¿La ley de precios justos, sepulturera del socialismo bolivariano del siglo XXI?

Si hay que buscar responsables por la debacle sufrida en las elecciones del 20 de Mayo nos vamos a encontrar que, es el Decreto Presidencial 2092, quien crea las condiciones jurídicas y establece las políticas económicas del gobierno en sus relaciones con el sector empresarial, permitiéndoles y autorizándoles a elevar los precios de las mercancías con tasas de ganancias nunca establecidas en ningún país del mundo capitalista.

Hasta ahora no se conoce el nombre, del Ministro o Asesor del Presidente, que le redactó ese Decreto y que él firmó de buena fe, creyendo que los empresarios venezolanos y los capitalistas foráneos eran gente honorables que no se iban a aprovechar de esa inocentada de poder aumentar un 30% el valor de las mercancías en cada operación de compra venta que hicieran.

El Decreto 2092 eliminó todas las leyes anteriores que existían para proteger al consumidor de la voracidad del comerciante especulador y desmanteló toda la estructura para calcular los costos de producción de los artículos de primera necesidad. Es gracias a ese Decreto que los empresarios: productores, importadores y distribuidores pudieron esquilmarle a la nación la renta petrolera y hacerse de las grandes fortunas que se han llevado al exterior en complicidad con los funcionarios deshonestos que se prestaron para ello.

Ya el solo nombre de "Ley de Precios Justos", es una blasfemia. ¿Cómo puede ser justo algo nacido de la injusticia, de la explotación, del egoísmo, de la ambición y de la usura?. Eso es como si la iglesia católica sacara una Ley de Pecados Justos. El mismo Papa León XIII en 1891 catalogó al sistema capitalista como un régimen perverso per se. ¿Cómo puede ser justo algo que surge del engaño, de la trampa, de la viveza y de la codicia?.

Cuando una mercancía llega al consumidor final ha pasado por 6 u 8 intermediarios y cada uno de ellos le ha aumentado un mínimo del 30% de ganancia y para más vaina nadie está obligado a colocarle el precio de venta al público. Los antiguos buhoneros, ahora denominados bachaqueros, venden las mercancías que ya han pasado por 10 manos y al final son los que pagan impuestos al policía de punto que les matraquea para dejarlos trabajar. Toda esta distorsión de la economía tiene su origen en ese Decreto Presidencial 2092.

Inocentemente creímos que la honorable Asamblea Nacional Constituyente derogaría ese decreto y legislaría para proteger al consumidor de la voracidad de los comerciantes, todavía estamos esperando y por lo que se ve, eso para ellos no es prioritario. De allí que no debe extrañarnos que el 54% de la población electoral no haya ido a votar el pasado 20 de mayo, hecho que considero como una debacle, cuando estamos promoviendo una Democracia Participativa y Protagónica.

Hemos sido testigo y actores del Nacimiento, Desarrollo, Auge y Declinación de la Revolución Bolivariana que pretende construir el Socialismo del Siglo XXI. Todavía tenemos esperanza, no estamos vencidos, estamos viviendo una crisis que superaremos.



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Juan Veroes


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