El pueblo présidente

La estafa a la democracia sigue en Venezuela. Ya estaba aquí. Desde siempre ha habido estafa, dicen algunos. No obstante, en 2004 el Presidente Chávez aceptó el revocatorio y lo ganó, y en 2007, para sorpresa de muchos medios de comunicación y de políticos, no pasó por la fuerza. Se conformó : el cambio hacia el socialismo no será inscrito en la Constitución. Había represión y estafa en el discurso, manipulación y presiones, por supuesto ; pero no aberración democrática. Al contrario, el Instituto Carter afirmaba en 2012 que el proceso electoral venezolano era el mejor del mundo. No fue siempre así.

Entonces, si la economía se bloqueaba a veces, sobre todo después de la crisis del capitalismo en 2007-2008, podíamos consolarnos con la democracia. La economía periclitó, poco a poco, pero nos quedaba esta democracia deseada como protagonista. Una herencia democrática a preservar y a activar. El golpe de timón de 2012 iba en está línea. Usar la democracia como motor del socialismo, que es sobre todo, el cumplimiento de la democracia. Dar el paso para dejar más poder a los trabajadores, a la población en su conjunto, y menos a la burocracia. Inspirado por Jorge Giordani que escribió « La Transición al Socialismo Venezolano » se quería cambiar de rumbo. No aniquilar la democracia pero ampliarla hasta las bases productivas. Cambiar muchas cosas, "sin tener miedo a la crítica y a la autocrítica que nos alimenta" (Palabras del Presidente durante el golpe de timón). Cambiar muchas cosas, por supuesto, pero no someter la democracia al pelotón de ejecución, lo que equivale a someter al socialismo al pelotón de ejecución. Ahora, es otra cosa.

La economía siguió empeorando a gran escala de tal forma que la sociedad de ahora presenta, decuplados, todos los vicios del pasado, pero también algo nuevo : una salida progresiva de la Constitución y de la democracia. Desde 2016 la vida está sometida al estado de emergencia y al poder de los militares. Lo que representa una gran ruptura. Después de la economía, se dinamitó la democracia por decisión estatal y ahora ya no queda democracia. La lista es larga : Fraude en las elecciones de los miembros del TSJ en diciembre 2015, desacato de la Asamblea Nacional, rechazo del establecimiento del revocatorio, control militar de la economía, militarización de las manifestaciones, apertura de Tribunales Militares, intimidación y represión, control social de la población a través del sistema CLAP, guerra a los pobres con la triste Operación de Liberación del Pueblo, fraude en la elección de la Asemblea Nacional Constituyente, Usurpación de la Asamblea Nacional por la Asemblea Nacional Constituyente, cambio de las fechas electorales, no reconocimiento de la victoria del gobernador de Zulia, no reconocimiento de la victoria del líder en la municipalidad de Simón Planas, no reconocimiento del candidato Eduardo Samán apoyado por el Partido Comunista Venezolano que no apareció sobre las máquinas electorales, limitación o interdicción de muchos partidos como la MUD o Marea Socialista, anticipación injustificada de la fecha para la elección presidencial...

Estas cosas van en ruptura con lo que se hacía con Chávez. Son bastantes preocupantes. Lo que es preocupante también es la pérdida de valor y de señal que se está instalando en Venezuela, y en cualquier país tocado por la postmodernidad, la ideología del fin de las ideologías, pero la diferencia es que la situación está madura en Venezuela para crear confusión y desorientación, y lo podemos ver fácilmente cuando echamos un vistazo sobre las redes sociales. Hay más críticas contra el socialismo, a veces representado con un carrito vacío, que contra el gobierno como tal. Es que se considera que el uno va con el otro. Si criticas al comunismo, críticas al gobierno y viceversa. Se ataca al socialismo, a su historia, sus palabras, sus líderes. Es la postura rebelde del momento para criticar al régimen militar de Maduro. Por ejemplo, cuando la periodista Gloria Alvarez toma la palabra sobre todo para criticar los crímenes que se hicieron bajo el socialismo y detener al movimiento obrero en América Latina y en otra parte que pretenden cambiar el mundo. La corrupción, entre otros, es sólo un medio para llegar a este fin principal : neutralizar este movimiento y juzgar sus ideas. Dicho de otra forma : Venezuela sirve de modelo para denigrar toda idea de tipo socialista. Se quiere la cabeza de Maduro no para acabar con la dictadura pero para tener la cabeza del socialismo. Alvarez la quiere, y trabaja en eso, tratando siempre de asociar el socialismo al gobierno de Maduro, lo que hace que tenga un punto en común con el Presidente que se cree el representante del socialismo.

