El gran Tío Saume (II)

Las interioridades del mundo radial del año 30 atrajon a mucha gente, entre ellas Víctor Saume quien sucumbió a la fiebre artística al punto de vender su camión para dedicarse al canto. Saume al igual que otros jóvenes talentosos quiso emular a las grandes estrellas del momento, aquellas cuyas voces aterciopeladas salían de las ya viejas vitrolas. El joven buscó y consiguió plaza en "La Voz de Philco" como intérprete de boleros, una labor que también duró poco pues en algunos meses pasó de cantante a animador. Un poco más allá del pueblecito de El Valle, al que se llegaba por carretera, se erigía un urbanismo de clase media al que llamaron Los Jardines del Valle. Allí funcionaba "Ondas Populares", radio en la que Saume debutaría como animador con el programa "La Hora del Aficionado". Por aquel programa desfilaron los jovencitos Magdalena Sánchez, Rafael Lanzetta y Antonio Lauro quienes años más tarde se consagrarían a nivel internacional en el canto, la actuación y la música. El estilo de la época requería de formación integral, el que trabajara en radio debía hacer de todo. Igualmente el paso de personal de una emisora a otra era cosa común. Saume pasó de "Ondas Populares" a la "Broadcasting Caracas" para una breve pasantía como locutor comercial en programas deportivos, en aquellas transmisiones comenzó a perfilar el estilo que luego sería su sello: la improvisación y el toque humorístico. En la misma emisora le encomendaron la animación del espacio "¿Reconoce usted la canción?" para luego asumir tres turnos regulares por los que devengaba sesenta bolívares al mes.

Con el objetivo de normar la actividad de locutores y animadores, la Oficina Central de Radio, adscrita al Ministerio de Trabajo y Comunicaciones emitió un oficio fechado el 31 de mayo de 1940 que convocaba a optar ante un jurado por el título de Locutor. Los aspirantes debían acudir al número 2 de Veroes a Ibarras y al que superaba la prueba se le entregaba el certificado, previo pago de 45 bolívares. El primer lote se presentó el 25 de junio de 1940. El certificado número 1 correspondió a Francisco Fossa Andersson y el número 2 a Víctor Saume, ambos quedaron asentados en el folio tres del correspondiente registro ministerial. Casi un mes después de oficializar su condición como locutor, Víctor Saume contrajo nupcias con Lola Bermúdez Carreño, una chica a la que conoció disfrazada de negrita en unos carnavales y a la que salió a buscar desesperado al día siguiente sin saber quién era, pues aquellos disfraces ocultaban el rostro. La noche anterior el muchacho bailó con ella y quedó flechado pero en el torbellino de la fiesta no se le ocurrió preguntar ni el nombre, así que al otro día la única clave para encontrarla era el olor de su perfume. Inquieto de amor fue a buscarla entre las chicas del vecindario y una vez ante ella le dijo con aplomo: – ¡Te reconocí por el perfume!

Aquella frase inició una relación que habría de perdurar hasta el minuto final de su vida. La pareja se casó el 20 de julio de 1940 en la iglesia de la parroquia San Juan. Su luna de miel fue de apenas dos días en el balneario de Macuto pues era todo lo que su sueldo de 60 Bolívares podía pagar. Para 1941 con un estilo personal ya cincelado le llegó el reconocimiento. Comenzó a animar programas estelares en los que presentaba a estrellas consagradas, allí no solo hacía de locutor sino que además asumía caracterizaciones de distintos personajes que con la magia de la radio calaban en el gusto popular. Al lado de Pancho Pepe Croquer conformó según la prensa de la época "la pareja favorita de la radio audiencia deportiva". Pancho Pepe Croquer narraba las incidencias y Saume hacía los comentarios y las cuñas dotándolos de un peculiar pero sano humor, extraído de su experiencia como cambalachero. La época de Saume, que también fue la del ya mencionado Pepe Croquer, Oscar Eduardo Rickel, Alfredo Cortina, Amable y Ricardo Espina y muchos otros pioneros se caracterizó por dar prioridad al talento nacional. Las distintas emisoras competían por llevar a sus estudios a los artistas del patio, sin dejar por fuera a las estrellas venidas de otros países de América Latina como Libertad Lamarque, Chavela Vargas, Celia Cruz y Pedro Vargas.

Mayo de 2018



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José M. Ameliach N.


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