¿Porqué nos joden tanto?

Me sorprende los niveles de egoísmo y crueldad en muchas personas, en especial en el mundo de la política. Voy hablar por nosotros los pobres, los que amamos a Chávez y queremos a Nicolás Maduro, no por o que buscan hacer de nuestras diarias vidas una miseria. Digo esto no sólo por los inescrupulosos comerciantes que sólo les importa acumular riquezas sin importarles la ética y la moral, sino de los opinadores de oficio, los que o son de la vida acomodada o fanáticos de la política.

A la verdad he dejado mucho de escuchar a la oposición, a excepción de verlos en el programa de Diosdado Cabello que los presenta en sabio contexto. Pero escuchar a la oposición no me aporta nada por la sencilla razón que no son sinceros en sus análisis ya que por un lado exaltan las deficiencias supuestas del gobierno y la revolución, las necesidades del pueblo y a la vez esconden los grandes logros sociales y los esfuerzos de parte del Estado y Gobierno en ayudar a la población en esta crisis de culpas compartidas con la oligarquía, nosotros siempre en el medio soportando la pelea como siempre.

Mi molestia y desencanto son con los de mi lado, los que se dicen estar con la revolución, los que hablan en nombre de la revolución, los que gritan ser Marxistas Leninista, a todas esas personas que nos matan los sueños apenas nacen y alzan el vuelo, allí parados con las escopetas para dispararles. Si a esos opinadores que sin importarles ni una pizca a nosotros los ingenuos, los pocos ideólogos, los oportunistas y populistas que seguimos apoyando a Maduro como si se tratara de las dádivas y cosas que se da para paliar un poco la crisis en que nos metieron.

A esos que a veces quisiera leer, en especial a Rafael Ramírez, pero no lo hago porque ya sacian con sus verborreas de victimización, sabiondos y clarividentes. No ha soltado Nicolás la carcajada y ya se le está cuestionando, eso es lo que me fastidia, que no pueden tener un poquito de fe sino parecen verdugos a la espera de su víctima a cada momento, con sus machetes y hachas afiladas a salir cortar cabezas porque eso los hace importantes, quien cuestione más subirá a la cima de la credibilidad.

Apenas Maduro anunció las nuevas medidas económicas me enteré primero de que las mismas no durarían y se sostendrían en el tiempo, no por los opositores, sino por los mismos que uno confía como revolucionarios. Es que ya están acostumbrados a los juicio de valor que ni siquiera esperan un mes a ver si la cosa cuaja, si resulta, esperar a que el pueblo opine y al final digan si están contento o no.

"Eso no cuajará", "No servirá", "El paquetazo de Maduro" y cosas así de nuestra misma gente. A veces me pregunto por qué lo dirán, porque esa insistencia morbosa de atacar y cuestionar. Entiendo que no a todo lo que el gobierno haga se le aplauda, pero otra cosa es enfilar las baterías contra los nuestros mientras los enemigos aplauden desde su silencio. De pana sorprende como Aporrea se ha contaminado tanto, como en pro de la tolerancia y la libertad de opinión se ha desconfigurado tanto. ¿Para qué? Me pregunto; acaso para impulsar a "Marea Socialista" yo a la verdad jamás apoyaré movimientos, grupos o partidos que siembren dudas y confusión. Nunca lo he hecho.

Cuando milité en la Causa R original viví la época de la división, aunque no estaba muy empapado en la política, no entendía lo que pasaba, tiempo después si comprendí la cosa. Después viví un segundo momento y fue cuando Chávez llamó a construir un partido de la unidad que fue el PSUV. Era para entonces miembro del PPT.

El PPT Caracas no estaba muy ganada a ese proyecto; a veces cuando asistía a sus reuniones en esa época me sentía como estar dentro de un partido opositor, eso me molestó tanto que me aparté del partido, hasta el sol de hoy no he vuelto a militar en ninguno, aunque confío en el PSUV no he podido encontrar en él la disciplina y tenacidad que veía en el PPT. Lamentablemente no conozco el PSUV en mi comunidad como partido orgánico. Me fascinó esa idea del Presidente de organizarnos mejor en las comunidades.

Volviendo entonces a los de las constantes críticas de los que se dicen revolucionarios lo vuelvo a decir que en vez de aportar lo que hacen es herir y confundir. Le joden a diario la vida a uno porque las ideas llegan a las mentes y al corazón y cuando uno trata de leer cosas tanto del aporte como la crítica termina es contaminándose y a veces sospecho que detrás de esas páginas estuviera la CIA, es que se ha visto tanto desde Teodoro Petkoff al que cuando estaba yo de joven en el ejército vi su nombre en un plano de inteligencia junto a una lista marcada de revolucionarios de los años sesenta. Esas listas negras que no sé si era para aniquilarlos o ganarlos como fichas de la derecha e infiltrarlos.

Lo que viene sucediendo con Maduro y su Plan Económico nos ha alegrado a cientos de miles, lo estamos viendo en la calle, lo estamos palpando apenas sus inicios positivos. He podido ver como que vuelve la esperanza, porque a la verdad para los que hemos estado bien jodidos pasando hambre y necesidades de todo tipo que podamos comprar cosas que ya se estaban convirtiendo de lujo para que salgan unos pendejos a decir que eso no va a durar por mucho tiempo.

¿Qué es lo que quieren? ¡Jodernos la esperanza! Porque tanta negatividad, porque no creer un poco, porque no nos acompañan en nuestras alegrías. Eso es lo que me tiene muy molesto. Lo puedo comprender de un escuálido donde muchos ya están mentalmente enfermos, la política es tóxica para ellos, pero leerlo a diario de camaradas nuestro me indigna. Les hago un llamado a cierta objetividad, a blandir sus espadas contra el enemigo y no contra nuestros hermanos de lucha.



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Julio César Colmenares

Comunicador alternativo.

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