Las colas y la solución de los problemas

—Paisano, paisano. ¿Qué le pasa? Está como alelado. —Epale, paisano. Estaba ido, vale. —¿En qué piensa? Hombre. —Es que me puse a pensar una guarandinga, y me quede como ensimismado. —¿Y qué asunto es ese que lo tiene tan concentrado?

—Mire paisano, usted no se ha dado cuenta que cuando uno hace cola. Sea la cola para el pan, para el azúcar, la harina, sacar efectivo del banco, el aceite; porque cada producto ahora tiene su cola y bien larga. Siempre hay alguno que tiene la solución para todos los problemas.

—Uno se para en la cola y no han pasado cinco minutos, que ya es mucho tiempo, cuando sale alguien a dar lecciones de cómo se puede arreglar el asunto del pan o de la harina; incluso de la política misma. Son unos genios, ¿yo no sé que hacen ahí haciendo la cola? Porque con tanta inteligencia debiesen estar en la NASA.

—Esos hablan con aquella autoridad de quien sabe del asunto, pues. Esto se arregla así o se arregla asá, y aporrean la idea para allá y para acá. Da gusto oírlos hablar. Uno se queda boquiabierto ante tanta sapiencia. ¡Cómo sabe esa gente de las cosas que están pasando!, verdad. Y, además, saben cómo se deben arreglan todas las cosas.

—Ahora, dijo yo. Debe haber gente en las empresas, en el gobierno; algo así como esos reclutadores en el beisbol, scaut creo que así los llaman. Que van viendo cuáles muchachos son los que mejor juegan para reclutarlos para el equipo, verdad. ¿Usted ha oído hablar de esos señores? —Por supuesto, paisano. Si a un sobrino de mi mujer se lo llevaron para el Norte, porque el muchacho es bueno jugando la segunda base.

—¡Aja! Ve, a esos me refiero. Mandan a esa gente a pasearse por las colas y a reclutar a esta gente que sabe, y ahí se solucionan todos los problemas porque ellos saben cómo hacerlo. Hasta se pueden elegir de Presidente, si se quiere ser muy democrático. Y esté usted seguro paisano, que cualquiera que quede electo Presidente es bueno. Los demás se asignan como Ministros o Viceministros o Directores de alguna empresa. Ahí no habrá pérdida.

—Pero, lo que yo si veo y es lo que me parece raro. Es que si saben tanto ¿por qué están en esa cola comprando pan? Por ejemplo. Con tanto conocimiento encima se calan aquella mamarra cola. Y, eso sí, todo el tiempo que están ahí haciendo la cola igual que todos los demás se lamentaban y se lamentó.



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Obed Delfín


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