Actos de lesa patria

Algunos miembros del Grupo MUD, actualmente auto-desterrados de la patria, han cometido el crimen de LESA PATRIA al incitar a países europeos y a estados unidos de hacer intervención armada contra su propio país, Venezuela; se le ha visto por televisión, casi arrodillados implorando, solicitarle movilizar sus fuerzas militares para derrocar al Presidente Maduro.

Ellos no han sacado bien la cuenta, si un país extranjero moviliza sus fuerzas militares y tienen éxito en su intervención, el territorio del país conquistado es de ellos, con todas sus riquezas, y quienes decidirán en él son ellos mismos.

Si los Lesa Patria están creyendo que el país conquistador les va a dejar el campo libre y como pago recibirán una lonja de territorio y una simple gracias, están muy equivocadas(os). Lo perdieron todo, porque ahora no tendrás pueblo a quienes pedirle ayuda para realizar una nueva independencia, tal como Bolívar hizo, expulsó a los españoles de Venezuela con un pueblo a su lado.

En Afganistán desde el 2001 Hamid Karzai un activista de la política fue nombrado Presidente del país por sus relaciones con USA por ser un amplio colaborador con la CIA para el derrocamiento del régimen Talibán. El cargo de Presidente fue más de nombre que de otra cosa.

Revisando páginas del libro TIEMPO DE EZEQUIEL ZAMORA, de Federico Brito Figueroa, Sexta Edición, hacia sus páginas finales, entre ellas la página 390 (novena línea), transcribo textualmente:

"Fue precisamente en diciembre de 1859 cuando, por primera vez, Manuel Felipe de Tovar y Nicomedes Zuloaga plantearon la posibilidad de ofrecer la Guayana venezolana a una potencia extranjera, con preferencia a Inglaterra o a Estado Unidos de Norteamérica, sobre la base del suministro de armas y de la cooperación de uno de estos países en la tarea de derrotar la revolución o guerra social que terminará, de triunfar, perjudicando los intereses de las naciones amiga ... Estos era los pensamientos de Manuel Felipe de Tovar y sus asociados, criminales de Lesa Patria, dignos hijo de la raza goda, escribiría cuarenta y cinco días más tarde, en su Diario de Prisión, el revolucionario Carlos de La Plaza."

Setenta y dos (72) páginas más adelante, específicamente desde las páginas 462 en adelante (línea número 19: "Proclamaron la Dictadura de José Antonio Páez, las ‘inteligencias más notables’ solicitaron la intervención extranjera para liquidar la insurrección campesina. Es decir, en defensa de sus intereses de clase, los oligarcas no vacilaron en participar en actos de traición a la Patria.

Son hechos y no palabras los que confirman plenamente la formulación anterior. El 22 de noviembre de 1861, una comisión formada por Manuel Felipe de Tovar, Pedro Gual, Pacífico Gual, Nicomedes Zuloaga, Juán José Mendoza, Francisco La Madriz, Federico Núñez de Aguilar y Aureliano Otáñez redactó un documento implorando la intervención de una potencia extranjera y ofreciendo … entregar girones del territorio patrio a cambio del orden y del respeto de sus propiedades amenazadas por la guerra social."

Como dice el autor Brito Figueroa, transcribirán algunos pasajes infame del escrito cuyo contenido explica por si solo el calificativo de traidores a la Patria para quienes lo elaboraron y también para sus firmantes, que no vacilaron en enviarlo a la Cancillería de una potencia extranjera, por intermedio de una representación diplomática establecida en Caracas:

