Amaltea: El cuerno de la solución cultural. Una propuesta para una Junta de Gobierno

La coyuntura política venezolana amerita conocimientos alternativos de la realidad, desde perspectivas no tradicionales y que permitan consolidar tratamientos justificados que remedien el desastre nacional hoy generalizado en Venezuela.

El nudo central donde se concentra la problemática venezolana es la cultura, más allá de los conflictos de clase y de las divergencias ideológicas, políticas y partidistas. En La solución cultural a la tragedia venezolana: Junta de gobierno y pacto nacional (https://www.aporrea.org/ideologia/a265272.html) expuse una teoría que permitiera entender las razones por las que no cuaja un entendimiento entre sectores políticos y clases, además de entender las razones que han permitido el desenfreno de demonios sociales en todos los niveles, como la especulación, la siempre en boga y antigua corrupción y la delincuencia. La razón de fondo pasa por entender el mito central y constitutivo que funda a la sociedad venezolana: El mito del mal salvaje, el déspota que busca apoderarse por la fuerza o por viveza (trampa) de lo que pertenece a otro, sin mediar palabra y para beneficio propio. Mito que esconde un acentuado afán de lucro, de enriquecimiento fácil, mito solidario con la leyenda de El Dorado, el paraíso de la abundancia infinita y que, a su vez, ha dado lugar a la forma contemporánea de ejercicio de la corrupción: No darle, sino poner a una persona donde haya. Esta idea de riqueza inunda el imaginario nacional hasta expresarse en nuestros símbolos patrios: La franja amarilla de nuestra Bandera, representación de la riqueza, el sol, el oro; las dos cornucopias (cuerno de la abundancia) y el manojo de mieses del cuartel izquierdo en el Escudo de Armas, ambos representando la abundancia y la riqueza de la nación. Pertinente decir, que en la mitología griega, se cuenta la historia de un solo cuerno roto (una sola y única cornucopia) perteneciente a la cabra Amaltea, sin embargo, sobre nuestro Escudo de Armas pesan dos, hecho que demuestra aún más la exagerada importancia que se la da a la abundancia y riqueza nacional.

De modo tal que, esta idea de abundancia y riqueza inunda el imaginario nacional, incluso antes de la economía petrolera, y como es propio de la fuerza ejercida por los símbolos, alrededor de éstos se organizan conceptos, formas de pensar y, por tanto, de actuar. Ello sustenta la idea de que los venezolanos y venezolanas somos ricos, que vivimos en un país colmado de abundancia, tal como se aprecia en las opiniones políticas y en la opinión pública en general. Esta situación, sumada a la naturaleza utilitaria de los sistemas sedentarios con apropiación y explotación del trabajo de otros, produce un exacerbado interés en la posesión material como señal de riqueza, interés marcado en todas las clases y estratos sociales, configurando un sueño de grandeza que se concreta en la idea de la Venezuela potencia.

Por ello, es apremiante la definición de un pacto nacional que permita organizar la distribución del poder en Venezuela, permitiendo aliviar la presión social interna y dándole solución a las históricas demandas que surgieron con la instauración de la República. En tal sentido, me propongo darle forma a una propuesta de pacto nacional y su materialización a través de una Junta de Gobierno que permita ser el vehículo de los acuerdos alcanzados, así como la solución cultural al extravío y crisis societaria que vivimos. En orden lógico se enumera como sigue:

1) Conformar un equipo y proceso de mediación que brinde al Ejecutivo Nacional la seguridad para avanzar hacia una transición pacífica y racional a una Junta de Gobierno como solución coherente y ciudadana a la crisis de gobernabilidad que atravesamos.

1.1) El equipo de mediación será observador directo en todas las fases del proceso y guiará las discusiones hacia el logro de acuerdos.

1.2) El equipo de mediación tendrá a su cargo reunir en una mesa de discusión a los representantes del gobierno y la oposición para que presenten sus peticiones y concreten una distribución de poder.

2) Estructurar un acuerdo que defina una distribución del poder en Venezuela en función de los sectores políticos y clases sociales.

2.1) La distribución del poder debe organizarse a partir de una división rotativa de "parcelas" en el gobierno.

2.2) Cada "parcela" ejercerá el gobierno en su respectiva área de influencia a criterio propio, pero siempre en función de los planes y proyectos formulados por el Ejecutivo, representado por la Junta de Gobierno.

2.3) Las "parcelas" de poder se regirán por un sistema rotativo, con duración de dos años, al cabo de los cuales la asumirá otro sector.

2.4) Las grandes líneas de acción o directrices nacionales serán impartidas por la Junta de Gobierno, en consenso o por votación mayoritaria.

