El opio electoral todo lo permite

Los dos contendientes entraron en el tremedal electoral donde todo vale, todo está permitido con la sola condición de que atraiga votos.

Esa es la única medida de las acciones de los dos contendientes que, como está demostrado, son dos caras del capitalismo. El opio electoral todo lo permite, la gente narcotizada es víctima de promesas y distorsiones.

Los dos bandos se esmeran por presentar encuestas a su favor, los columnistas se contorsionan para hacernos creer que sus preferencias van ganando, para crear una ficción de la que despertaremos el día después. Lo cierto es lo que sucede en el interior de los comandos. Por las medidas, las declaraciones, se transparenta la verdad, el pánico no se puede ocultar.

El gobierno tiene una gran angustia: cómo transformar las dádivas, los bonos, los carnet, en votos; cómo hacer que el chantaje funcione, transformar la caja clap en votos, en carnet, en miedo al desamparo. El candidato opositor, si calificarlo así no es una exageración, promete los dólares que la nación ya no tiene, sus asesores dictan cátedra de cómo parar la inflación en seco, es decir, sin esfuerzo, cómo volver al derroche sin ningún sacrificio. El gobierno, con desfachatez, propone prosperidad desde el mismo día después de las elecciones. Los dos son populistas, los dos estimulan lo peor de la gente, los dos propician la conciencia rentista.
Por ahora todo no va más allá de un criminal torneo de promesas, pero a medida que pasen lo días el desespero, que es la madre de las mayores crueldades, entrará en escena.

Ya alguien dijo que no saldrían del gobierno nunca, pues, llegó la hora de las definiciones. ¿Aceptarán los opositores una derrota? Todo puede resolverse como políticos serios que aceptan las adversidades, o podría tomar el camino de la locura sin importar las consecuencias. Se acerca la hora de mostrar de qué están hechos los unos y los otros, si son meros bocones o son inconscientes capaces de cualquier ruindad.

Puede ser que el fenómeno se cumpla y el lado opositor del capitalismo triunfe, ¿será que Tania la de Boston dará ese boletín, o escamoteará el resultado?; ¿será que el tsj dicta una ley impidiendo que el candidato del capitalismo opositor asuma, será que va hacer compañía a los diputados de Amazonas?; puede ser que la constituyente ratifique al presidente actual, ¿será que Maduro entrega de bote pronto o se queda enchufado hasta 2019, será que el fiscal descubra en la raya que Falcón es un corrupto?

No se sabe, lo que sí es seguro es que después de las elecciones, pase lo que pase, el estamento político saldrá desprestigiado y la masa saldrá más desencantada que nunca, más clientelar que nunca, más dispuesta a cualquier cosa por un beneficio, capaz de seguir al mejor postor que ofrezca fortuna sin sangre, sudor y lágrimas. Así está siendo educada, en el sálvese el que pueda, en el hombre lobo del hombre.

Ese es el precio, las consecuencias de la fantasía electoral, o mejor, del opio electoral que destruye el alma de la nación que ya tiene destruida la economía.

No decimos que la crisis es revolucionaria, decimos que en una crisis tremenda como esta que vivimos es urgente, vital, la opción revolucionaria. Nunca había sido más apropiada la consigna de Socialismo o Barbarie.



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Toby Valderrama Antonio Aponte

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