Pasión, martirio y resurrección del pueblo venezolano

"Quien huye de la Cruz, escapa de la Resurrección", Papa Francisco.

En jueves santo escribimos estas líneas, un día como hoy, Jesús de Nazaret se reúne con sus discípulos para celebrar la eucaristía y cenar. Juntos, en sano compartir. "Él quiso que, como en su última cena, sus discípulos nos reuniéramos y nos acordáramos de él, bendiciendo el pan y el vino: "Hagan esto en memoria mía", nos dijo" (Lc 22,19). Jesús, en símbolo de humildad, lava los pies de sus discípulos, pero les anuncia -de antemano- los momentos dramáticos que marcarán su vida. "Tomen este pan y cómanlo, porque es mi cuerpo". Luego, bendijo el vino y extendiéndole la copa a sus discípulos, les dijo: "Beban este vino, porque es mi sangre". Miró entonces a todos sus discípulos y acusándolos, les dijo: "Uno de ustedes va a traicionarme". Se miraron unos a otros, y se preguntaron: ¿quién sería el traidor entre ellos? Juan, se le acercó a Jesús y le preguntó: "Señor, ¿quién de nosotros lo hará?", respondiéndole Jesús: "Aquel a quien yo le dé este trozo de pan", y tomando un pequeño trozo de pan, lo mojó y se lo entregó a Judas Iscariote, quien estaba al frente suyo. Jesús, le dijo entonces: "Haz lo que tengas que hacer…pero, hazlo rápido". Culminada la cena, cerca de la medianoche, Jesús se retira a orar al Monte de los Olivos y es allí, donde Judas, acompañado de la soldadesca imperial y la jerarquía sacerdotal o sanedrines, en nombre de Caifás, se acercan a Jesús y mediante un beso en su mejilla, como símbolo de entrega, Judas le traiciona por treinta monedas de plata. Jesús, se les entrega sin resistencia a los oficiales sacerdotales, principales sacerdotes, capitán de la guardia romana y ancianos del pueblo, que se hallaban presentes. Según S. Lucas, las últimas palabras del Señor fueron: "Mas ésta es vuestra hora, y la potestad de las tinieblas." El capitán de los soldados imperiales romanos ordenó que llevaran a Jesús a la casa de Anás, suegro de Caifás. Jesús, a los ojos de la autoridad judía, era una amenaza para la subsistencia del pueblo de Israel, porque criticaba la ley dada por su Dios, adoptaba comportamientos que contrastaban con los usos tradicionales, debilitaba la conciencia de elección del pueblo judío y desacreditaba a la clase dirigente. Era un hombre "incómodo" y, por lo tanto, debía ser eliminado. Apenas amaneció, los sacerdotes y ancianos del pueblo, se reunieron en consejo contra Jesús y acordaron su muerte. Atado, fue entregado al gobernador Poncio Pilatos, ante quien le presentaron como un sedicioso, un subversivo, enemigo del imperio. Un delito, que las leyes romanas castigaban –severamente- con la vida de los implicados. Roma, se había abrogado la prerrogativa de sentenciar a muerte al ciudadano judío que violase sus leyes. Iniciaba así, Jesús, el martirio que conduciría a su crucifixión, muerte y posterior resurrección, renacido como Dios de los cristianos.

Cuánta similitud, encontramos entre la vida de Jesús y la historia actual que viene escribiendo el pueblo venezolano, en estos últimos 19 años. Su pasión y amor, por el liderazgo encarnado por Hugo Chávez Frías, quien los visibiliza y hace pueblo de carne y huesos, protagonistas de la nueva historia que se comienza a escribir con la llegada al gobierno del Bolivarianismo de los nuevos tiempos. En la Revolución Bolivariana, el pueblo venezolano se regocijó de dicha. En el advenimiento de la fraternidad, la solidaridad y la igualdad entre venezolanos y venezolanas, pudo reencontrarse el pueblo venezolano con su antepasado libertario surgido en las ideas del Padre Libertador, Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Palacios Ponte y Blanco. La educación, la salud, la vivienda, en fin, la vida; derechos todos, cercenados por la extinta cuarta república, sus gobiernos de AD y Copei, recobran vida en la nueva República, surgida con la nueva Constitución, 1999, de marcado corte Bolivariano. La enorme riqueza, proveniente de la venta del petróleo, por primera vez en toda su historia, es revertida al pueblo en calidad de vida -en desmedro de sus antiguos benefactores: el imperialismo de EEUU, la burguesía expresada en Fedecámaras, sus partidos: la Coordinadora Democrática, luego MUD y ahora Frente Amplio Venezuela Libre, y su iglesia, organizada en Conferencia Episcopal.