En este caso, tenemos razón de hablar de contra-ofensiva neoliberal en América Latina. Se instrumentalizan los sufrimientos en Venezuela para aplastar una idea. Se aprovecha de la situación para tirar un cañonazo contra todo lo que se acerca a la izquierda, y a la revolución. Con esta posición se llega a un resultado absurdo, como criticar los fraudes electorales en Venezuela (lo que entendemos) pero reconocer las elecciones en Honduras... a pesar de la violencia y de los fraudes. Así es el problema. Brasil, ya pasó por allí. Parece más grave que Lula pertenezca al Partido de los Trabajadores que sus acusaciones de corrupción. Con estas consideraciones ideológicas se da al lado del blanco. Si en Brasil se logró sacar a los líderes del Partido de los Trabajadores, la corrupción todavía está, más fuerte que nunca, con Temer y sus amigos. Podemos temer algo parecido en Venezuela. Que esta propaganda antisocialista logre destruir las ideas y los sueños de una parte del pueblo, sin deshacernos de la corrupción, de las armas, o de la dependencia al petróleo. Como en Brasil, podemos temer que el resultado sea muy amargo.

Almas inocentes nos pueden decir que el creer que en Venezuela el gobierno es socialista no es nuestra culpa, desde más de una década se dicen socialistas ; con el tiempo, lo hemos creído. Esta terminología nos obliga, cuando criticamos al uno (el gobierno) a criticar al otro (el socialismo). Sin embargo, podemos dudar de la buena fe de estas declaraciones porque cuando el gobierno dice que no hubo fraude en las elecciones, nadie se lo cree. Hacemos una selección entre lo que dice el gobierno y las cosas como pensamos que son. No nos creemos todo, pero tenemos en general un gran interés a reconocer sus fábulas antiimperialistas y socialistas. Basta retorcer el cuello de la realidad y de las palabras. Cuando validamos la propia lectura del gobierno, un gobierno que no obstante, no consideramos como legítimo, colaboramos con esta violencia simbólica. Aceptamos lo que nombra, cuando se refiere a su propia identidad, pero no seguimos hasta creerlo cuando dice que nosotros, o ellos, son terroristas, fascistas, por ser de la oposición. Porque en este caso, consideramos que la palabra no coincide con lo que conocemos, y preferimos llamar marcha o protesta a este grupo en las calles, porque fascista, sería una ofensa. Cuando se trata de socialismo no somos tan meticulosos con respecto al espacio que se genera entre la palabra y la realidad.

Imágenes, textos, canciones ; con varios soportes abrazan este tópico: es el socialismo que está acabando con mi amor, la economía, mi país ; es el socialismo que tiene la responsabilidad de la miseria, de la corrupción, y de la emigración de aquellos que pueden emigrar. Podemos hacer varias preguntas : ¿Con esta propaganda dirigida contra el socialismo, es decir, un imaginario popular y una palabra que tiene que ver con la historia popular del pueblo, hecha de ideas y de batallas, no nos arriesgamos a destruir todas estas revendicaciones heteroclitas de hoy en día, que quieren poner palos en la Rueda capitalista ? ¿No nos arriesgamos a borrar el rostro al pasado, borrar una memoria social ? ¿No nos arriesgamos a aniquilar del presente todo lo que puede quedar de estas ideas y de estas prácticas, y de apagar de este modo los puntos incandescentes , de la paz, de la justicia, de la emancipación, sobre los cuales algunos pararon y apostaron, cancelando así, definitivamente, una herencia que nos hubiera podido servir bastante para levantar una Venezuela sin sueño y sin futuro ?