"Los que hacemos esta manifestación somos habitantes de Venezuela, )hablamos por la experiencia que actualmente nos está suministrando este país, entregado a todo género de exceso y a la guerra social de que hemos hablado, la que no tendrá término sino con su completa ruina, y dentro de poco estará perdido para sus habitantes y para las demás naciones que pudiera reportar inmensas ventajas con su comercio y relaciones amistosas, si estas comarca ´pudieran estar en paz y seguir su marcha regula. Es un deber que tienen las naciones civilizadas de Europa de tender la vista a estos países e intervenir en ellos de una manera directa cuya intervención no podrá menos que producir los mejores resultados. Ninguna de las naciones de europea puede con más ventajas poseer a Venezuela como la Gran Bretaña, y creemos que le sea más ventajosa esta posesión que la tiene en la India Oriental. El paso que en esta materia debe darse está muy indicando, y aun es de extrañarse que hasta ahora nada se haya hecho en esto. Hay en Venezuela, entre los hombres pensadores, la opinión de que conviene a ésta desprenderse del territorio de la Guayana y negociarlo con la Gran Bretaña pagando él la deuda extranjera contraída con súbitos ingleses, y además la deuda externa de la República que reconocerá o pagará en los términos que se estipule, que ambas deudas no montan diez millones de libras esterlinas. Esta opinión es mayor cada día, pero la multitud, el populacho y los demagogos se oponen a este traspaso de territorio o por lo menos no manifiestan buena voluntad a que se realice tal idea. Es esta la causa que haya para que nunca proponga esta negociación el gobierno de Venezuela, por el temor que le inspira el desenfreno de las más. Toca al gobierno inglés dar principio a esta negociación de la que sacará felices resultados. La Guayana venezolana es un país más extenso que Francia. Este vasto territorio, que linda con la Guayaba Inglesa, y que puede decirse que está desierto, está llamado a tener una gran importancia en la América del Sur. Aquel suelo es también aurífero, diversas minas de este metal se han descubierto recientemente. La posesión de este territorio tiene inmensas ventajas para la Nación que la ocupe. Por el Orinoco llevará su comercio a la mayor parte de la América Meridional, penetrando por las arterias de este río se irá al interior del resto de Venezuela, a la Nueva Granada, al Ecuador, y por el canal de Casiquiare que lleva las aguas al majestuoso Amazonas, se irá al Perú, Bolivia y al Centro del Imperio del Brasil. Flameando el poderoso pabellón ingles en la Guayana, no solamente mostrará ésta su riqueza hasta ahora desconocida, sino que será un centro civilizador que repartirá su influencia benéfica a todas estas repúblicas enseñándoles las ventajas positivas que trae al hombre el trabajo aplicado con inteligencia a todas las industrias, e trae al hombre el trabajo aplicado con inteligencia a todas las industrias e impedirá que continúen en esta guerra devastadora que los consume y embrutece. Es este un deber que llenar las naciones europeas para con las repúblicas americanas que necesitan su intervención tutelar sin esperar a que directamente se les llame de estas naciones, porque los propietarios y hombres de inteligencia no tienen libertad para hacerlo y sufren la presión del desenfreno popular, hasta el caso de atrevernos a firmar esta exposición la que hemos concebido, por el justo temor de que puedan difamarse nuestros nombres. Ante de terminar debemos manifestar y encarecidamente pedir al Gobierno Británico la más pronta resolución esta materia, ya sea que se acojan nuestros ideas respecto de la negociación de la Guayana o bien que se decida y lleve a cabo la intervención de una manera igual a la que las tres potencias Occidentales de la Europa emplean respecto a México, que es el medio más pronto y expedito que puede atajar los infinitos males que sufren estos pueblos"

Este documento provocó la justa indignación del Dictador José Antonio Páez, quien ordenó iniciar una averiguación inmediata para someter a juicio por traición a la Patria a quienes no habían vacilado en solicitar la intervención extranjera en la vida política del país, y además ofrecían en pago de su traición prácticamente la tercera parte de la superficie de Venezuela.

El documento remitido por los oligarcas caraqueños si llegó a su destino y copia del mismo a las Cancillerías de las grandes potencias de la época: Gran Bretaña, Francia, Estados Unidos de Norteamérica, Alemania y hasta la Rusia zarista.

Creo, que los hechos transcritos del libro del Historiador Federico Brito Figueroa son actos muy graves que son repetidos por otros venezolanos; ambos, son crímenes de LESA PATRIA y merecen el mayor de los castigos.

En época de Bolívar hubieran sido fusilados de espalda.



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Pedro Hernández Castellanos

Economista. Docente universitario. Especialista en Finanzas.

 pedrohernandezcastellanos3546@gmail.com

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