El Presidente Nicolás Maduro, anunció otro aumento en las tablas salariales, colocando el salario mínimo en 3.000.000 de bolívares, y la cesta ticket a 2.196.000 bolívares, es decir, que el ingreso mínimo integral quedó en 5.196.000 bolívares, y en el caso de los adultos mayores la pensión mensual se ubica en 3.000.000 de bolívares; y también incrementó el monto de pago del bono de guerra económica a 1.200.000 bolívares al mes, para un ingreso integral de 4.200.000 bolívares. No obstante, para surtir la nevera del hogar, debemos sumergirnos diariamente en la agobiante y desesperada preocupación de conseguir los alimentos y productos esenciales para sobrevivir.
Entre estos escasos y codiciados productos de las familias venezolanas está la harina precocida de maíz, la cual está a 1.300.000 bolívares, otros rubros importantes como el queso, cuyo precio más económico es 2.500.000 bolívares, mientras que el kilo de arroz está en 1.000.000 de bolívares, la pasta 1.800.000 de bolívares. Asimismo, mantequilla y salsa de tomate superan los 2.000.000 bolívares, el kilo de mayonesa 5.000.000 de bolívares, el litro de aceite cuesta 3.000.000 de bolívares. El cartón de huevos está en 3.000.000, y el kilo de leche en polvo cuesta 5.000.000 de bolívares. Otros rubros alimenticios como carne de res está entre 4.000.000 y 5.000.000 de bolívares, el pollo cuesta 6.000.000 de bolívares. Otros productos de primera necesidad como jabón de baño cuesta 1.200.000 bolívares, la maquinilla de afeitar más económica está entre 400.000 y 500.000 bolívares, el shampú y toallas sanitarias ya cuestan 3.500.000. En fin, estos precios de lujo, con la criminal hiperinflación inducida, hace necesario que la ciudadanía venezolana deba disponer mensualmente de más de 100.000.000 de bolívares. Por otra parte, el Centro de Documentación y Análisis para los trabajadores (CENDA), indicó que la inflación anualizada entre el 01/05/2017 y el 30/05/2018, fue de 22.115% y que se necesitan 220 salarios mínimos para poder adquirir la canasta básica.
En este orden de ideas, y ante la terrible situación económica que sufrimos los habitantes de la República Bolivariana de Venezuela, la moraleja que debe asumir el ejecutivo nacional, es cambiar radicalmente la política económica, antes de seguir decretando incrementos del ingreso mínimo integral, pues lo que hace es contribuir a distorsionar aún más la realidad económica de nuestro querido país.
