No basta con tener "FE" ni con tener fe

Fue Virulo, ese gran humorista de la Nueva Trova Cubana, que nos enseñó la importancia de la FE (Familia en el Exterior) para los cubanos. Nuestra realidad es bastante parecida a la de los cubanos en ese sentido. En este artículo discuto el tema de la insuficiente satisfacción de necesidades producto de las remesas que nos envía nuestra FE y además discuto el argumento de Oscar Schemel de que el pueblo venezolano convierte sus (pocas) esperanzas en (mucha) fe.

Para empezar, es bien cierto que parte de los ingresos de muchas familias venezolanas proviene de las remesas familiares. Un hecho curioso es que algunos envían remesas familiares al exterior, a precio DICOM, y reciben remesas familiares a precio paralelo. De esta manera, sigue alimentándose los modos mañosos de hacerse de dinero. Más allá de este hecho, es innegable que es preferible recibir unos piches 20 dolaritos al mes que devengar el sueldo de un Profesor Titular con estudios doctorales.

Aparte del dinero proveniente de las FEs. También debe mencionarse el dinero que proviene de quienes trabajan por Internet. Es fácil ver ofertas de trabajo "sin moverse de la casa" para quienes disponen de ese servicio. Y es un hecho simple, se tienen dos posibilidades. Una es la de trabajar por un sueldo que apenas alcanza para pagar el transporte y la otra es la de disminuir los gastos e incrementar el ingreso.

Ambas modalidades de ingreso con fuentes en el exterior representan en verdad un alivio para quienes lo reciben, pero representan a su vez desestímulos para la inversión y para la producción nacional, más allá de que este dinero difícilmente genera impuestos que puedan servir para incrementar la capacidad del Estado para brindar soluciones a los problemas sociales. De modo que las remesas de FE y otras modalidades de ingresos de divisas forman parte de la compleja maraña de debilidades que presenta nuestra economía.

Pero aludiendo lo que destaca el título de este artículo, no basta con tener FE para satisfacer nuestras necesidades humanas. Poco nos sirve tener FE si no podemos conseguir los alimentos, las medicinas, los repuestos y un gran número de insumos; si sólo podemos retirar 10 mil bolívares en efectivo, cuando hay, lo que equivale a unos cinco (5) centavos de dólar; si se nos hace difícil comprar las verduras y frutas por no disponer de efectivo o porque los puntos dejan de funcionar ante las inmensas demandas de comunicación. Poco nos sirve tener FE si vivimos en zozobra por un cuadro delictual que se agrava permanentemente por personas que antes vivían de un sueldo que les alcanzaba para alimentar sus familias y que hoy por hoy buscan cualquier forma de rebusque. Poco nos sirve tener FE si desechamos la idea de ir al médico a recibir atención pues ¿para qué? si ni siquiera uno va a encontrar las medicinas que se requieren. Poco nos sirve tener FE si vemos que nuestras instituciones se desmoronan y se pierde la posibilidad de que encontramos modos de realizarnos mediante el trabajo productivo. Poco nos sirve tener FE si las familias se desintegran y vemos trastocados nuestros afectos. Poco nos sirve tener FE cuando nos damos cuenta de que la corrupción ha hecho metástasis en la población.

En ese marco no puedo dejar de aludir lo que está ocurriendo con nuestra querida institución universitaria. Se están yendo los Profesores, los Empleados los Obreros y los Estudiantes. Antes teníamos problemas para asignar los cupos, ahora apenas se inscriben cinco (5) Estudiantes de nuevo ingreso en carreras otrora muy demandadas como Ingeniería Geológica. (¿Quién quiere estudiar para devengar un sueldo en PDVSA?). Cada vez más nos encontramos con que hay asignaturas obligatorias que no se abren y cada vez más se cierran ofertas académicas. Más allá de que por razones de la lucha en las calles, los semestres duren años, muchos Estudiantes temen que nunca puedan alcanzar el sueño de lograr el título. En otras palabras, no basta con tener FE si se nos mueren los sueños y las posibilidades de realización.

En contraste con este análisis, Oscar Schemel brinda unas declaraciones que califico como absurdas: "Asociada a la protección, asociada a la valoración positiva del desempeño también hay fe. Ya no es solamente esperanza, es fe, porque la esperanza está asociada a la espera (…). La gente está buscando soluciones, certeza y comienza a haber fe de que se van a dar las cosas (…), fe en que Maduro puede resolver las cosas" (Resumen de declaración hecho por Noticierodigital.com). Digo que son absurdas, porque realmente la lógica es inversa, la fe se convierte en esperanza cuando deja de ser un sueño y se nutre de razones, de proyectos y de acciones. La espera es consecuencia de la expectativa de ver el fruto de nuestros criterios y esfuerzos. Por más que el azar pueda incidir en los resultados, el éxito esperado es consecuencia natural de buenas decisiones y trabajo consecuente.

