestra realidad política, y que se niega a aceptar las doctrinas totalitarias de siempre.

Me disculpo ante los lectores  por presentar una serie de artículos sobre materias que no son de mi especialidad: mi alejamiento de las ciencias ‘antisociales’ ha sido completo por años, suponiendo que alguna vez estuve cerca por mi formación.

Pero el agravamiento de la crisis económica, y la destrucción de toda la institucionalidad del estado, servicios e infraestructura, aunada a la petrolera  me atrapó, y decidí seguir analizando una desgracia  que podría seguir interesándoles, ya que nunca he podido entender las causas de este desastre socioeconómico.

Durante años creí que mi generación, la llamada del 70, había avanzado. Es cierto que hemos estado en el avance de nuevas tecnologías, y de la política, con nuevas instituciones nacionales y en el abandono de la vieja política. Pero hoy el lenguaje vacío de la izquierda, donde los sindicatos pro gobierno son más corruptos, junto a los ancestros del PCV, y luego este partido llamado PSUV con sus auto fraudes; la prensa oficialista mas sectaria. Más abominable que la de la llamada como el cuarto poder en la cuarta republica, porque hoy el servilismo ha dejado de ser eficiencia del poder; la idea de que Nicolás Maduro seria un gran presidente, está ida a tierra, arrastrando hasta la responsabilidad directa, individual, de mis más cercanos compañeros en la política estudiantil.

Parodiando al rey David, he pensado en embarrarme la cabeza de ceniza, y hacer penitencias en el desierto. Si algo me remuerde la conciencia son  mis artículos  a quien hace cinco años era el gobernador psuvista de Anzoátegui, cuando en uno de los cientos de artículos que escribí en wwww.aporrea.org, diarios internacionales, y en la prensa nacional, y regional venezolana en defensa de su gestión donde una vez manifesté: ¿Tarek usted no se lanzará a la Presidencia de la República? Repuesta que aun está sin responder. “Donde le manifesté que  muchos en la izquierda votaríamos por usted, aunque no debiéramos votar por el PSUV, pues estamos cansados de votar  para que nuestro candidato no haga nada: como el barloventeño que lo sucedió”. Así, como rogué perder, algunos  votaron  disciplinadamente por Aristóbulo Isturiz, Verdugo de Anzoátegui, por su obra lo conoceréis. Fuimos a esas elecciones  con la convicción de que el riesgo era caro, pero con el sentimiento de culpa de quien hace una mala gestión aunque sepa que no va a tener consecuencias.

Su mal gobierno había hundido al mismo tiempo lo más rescatable de su obra cuando eliminó el nombre de su padre Nemer Saab del comedor popular de El Tigre. Mis paisanos, y Tarek, protestaron contra la idea de sustituir arbitrariamente esa  dependencia administrativa  de la gobernación, delegándola en una improvisada cooperativa, mal administraron hasta que lo cerraron: ¿pero cómo puedes estar contra los que ahí almorzaban a precios solidarios durante la gestión de Tarek el gobernador que más hizo por Anzoátegui? Al parecer había convencido a Maduro, no sólo de su cierre, sino también de que la gente siempre expresa lo peor, la conciencia asocial más rancia, destilada de cualquier interés mezquino. “Son idealistas porque han caído en compromisos”, dice alguien a quienes muchos lectores leen con veneración.

Después de la salida de Tarek de la gobernación decidí dedicarme a investigar sobre la física cuántica, los quarks, y las más lejanas galaxias. Ese fue el templo  a donde huí, perseguido por la turba de la nueva negritud aristobulera en la tenebrosa noche de los muertos vivientes, de los frankesteines, y otros horrores que deambulan todavía en ese comedor hoy espeluznante donde murió el régimen.

Y de pronto hasta el templo donde me refugie  llegaron voces con todas las edades, y los petitorios, pensando con libertad, analizando, replanteando las ideas intocables. Hoy con esta crisis ya no son pocas voces, sino el claro anuncio de un futuro amanecer de la razón, del fin de esta  receta del hambre por responder, la catástrofe de esta hiperinflación. Uno de esos artículos, entre los que creí perdidos, es del antiguo régimen, y la transición en Venezuela, más que una recopilación de trabajos previos, es una reelaboración de ideas bosquejadas previamente y transformadas hoy en propuestas donde la reflexión emancipada produce hallazgos notables, de ésos ante los que uno murmura: ¿pero cómo no se me había ocurrido antes, diría el amigo poeta de la revolución?

Me entusiasma recordar, sobre todo, aspectos que quizá resulten los menos atractivos a lectores interesados en el momento político de hoy,  y son más cercanos a las realidades. Por ejemplo, el apalancamiento como una categoría, el empleo de la palabra totalitarismo, lo que abre  la ventana al análisis de este caos político venezolano, siempre visto como inanalizable por único. “Como Venezuela no hay otra bendición de la naturaleza, y punto”. Pero los venezolanos somos seres categorizantés: sólo podemos entender lo que está pasando por el proceso inconsciente de la categorización. Un buen ejemplo es el transporte público, pues un artista necesita ser definido por la crítica como primer paso del proceso de análisis, y esto lo sabe muy bien el poeta Tarek. Cuando esto no se logra, siempre hay un sentimiento de desazón. Tomemos por caso al nativo de Curiepe. Nadie sabe en Anzoátegui  de dónde salió este operador de la inoperancia, dónde lo pusieron, y qué hacer con él, cuando le pidieron la renuncia. Hoy reciclado nuevamente como ‘ministro de educación’

No me es muy  atractivo  que el suscrito no caiga en la diatriba contra el régimen, que por lo fácil abunda como la verdolaga, y lo que  propongo es  comprender, entender. Cuando presento en primera fase, al ejercicio de la revolución, donde la burocratización del  Estado pasa por la vieja manía de la nomenklatura cubana de considerarse siempre víctimas cuando se  dice: “no exagero si digo que el alimento del llamado antiimperialismo ha sido la derrota”.

