"Si usted está contra Maduro, no tiene patria, niña", dijo a su hija Toñita…

  1. Doña Toñita de Contreras lleva cincuenta y cinco años trabajando en el mercado municipal de Mérida: "desde –como nos cuenta- que era una bella carajita que dejaba la polvoreda y los suspiros anegados por donde pasaba". Doña Toñita es cruda y sin reservas para decir lo que siente cuando tiene que soltar sus pachotadas. "¿Y tú Toñita apoyas a Maduro?" y su respuesta es fulminante: "Ni pendeja que fuera para no apoyarlo. Mira, asómate y ve a las nubes y allí te aseguro que hay un coño gringo vigilándonos. ¿Qué sería de nosotros como seres humanos, como hijos de Bolívar, que bichangos más inmundos seríamos, si estando ese gran hijo de su madre del Trump atacando a nuestro Presidente, para completar nos pusiésemos también nosotros a criticarlo…? Por favor, hay que tener al menos medio dedito de frente…". A mí Toñita se me parece un poco a Lina Ron. Doña Toñita tiene dos hijas que según ella se las tragó el capitalismo con "faja y demás yerbas". Me dice doña Toñita: "Ellas no me pueden querer como yo a ellas, y por eso se fueron del país, a buscar lo que no se les ha perdido".

  2. Le insisto: "¿Entonces usted está totalmente con Maduro?", y me suelta: "Claro que sí, acaso que tú crees que yo soy pendeja. Escúchame, a mi no me han dado casa ni tengo esa multitud de beneficios que a los pobres entrega el gobierno, y mira que soy bien, pero requeté bien pobre; pienso que con todo lo bueno que ha tratado de hacer la revolución yo siempre he tenido un puesto de combate que es mi trabajo, porque yo siembro aunque sea en terreno del gobierno, y produzco un poquito para los demás, y nada me hace falta; ojalá supiera mucho más para ayudar mucho…".

Por otro lado conocí a dos muchachas que tenían sus chiringuitos cerca del mercado, y que bastante plata hicieron: que compraron carros y casa, que con Chávez viajaron y se dieron la buena vida, hasta donde sus cerebros y sensibilidades permitían dársela. Entre ellas está el caso Anyolí Jeniffer Contreras:

  1. Anyelína Jolié Jeniffer Contreras es una joven con dos bellas niñas, que ansía con pasión jesuítica vivir en un país perfecto, con los luces por doquier; con campos de golf en cada parroquia, con grandes comercios, con muchas y enormes vitrinas que luzcan joyas y artículos modernos plenos de encantadoras virguerías; la pobre (lamentablemente lo es) en sus afanes de ser alguien, de momento se conforma con ser miembro ad honorem del Country Club de Mérida.

  2. Anyelína Jolié Jeniffer (se acaba de arreglar este nombre en la prefectura de El Sagrario) va todos los días a misa para pedir por ella y por sus dos hijas, y porque el próximo mes de mayo (cuando tiene una cita en la embajada de EE UU) le den la visa gringa. Cuántas lágrimas ha derramado Anyelína Jolié Jeniffer en los últimos veinte años, que ya va poniéndose ajada, cansada y perdiendo su figura que otrora llegó a ser nada despreciable.

  3. Anyelína Jolié Jeniffer se conoce todas las novelas viejas y modernas, y también llora coro con su suegra, con sus amigas que luchan a brazo partido para tratar de tumbar al gobierno. Cuando supo que un avión gringo había ingresado a nuestro espacio aéreo rezó veinte Padrenuestros y veinte Avemarías en el altar del cura Jacinto Buenaventura.

  4. Ella, Anyelína Jolié Jeniffer, se imagina que aún sigue siendo una "estremecedora" y que por un vuelco milagroso, de un momento a otro, todo le pueda cambiar en la vida. Sueña con otra vida sin su marido quien se le ha vuelto pesado (por culpa del chavismo, aunque él no sea chavista). Sueña tanto que suele caer un légamo de contrariedades escabrosas en las que se ve así misma huyendo por Cúcuta y dejándole sus hijos a su madre. Sueña que con un golpe de suerte se consiga un hombrazo, se consiga a un catire que se enloquezca con su porte, con su figura y sus ardorosos deseos de elevar su calidad de vida…

  5. Y sueña, sueña con los aeropuertos de Estados Unidos y con sus ciudades, y se imagina que un día puede llegar a aprender a manejar un jet ejecutivo, que va a Las Vegas, que se pasea por Sauz Bichi (como suena), por Jolibud, por Gueslaike…;

  6. Pero cuando Anyelína Jolié Jeniffer se asoma al balcón de su apartamento, después de tanto soñar, no hace sino ver a sus amigas que también sufren como ella, paseando unos perritos de lujo por el estacionamiento. Ella entonces vuelve a llorar y a decirse que no nació para vivir en este país tan atrasado y sin entretenimientos, un país que no le ha podido dar todo lo que ama con locura, que ni siquiera arrastrándose como lo ha tenido que hacer con unos dos mil dólares que es todo lo que necesita para dar el gran salto a la libertad, como piensa.

  7. Anyelína Jolié Jeniffer sufre ahora de raros trastornos, catalogados en la ciencia siquiátrica de "bipolaridad biliosa", que la hunde en una desastrosa depresión; en una desolación sin salida y que la mantiene hablando sola contra el gobierno en los bancos, en los mercados, en las iglesias, en cualquier cola que haga, necesaria o innecesariamente.

  8. Hay que tener en cuenta que Anyelína Jolié Jeniffer proviene de una familia muy humilde y que durante los primeros años de este "horrible comunismo" pudo levantar un prospero negocio de venta de mondongos en pleno centro de la ciudad. Le fue tan bien en un principio que aprendió a manejar tarjetas de crédito, a comprar cosas finas por internet; a viajar por Panamá, Miami y Cúcuta. Ella no sabía ni siquiera en su adolescencia los grandes placeres que esconde el mundo del entretenimiento: los casinos, los restaurantes y hoteles de lujo; los centros comerciales de altura…

También Anyelína Jolié Jeniffer, cada año de sus años jubilosos los disfrutó yendo a Miami y a Panamá a comprar toneladas de ropa, y al morir Chávez se fue dando cuenta de que Maduro es un Hitler amamantado por Pinochet, su expresión preferida.

Anyelína Jolié Jeniffer ha hecho todos los papeles que le corresponde en su confusa y angustiosa lucha contra el gobierno: se ha vestido de negro con peineta y velo y se ha colocado frente al Mc’Donalds principal de Mérida. Se confiesa varias veces a la semana en la catedral. Ha acompañado a los radicales niños de sangre azul de la Universidad de Los Andes que maldicen a los negros chavistas en todas las manifestaciones. Ella no sabe en el mapa dónde queda su país, ella nunca se ha leído un libro y realmente los odia y lo único que le interesa es tener mucho billete verde para poder viajar y divertirse, para invertir, para pasear, para comprar todo lo que a ella le dé la gana, porque siente que se lo merece, que el gobierno por comunista no está para dárselos.

Oh, Anyelína Jolié Jeniffer,… hay muchas y muchos como tú…

Lástima…



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José Sant Roz

Director de Ensartaos.com.ve. Profesor de matemáticas en la Universidad de Los Andes (ULA). autor de más de veinte libros sobre política e historia.

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