Estamos en un terreno resbaladizo. Mejor hablar de la realidad como está en vez de empezar con preocupaciones ideológicas. Sino, caemos mal. El camino al futuro ya está indicado. Empezamos a criticar al socialismo y se critica automáticamente todo tipo de política social, forzando el futuro a un único camino posible, contra el cual no habría que luchar. Antes de caer en este capitalismo salvaje, del desastre, com dice Naomi Klein, tenemos que seguir argumentando para deshacernos de estos mitos, y denunciar estas propagandas falsamente simétricas que piensan criticar a Maduro y a su gobierno cuando lo que hacen es embestir ojos cerrado contra el socialismo. Hay que luchar, tomar la palabra, repetir, insistir : Venezuela no sufre de un exceso de política social. Al revés, hay una escasez de justicia social. Invertir en la salud, los hospitales, la educación, repartir becas, etc, no es el problema...

El problema grande es la corrupción estatal y patronal, los ataques a la democracia y a la constitución, la aplicación de una política neoliberal bajo la bandera socialista, la represión del movimiento social en nombre de la paz. El problema es que de momento estamos sin futuro y sin palabras, y en vez de escuchar una crítica social, popular, que existe, hacemos más caso a la propaganda. El problema es que desde poco se está haciendo mucho ruido para nada en Venezuela, para que se confirme la candidatura del empresario Mendoza. Una parte del pueblo andó feliz en las calles para apoyar al nuevo líder, viendo en él las razones para tener esperanzas. Que gran regresión. Criticar al populismo para volver a un populismo de mercado es una gran ironía de la historia. Su empresa, La Polar, se enriqueció gracias a los dólares del gobierno. Esta empresa pertenece a la cúpula que sacó provecho del desfalco de la renta petrolera. Se vacío las cajas públicas para enriquecer funcionarios, empresarios con la camisa roja o gris, sin que dieran el cambio. Sin que mejoraran o aumentaran la producción, la repartieran en el territorio nacional, y a precio justo. La plata se dilapidó en vano, y en esta historia de desfalco Mendoza y su empresa hacen parte del problema. Sería curioso de ver en él la marcha del limpio empresario que va a dar la cara al sucio Maduro. El mundo empresarial tiene sus responsabilidades, con el Estado, en la caída del modelo productivo, y la gran dependencia de ahora al dólar y a las importaciones. Apoyar a la candidatura de un rico empresario es una bendición para Maduro y sus compañeros. Eso entra muy bien en el espectáculo que quieren dar, con los malos que quieren volver, y los buenos que se quieren quedar, pase lo que pase. Es lo mejor que la oposición puede hacer para que la propaganda del PSUV y de su líder ganen puntos.

Hay que decirlo, para que las imágenes de la red no hablen por nosotros : el problema no es que Maduro viene del mundo obrero, es que cortó sus raíces con este mundo del trabajo, ahora huérfano de representantes políticos. Y por supuesto, un empresario esta muy mal ubicado para representar los intereses de la clase trabajadora, es decir, los intereses de la mayoría de la población.

En estos tiempos oscuros tenemos que volver a tomar el hilo de la crítica porque la propaganda es reina, y en sus pantallas se inversa la perspectiva, la solución es el problema, y el problema es la solución... perdidos, sin brújula, nos toca volver a las palabras. Apagar la propaganda y reflexionar.

Por un futuro mejor en Venezuela hay que ser realista, como decía Che Guevarra, pedir lo imposible. Como el capitalismo ya no es nada nos toca ser todo. Podemos seguir investigando sobre el desfalco de la nación y hacer pagar a los responsables, gracias a una justicia independiente, la estafa económica. Podemos rechazar la deuda nacional en razón de la situación grave del país y reorientar de este modo los presupuestos en dirección de la salud, la educación, los ancianos, y la agroecología por ejemplo. Más profundo y real sera el cambio si se opera una transformación social de gran amplitud. Lo que puede empezar al nivel local. Y si otra vez nos toca elegir un líder que nos represente, que sea por lo menos un compañero o una compañera como nosotros, y que se adapte a la moral zapatista que no vale únicamente en Chiapas : mandar obedeciendo.

m.motard671@laposte.net

 



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