3) Sentar las condiciones necesarias para abordar una transición pacífica hacia una Junta de Gobierno y que, a su vez, brinde las garantías racionales al Ejecutivo Nacional para que se evite el exceso, abuso de poder y persecución injustificada en su contra.

3.1) Asegurar el escenario nacional para que se respeten todos los derechos y garantías constitucionales a quienes formen o hayan formado parte del Ejecutivo Nacional para que se prohíba, impida y castigue todo acto de persecución ilegal, acoso o cualquier forma de agresión contra éstos o sus familiares hasta el primer grado de consanguinidad.

3.2) Toda búsqueda de los funcionarios del ejecutivo nacional debe estar estrictamente apegado a la ley y las instituciones, actuando en base a las averiguaciones y/o investigaciones que cursen ante el Ministerio Público.

3.3) Es necesario destacar que, si bien se prohibirá la persecución, no se tolerarán los delitos de corrupción ni la impunidad, garantizándose procesos de justicia transparentes y expeditos.

3.4) Se deberá prohibir de igual manera el despido injustificado o por fines políticos en todas las instituciones del Estado, asegurando la paz entre los trabajadores, sus derechos laborales, pero al mismo tiempo asegurando la eficiencia, honestidad, méritos y todos los valores y principios que contribuyen al progreso nacional y de la sociedad.

4) Establecer un pacto nacional de respeto al acuerdo entre los sectores que aglutinan el poder en Venezuela, pacto que delimite las condiciones para hacer cumplir el acuerdo. El pacto nacional debe ser de largo aliento y debe asegurar la gobernabilidad, la estabilidad y la paz.

4.1) El acuerdo concretado entre los sectores políticos y clases en pugna deberá refrendarse públicamente con el compromiso de su fiel observación y cumplimiento por las partes. Dicho pacto será la garantía de gobernabilidad y estabilidad social en el país.

4.2) El pacto concretado no debe pasar por la redacción de una nueva carta magna, pues el objetivo principal no es asegurar electoralmente la presidencia única sino "gobernar juntos".

5) Conformar una Junta de Gobierno que se convierta en el mecanismo de ejercicio compartido del poder en Venezuela, superándose las trabas mítico-culturales e históricas que han dado pie a los males sociales que hoy vivimos.

5.1) La Junta estará compuesta por ocho (08) ciudadanos(as), como la cantidad de estrellas de nuestra Bandera nacional, de ambas tendencias políticas (izquierda y derecha), y en número par para que sus decisiones queden obligadas a concretarse por vía de la razón y el entendimiento.

5.2) Las trabas en las decisiones, originadas por la paridad de votos, serán resueltas por terceros, conformados por una terna de ciudadanos y/o ciudadanas que serán escogidos(as) al azar de un listado nacional, y cuyos integrantes no serán conocidos por la Junta.

5.3) La terna analizará el caso y emitirá en un máximo de 8 horas un veredicto por votación de sus integrantes. El resultado mayoritario se tomará como voto decisivo para la Junta de Gobierno.

6) Realizar la transición de manera planificada y ordenada hacia la Junta de Gobierno.

6.1) Escoger a los integrantes para formar parte de la Junta de Gobierno en función de los términos que cada bando, sector o tendencia establezca para la selección de sus integrantes.

6.2) Dimisión del actual presidente de la República y automática instauración y funcionamiento de la Junta de Gobierno, la cual deberá realizar, en primera instancia, el reconocimiento de la Constitución vigente, ajustarse en lo posible a su ordenamiento y emitir los decretos necesarios para ajustar su funcionamiento.

Como propuesta individual es modesta. Amerita del concurso, consideración y discusión de los venezolanos y venezolanas. Como cualquiera, comprendo que la nación está urgida de soluciones económicas que restablezcan la tranquilidad y oxigenen el ámbito doméstico hasta controlar efectivamente la especulación y los niveles de inflación, sin embargo, es necesario comprender que esta crisis, y las anteriores, han sido un producto cultural, consecuencia de una estructura que reproduce y disemina cual infección viral, formas de pensar y actuar que, independientemente del tiempo y lugar, generan hechos de idénticas formas.

Por tal motivo, es necesario reorganizarnos culturalmente y crear los espacios que hagan ineludibles la toma de decisiones mediante un ejercicio y práctica conjunta. Sólo así se aliviará la tensión social y trascenderá la política hacia una nueva fase donde madurará la democracia y las formas de hacer gobierno en Venezuela. Peor que hacerlo sólo puede ser no intentarlo. No perdamos la esperanza y pongamos nuestro empeño en encontrar salidas racionales, pacíficas y ciudadanas por el bienestar de todos y todas.


sys_hot@hotmail.com



 



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