No hay peor cuña que la del mismo palo: El ayer honorable conductor de autobuses Nicolás Maduro, hoy menguado Presidente de Venezuela, en recientes declaraciones se ha expresado despectiva y vilmente de los venezolanos emigrantes en distintos países de América Latina porque trabajarían limpiando pocetas. No existen a mi juicio trabajadores más dignos que aquellos que nos liberan de la mierda y de todo tipo de suciedad Además cumplen su labor con alegría y nunca los he escuchado ofendiendo a nadie. Quien escupe hacia el cielo siempre recibe el escupitajo en propia cara. En este momento su enemigo número 1, Donald Trump, lo debe estar aplaudiendo, pues ambos compiten por alcanzar el lugar más alto como grandísimos xenófobos que son. De esta manera el presidente adquiere los títulos de xenófobo por su actitud anti emigración y de clasista por su desprecio por los trabajadores del aseo. Sólo le falta el racismo para alcanzar la triple corona.
Aprovecho esta modesta columna para informar a los lectores de aporrea que a Chile han llegado alrededor de 200.000 venezolanos, la gran mayoría gente bastante joven, que en buena medida han abandonado a su patria para proteger a sus pequeños hijos, entre ellos más de mil médicos, que en los exámenes de revalidación de título han alcanzado el mayor porcentaje de aprobación entre los médicos de Cuba, Colombia, Ecuador y otros países que han emigrado masivamente a Chile. Además han sido considerados como muy eficientes y de excelente trato con los pacientes. Existen miles de venezolanos trabajando en bombas de gasolina y como meseros en restaurantes. Es cierto que muchos venezolanos no han conseguido trabajo en su propio campo profesional por la naturaleza limitante de su carrera como es el caso de los abogados, que enfrentan una legislación muy diferente, así que centenares de ellos laboran como emprendedores, sobre todo en el rubro alimenticio, por esta vía en Chile se han hecho famosas las arepas, los tequeños, el queso llanero y las cachapas. En ese sentido es que los inmigrantes venezolanos actúan como excelentes embajadores de su patria, a diferencia de los diplomáticos venezolanos, que desde la muerte del querido comandante Hugo Chávez permanece más cerrada que un bunker e inaccesible para los que antes acudíamos a ella a diversos festejos patrios y a actividades culturales. Hace dos años y medio que no recibo mi jubilación de IVSS, sin haber recibido ni siquiera la menor explicación. Quien escribe no es un escuálido, volví a Chile en 1994 y escribí cientos de artículos defendiendo a la Revolución Bolivariana y muchos menos criticando aspectos puntuales, o sea ERRORES de conducción de parte del difunto Presidente. A usted Nicolás Maduro no recuerdo haberlo felicitado jamás, tampoco lo he criticado, porque los errores se critican mientras que los HORRORES se denuncian. ¡Vivan los trabajadores del aseo!
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