Estoy seguro que Schemel miente cuando afirma que hay una valoración positiva del gobierno de Maduro. Pero aun asumiendo eso como cierto, la única posibilidad de que el pueblo tenga fe en que "Maduro puede resolver las cosas" es por un acto de fe ciega, producto más del fanatismo o el accionar enajenado e inconsciente.

Dicen que la fe mueve montañas. Pero más allá de los milagros, la única forma en que la fe se convierta en resultados es a través de la conformación de proyectos concretos y de la articulación de acciones. Cuando se observa la tendencia que tiene el país y las torpes decisiones que se están tomando, realmente hay que ser estúpido o al menos ingenuo para tener fe en que es "Maduro el que puede resolver las cosas". Si a eso tipo de fe vamos, el único que podría hacer el milagro es el propio Dios y nunca un ser tan insignificante como el actual Presidente de la República.

Pero supongamos que por un acto de suerte o de voluntad divina las cosas comienzan a cambiar en positivo. Supongamos que una gran Familia en el Exterior (Una gran FE) decide darle ayuda a Venezuela para resolver su crisis sin que esto pueda ser calificado como un acto de injerencia sino como un acto de solidaridad. O supongamos que con una estrategia similar a la del Petro se produce un fuerte ingreso adicional para el país y que tengamos una nueva bonanza. ¿Qué pasaría entonces con el país?

Para ilustrar la respuesta propongo que analicemos qué pasaría con alguna institución hospitalaria como es mi querido HULA aquí en Mérida. Ante la ingente cantidad de recursos que llegarían al país, lo más seguro es que muy poco le sea asignado a esta institución, porque esa ha sido la práctica del gobierno nacional. Pero pensemos que en esta oportunidad el gobierno otorga en un momento determinado todo el presupuesto que requeriría para un año de funcionamiento en términos de todo tipo de insumos. Aparte de darnos cuenta de que eso no serviría para que comenzaran a regresas los profesionales que se han ido del país, una consecuencia inmediata de la inyección de insumos sería la pronta desaparición de los mismos. Estas instituciones se han convertido en un barril sin fondo donde todo tipo de personal participa en hechos de corrupción contra el bien público. La inyección de recursos no servirá para rescatar la ética en instituciones que se han venido pervirtiendo sistemáticamente por un sistema que ha inducido la degradación moral del pueblo en su conjunto.

No basta con tener una gran FE para conseguir el resurgimiento ético de nuestra población ni el rescate de las instituciones fundamentales. El problema que está viviendo el país fue originalmente político pero ahora se ha convertido en un problema ético y en consecuencia es un problema cultural. Lo económico no es más que la consecuencia natural de una involución cultural y política de nuestro pueblo. Problemas económicos requieren soluciones económicas, problemas políticos requieren soluciones políticas y problemas ético-culturales requieren soluciones sistémicas.

Volviendo al ejemplo, el rescate ético cultural del HULA se podría concretar si un nuevo gobierno nacional decide implementar políticas de contraloría social masiva donde el pueblo mismo pueda establecer los debidos controles sobre el uso del patrimonio popular. Esto implica no sólo un cambio político en términos de los actores que conducen el gobierno, sino la visión de proporcionarle instrumentos al pueblo para que tenga niveles crecientes de control sobre la realidad social. Creo firmemente en que sólo el pueblo salva al pueblo y el único milagro que necesitamos es que lleguemos a tener un gobierno que se comprometa de manera efectiva a permitir que el pueblo controle el desempeño del Estado y de la economía. Para ello es necesario tener un proyecto social distinto. Invito a los lectores a revisar en APORREA distintos escritos relacionados con mi propuesta de infodemocracia Total.

Para finalizar, afirmo que tengo la fe de que algún día emprenderemos un proyecto social que sea ejemplo para el mundo. Decía Einstein que las crisis son bienvenidas porque de ellas surgen las grandes soluciones. Ojalá que a partir de esta crisis monstruosa lleguemos a tener la esperanza de que podamos tener una mejor Venezuela y un mundo mejor.

Con todo respeto y compromiso revolucionario,



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Felipe Pachano Azuaje

Profesor de la Universidad de los Andes

 pachano@gmail.com

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