Los enemigos de la patria, siempre conspiraron contra Chávez, pues su egoísmo les impedía concebir que ahora se beneficiara al pueblo. En especial, a los pobres. "La gloria de Dios es que el pobre viva." Rezaba, Monseñor Oscar Arnulfo Romero desde El Salvador, siendo esa la principal causa de su martirio. A la muerte de Chávez, los enemigos de la patria creyeron que su hora había llegado. Las conspiraciones, se hicieron el pan nuestro de cada día. La violencia tomó las calles, la pérdida de la paz -vivida hasta entonces- se convirtió en un verdadero martirio expresado en desabastecimiento de alimentos y medicinas, que comenzaron a contrabandearse hacia Colombia. Las colas, fueron convertidas por la mediática derechista imperial, en el símbolo del martirio popular, que cual cruz, tocó al pueblo cargar durante al menos dos años. El heredero del legado de Hugo Chávez, el hermano Nicolás Maduro, cargado como lo ha estado siempre en las ideas de Jesús, crea los CLAP y demás mecanismos de protección al pueblo todo y, en especial, de los más desasistidos.

El martirio a que se somete al pueblo venezolano adquiere ribetes más sofisticados, tanto que pasan hasta desapercibidos para la gran mayoría que ubica en Nicolás, al responsable de los acertados latigazos con que se castiga al cuerpo de la Nación. En 2015, se expresa la voluntad popular -mayoritariamente a favor de quienes indujeron la crisis: la MUD. Violencia en las calles, y sofisticados mecanismos de pulverización de los ingresos del pueblo, se convierten en la receta que desde Washington, les ordenan seguir a los aspirantes a procónsules del imperio en tierras venezolanas. Dólar Today, se convierte en la pieza fundamental de la artillería imperial para martirizar -sin clemencia- al pueblo venezolano y pulverizar sus condiciones de existencia, y sobrevivencia. Entre 2012 y 2017, desde esa página el mal llamado dólar paralelo, guía reguladora de los precios internos, seguida por los agentes imperiales: Fedecámaras, Consecomercio, Cavidea y Cendas, incrementa en 3 millones por ciento el valor de la moneda imperialista, según investigaciones de Pascualina Curcio, y hechas públicas por La Hojilla. Tanto martirio, ha sido resistido por el pueblo venezolano en su negativa a morir, pues tan solo Dios delegó en Jesús, la misión de dar testimonio con su vida, con su sangre, de la voluntad amorosa y misericordiosa de Dios para con los pobres, pecadores y marginados de la tierra. Será, esa proximidad del Gobierno Bolivariano, ahora dirigido por el hermano Nicolás Maduro, con los más débiles, que le convierte en uno de ellos o ellas, un marginado, marginada, un perseguido, un crucificado, sobre quien caerá todo el peso riguroso de la ley del imperio, tal cual ocurrió con Jesús de Nazaret. Por ello, Obama le denuncia como una amenaza "inusual y extraordinaria", mientras que su sucesor Trump, ratifica esa denuncia e incluso, va más allá en su carga de brutalidad al amenazar a la pacífica nación venezolana, con agredirla militarmente. Invadirla, tal cual se tratara de Irak, Libia o Siria. Así, como el César de Roma vivía atemorizado, viendo enemigos de Estado por todos los rincones de su vasto imperio, el Emperador alojado en Washington, la Casa Blanca, ve en el ejemplo de dignidad, construido por el pueblo venezolano, sus instituciones, Gobierno y Fuerza Armada, una amenaza a su poder hasta ahora absolutista, que comienza a dar muestras de declinación y decadencia ante las nuevas potencias emergentes, el nuevo mundo.

El pueblo venezolano, se encuentre en fase de resurrección. Su cruz, la ha cargado en sobrada dignidad, sin doblar su figura ante el martirio que ahora, adquiere ribetes de bloqueo financiero internacional. Tal cual, se tratara de una nueva Cuba. Las medicinas, necesarias para salvar al enfermo que las necesita, no pueden llegar al país, pues en algún puerto será paralizada y devuelta a su país de origen, en cumplimiento de las órdenes de Washington. Igual suerte, han corrido algunos alimentos. La muerte de compatriotas, medirá el éxito de la política imperial estadounidense, mal llamada como "sanciones". Julio Borges, Luis Florido, Antonio Ledezma y Carlos Vechio, tal cual Judas Iscariote, ven en las mal llamadas "sanciones", el bloqueo financiero de la nación venezolana, su gran logro en política internacional. Poco les importa, las dolencias que padece el pueblo venezolano, desprovisto como está de algunas medicinas. ¡Resurrección! Gritaremos a los cuatro vientos y el mundo entero, cuando con votos derrotemos al imperio bárbaro del norte y sus sanedrines eclesiásticos, políticos y empresariales, el venidero mes de mayo. Será entonces, que digamos al mundo entero que valió la pena haber transitado el misterio pascual que transitó Jesús, en su paso al reino de Dios…



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Henry Escalante


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