Iris acusa, el fiscal otorga, el Sebin secuestra y el Negro Luis Martínez es desaparecido

La secuencia es diabólica. Primero alguien destacado en el madurismo es designado para el papel de torquemada, acusa de manera
irresponsable, generalmente en twitter, pero puede ser en uno de esos programas de televisión especializado en la bazofia. Luego se hace el silencio del fiscal, poco interesado ahora en defender la constitución, las leyes, y más en halagar al presidente que le da órdenes en público, saltándose la independencia de los poderes, la majestad del Ministerio Publico. Finalmente, por orden de alguien de arriba, el cuerpo represivo correspondiente actúa y el acusado es desaparecido, secuestrado. El resto de la dirigencia ya se acostumbró al delito, se hace por razón de Estado, "si no lo hacemos nos tumban". Y así se va deslizando el madurismo hacia la barbarie, jalado por una fracción interna de evidente tinte fascista.

La secuencia se repite con sonido de campanas doblando anunciando el réquiem del Chavismo. La secuencia comenzó a girar con el doctor Luis Martínez, acusado en un twitter irresponsable por Iris Varela, que devela todo un plan de baja calaña. Se acusa al doctor Martínez de estar implicado en el curioso atentado de la Avenida Bolívar, lo ligan con un imputado que estuvo a su servicio por dos meses hace nueve años. Pero hay más, iris siempre odiando a la inteligencia, lo ubica como hombre de confianza del Ministro Rafael Ramírez y allí brinca la intención de toda la trama.

Recordemos que Iris funge como francotirador del presidente, ataca con saña y sin límite a todo el que lo incomode. Sus ataques son coordinados con el despacho, no hay allí pieza suelta. Siendo así, podemos adelantar que el secuestro del doctor Luis Martínez es parte de una operación en contra del Ministro Ramírez, que está en pleno desarrollo.

Luis Martínez es médico, graduado en la ULA y con postgrado en gastroenterologia. Las calles de Mérida, las aulas de la Universidad de Los Andes conocen de su vocación revolucionaria, desde prácticamente un niño batalló contra la cuarta república, tiro piedras en aquellas avenidas combativas, la Don Tulio acogió su coraje, es de la generación de Elías Jaua, siempre al lado de lo más débiles, de los humildes. Es un Revolucionario probado, es decir, un humanista, ligarlo a un acto de magnicidio es un contrasentido. Es militante de la dirección del PSUV en el Estado, y allí se ha destacado por su lealtad, y su disciplina.

La secuencia funcionó, Luis Martínez tiene días desaparecido. El fascismo, el desprecio a las leyes, a la constitución, pero sobre todo a la condición humana se hace presente. El triste episodio no puede verse como un hecho aislado, es parte del avance del fascismo que ya se asoma con la represión de los humildes, a la dirigencia chavista, con las razzias a los humildes y con la preparación de una guerra con Colombia.

A Martínez lo conocen muchos miembros de la dirección nacional del PSUV, algunos desde la militancia universitaria. Saben que al Negro Luis le sobra dignidad y humanismo, no es un servil, pero tampoco es un desleal... todos callan, se han acostumbrado al crimen, al atropello, lo consideran normal, natural, lo justifican. Ese acostumbrarse, ese aceptar en silencio, es la base psicológica del fascismo.



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Toby Valderrama Antonio Aponte

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