20M: Abstención … ¿y después?

Es evidente que se gastan ríos de tinta, y se busca derramar aun más materia gris en explicar lo supuestamente inexplicable o mejor dicho, invisibilizar lo visible.

Lo visible, sencillamente, es el fenómeno de la abstención, que más que fenómeno es un grito, un repudio y una búsqueda desesperada de alternativa frente a la debacle de una situación económica insostenible y un régimen agotado que se sobrevive a fuerza de terror.

Las llamadas fuerzas políticas no son ajenas ni deben desentenderse de esto, ni caer en silogismos conformistas de caracterizar el resultado como el de un ganador de la minoría, cosa cierta en términos matemáticos relativos, pero no en términos políticos ya que presupone una unidad de la mayoría globalizante que no es tal.

Los votos de Falcón, de Bertucci o los de Quijada, todos ellos de a pesar de ser de "oposición", no expresan lo mismo y, mucho menos a los millones que se abstuvieron por no sentirse representados. Tampoco podemos caer en la explicación de un oficialismo vergonzante que se conforma con mostrar cuadros comparativos con otros gobiernos de la región, en donde se alegran de ser la minoría más grande entre las minorías gobernantes.

Los resultados de este 20M, son mucho más que números o cuestiones algebraicas. En un aspecto, marcan las dificultades de un oficialismo que abusa de todos los medios a su disposición (desde el fraude o el clientelismo más vil, hasta todo tipo de tropelías, como la no legalización de sectores revolucionarios) por parte de un gobierno que usurpa la revolución y la utiliza como mascarón de proa de un proceso inverso de contrarrevolución. Se ha dado de narices contra un pueblo que ya le es esquivo y difícilmente pueda reponerse.

El 20M, fue también la manifestación de la crisis disolvente de la derecha, que es incapaz de gestar una política diferenciadora de la actual, que dé una salida a la inmensa mayoría de la población. La promocionada dolarización, no es otra cosa que seguir ajustando a los ya ajustados, entregar aceleradamente las riquezas del país al imperialismo y someterlo enteramente a él, lo mismo que aquellos que suplican un Golpe hasta la intervención directa del amo imperial, con un único fin en común: ser ellos los aplicadores del ajuste y el sometimiento colonial, a cambio de continuar enriqueciéndose de forma descarada.

Estas pequeñas conclusiones, buscan abrir un debate clave para los sectores honestos del llamado chavismo critico de izquierda, los anticapitalistas consecuentes. Para que a partir de éste y otros debates, se den pasos en la conformación de un polo alternativo que sea capaz de representar a los sectores populares de trabajadores y la juventud.

Venezuela nada puede esperar ya de las direcciones tradicionales, que aunque con nombres nuevos (muchas veces con retóricas de cambio y la agitación de banderas rojas) siguen defendiendo los mismos intereses de clase, ajenos a la inmensa mayoría.

Aquí pues, en este lado del campo está, el balón ahora. De poder interpretar objetivamente los hechos y sin mezquindades, recogiendo las experiencias vivas en el proceso, es posible y más que necesario construir una fuerza consecuentemente radical, con propuestas de fondo anticapitalistas capaz de disputar ese espacio vacante que abrió la abstención.



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