No estoy de acuerdo con el “psiquiatra” en sus matices, pues estoy seguro de que exagera en absoluto. De esa fuente de lágrimas amargas que causa el hambre en nuestro pueblo,  y en las puertas  de cualquier panadería,  donde oímos la solicitud  que no queremos oír de los niños en situación de calle pidiendo un pan, ahí nace la desesperanza, la diáspora, y de éste modo es que se construye un régimen totalitario en lo político, y de ruina en lo económico.

Los venezolanos podríamos pasar largas horas añadiendo anécdotas a esta tragedia que vive Venezuela, donde se dice: “El socialismo venezolano se ha caracterizado por su falta de originalidad, o, en otras palabras, lo más extranjero, lo más falsamente cubano que se ha producido en nuestra economía, y en nuestra cultura, son las obras de la miseria de la isla caribeña. Como una ironía del destino, encontramos que en el momento en que más ‘revolucionarios’ hemos sido es cuando nos hemos degenerado más”.

Pensemos únicamente en que las peores caricaturas de las miserias cubanas las hacemos los venezolanos. En ningún negocio de venta de alimentos,  falta el lumpen  sentado, dormido, encubierto por un trapo en la cabeza,  y recostado donde es imposible sostenerse: en un acto espinoso. Nuestros ciudadanos lo hacen con odio y arrechera ante la humillación del otro lumpen militar. Son venezolanos quienes se plantan ante esos esbirros de la gnb y pnb, hasta la rabia que llevan en las entrañas de tantas colas contra las invasiones extranjeras  de comerciantes árabes y chinos, y que ninguna autoridad  en el país rechaza ni protesta jamás en contra de estas lacras con chapas, y protección militar y policial. Y qué decir de los escoltas de cualquier rabo e’ cabuya, completamente cubiertos con pasa montañas, hasta el ridículo, de lazos y adornos negros.

Lo que algunos analistas de nuestra tragedia económica y  política destacan, es que se descubran nuevos ángulos, no que nos confundan en nuestras propias doctrinas. Y el tercer hombre no se limita a vociferar el anecdotario de las maldades del régimen, que son muchas y, ya las sabemos de sobra. Trata, además, de calichera, una explicación. Así es como nos dice que fue la vitalidad del sistema cubano propio del régimen inventado por Castro, la gran movilidad política garantizada por el PSUV, y sus acólitos, lo que nos ha dado veinte años de psuvismo con sobresaltos de estrechez estomacal.

Las movilizaciones, y las asambleas afianzan la represión de la sobrevivencia del régimen y obtienen así más aplausos de las claques hambrientas de los que obtendría el jala mecate de la mediocridad doctoral  del rábula del derecho Jesús Silva, con su idea de que es la capacidad para repartir ideas rosadas de poder lo que genera la crispación social del PSUV: se conformaría en una consultoría comunal, hasta una chapa de inspector del sebin: soplonería para todos y, con esa asesoría  nadie  llegaría a Presidente de la República. Sólo se le exigiría sumisión, hacer cola ordenadamente. Aunque luego, señala el rábula, si el PSUV fue durante décadas un partido con mantequilla, eso mismo lo atrofió como partido. Otra idea interesante, donde. Los análisis y lecturas con los que muchos caga tintas articulan sus escritos  encuentran en ocasiones coltranes de tantos quilates como éste: “En el gobierno una sola fuerza política debe imponerse  la del presidente de la república, que debe ser el único representante de los sentimientos totalitarios del castrismo”. Citas de Fidel Castro, Benito Mussolini. Frío, fue el presidente Donald Trump, en completo olvido de la representación directa con la que el voto popular inviste a los presidentes en ese país,

Tenemos pues, en un nuevo régimen y la transición en Venezuela una rica recopilación de temas para ayudarnos a comprender la Venezuela que comienza a dejar de vivir en democracia: la prensa libre y equilibrada con su tributo a la emotividad; la fantasía del gobierno de facto, y el tiempo de los charlatanes que dicen lo que el “pueblo”  quiere oír, el ornitorrinco político caduco  sistema comunista del siglo XX.  No puede existir una  transición sin cabezas. Uno concluye este análisis no más alejado sino con nuevas herramientas para organizar los recurrentes errores  de los hechos diarios. Lo cual no puede afirmarse de quienes se han convertido en burlones,  políticos inprofesionales y expertos en arrancar aplausos con sus viejas mañas de palabras y eternos palmazos de manos.



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Edgar Perdomo Arzola

Analista de políticas públicas.

 Percasita11@yahoo.es      @percasita

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