Una solución política para los problemas urbanos

Entremos en el debate propuesto  

Una solución política para los problemas urbanos

Nos preguntamos: ¿Es posible dentro de las actuales estructuras el desarrollo urbano y la organización social?

En el Artículo 15, numeral 4, de la Ley Orgánica del Poder Popular, se establece los sistemas de agregación comunal como: "Los sistemas de agregación comunal, que por iniciativa popular surjan entre los consejos comunales y entre comunas". Este concepto resulta, por demás, ambiguo para el proceso de construcción de los sistemas de agregación comunal porque expresa una resistencia en la elevación del nivel de consciencia para lograr realmente un sistema comunal de ciudades, por lo que es imprescindible plantearnos otro modelo de desarrollo urbano y de organización social que anticipe un cambio político y la creación de alternativas espaciales, que puedan apoyarse en una práctica teórica para una práctica política que las haga realidad.

La ciudad se configura para el mayor beneficio del capital industrial, comercial y financiero y sólo accederá a destinar el excedente de producción a la conservación del espacio histórico cuando no enfrente los intereses que tenga el capital dominante. Y esto se comprueba en todo el mundo. En efecto, el espacio urbano pierde su valor de uso y se convierte en un valor de cambio que realiza su plusvalía acoplándose al mecanismo productivo capitalista. Lo urbano se transforma en una mercancía bien alejado de las necesidades de espacio que exige la reproducción de la vida y de la especie humana.

Si la ciudad ha sido la forma material como se ha expresado la sociedad dominante y es esto lo que le da sentido estratégico a la construcción de los nuevos sistemas de ciudades, entonces, cualquier teoría arquitectónica que se fundamente sobre el desarrollo urbano y de organización social deberá partir de la propiedad social del espacio y de la socialización de la empresa constructiva. Y, desde luego, que esa teoría sea tributaria de la práctica política que desarrollen las multitudes, para que la plena utilización de las fuerzas productivas pueda satisfacer, entre otras, el consumo de espacio que las tensiones demográficas y los requerimientos humanísticos necesiten.

De allí, la importancia de la socialización de los medios de producción con énfasis en la cuestión productiva: "Nuestras ciudades no pueden seguir siendo copia (caricaturesca a veces) de la ciudad moderna, explotadora del campo. El 15% de la comida del mundo se produce en las ciudades y ello puede ir marcando la desaparición de la separación entre campo y ciudad". Esto quiere decir, que no se trata de lograr una imagen bucólica de los sistemas de ciudades y su nueva geometría territorial, sino por el contrario, se debe definir los verdaderos territorios de la gente estableciendo la socialización de los medios de producción, con énfasis en la cuestión productiva.

De allí, que debemos definir no sólo el territorio productivo para propiciar la propiedad social y eliminar la dualidad entre campo y ciudad, sino también plantear una necesaria política de producción de prioridad agraria que nos sitúe sobre el problema urbano, a través de una nueva práctica económica-política de control social del espacio y su producción, como de una política para la ocupación del territorio de modo que todos los seres humanos posean el espacio necesario de abrigo, descanso, alimentación, juego, arte, fiesta y todas aquellas funciones de carga y descarga energética.

Efectivamente, vemos el avance en la perspectiva concreta de nuestra herencia cultural, histórica y politica indoamericana, cimarrona, independentista y bolivariana, como elemento teórico. Y, esta tarea fundamental, debe apoyarse en el debate de la organización política, la construcción de la nueva sociedad y los nuevos sistemas de ciudades.

Anticipamos, entonces, una solución política para la organización del espacio urbano vinculado con el todo, con la ciudad, con la lucha de clases por el espacio. Que pueda apoyarse en una práctica teórica de producción de conocimientos y soluciones técnicas, para una práctica política que las haga realidad en su ser para la vida y la libertad de uso del espacio y de una comunidad. De modo que cada ser humano posea el espacio de intercambio de la Materia-Energía , determinado por la propiedad social de la fuerza productiva industrial de la construcción y del espacio urbano, cuya principal cualidad es la de poseer valor de uso.

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[1]    El concepto de Tensión Demográfica se aplica a la influencia que la población ejerce sobre los recursos naturales del planeta y las consecuencias irreversibles en el medio ambiente.

[2]    Los Requerimientos Humanísticos de la sociedad significan responder críticamente a los factores de intervención relacionados con el medio ambiente, a la sustentabilidad y a la crítica arquitectónica y urbana.

[3]    La Materia-Energía es una relación dialéctica en la que la apropiación del espacio, medio productivo generador de la Materia, es particularmente importante para el modo de producción capitalista, cuando el producto y/o Energía que lo realiza es requerido por clases sin acceso al excedente en un espacio definido, es decir, los seres humanos sin-espacio, quienes obtuvieron solo Materia estrictamente necesaria para la reproducción de su Energía, fueron privados del espacio para la conservación y reproducción de su Energía.



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Servando Marín Lista

Arquitecto - Autor de los libros: 1.- La Geometría de los Afectos (2007). 2.- Desde la Comunidad (2010). 3.- La Ciudad Comunal (2013). 4.- El Caserío de Altagracia de Cumaná (2016). 5.- El Caserío de Santa Inés de Cumaná (2017). 6.- Cumaná: La Otra Ciudad (2019). 7.- Más allá de Tierra Firme (2022). 8.- Más allá de La Mar (2023).

 tetralectica77@gmail.com      @chevan2

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