Trapos sucios del Dojo Dojito, no son lavables

Hay tanta mugre inmoral en RR que no despercude; lo que se está sabiendo por denuncias en el norte, es de cuantiosa suciedad, no hay detergente político capaz de blanquear inmundicia anónima que bajo remoquete de "Funcionario B" cobró comisión del 10% adjudicando jugosos contratos para construcción de generadores eléctricos para PDVSA, recibió finezas y confort para su prole Imagínense lo inmenso de sus delitos que hasta EEUU abre investigaciones y le relaciona con blanqueo de dinero en Andorra y cuentas en bancos de Suiza.

¿En qué parte del mundo se va ocultar RR ahora que está cuestionado por su mismísimo jefe? Sí que se sabe que la rubia ex fiscal aupó cuanto delito pasó por sus manos y extorsionó a Reimundo y a todo el mundo; pero, pregunta de las 64 mil lochas sigue vigente: ¿Cuál es el secreto para que se cometan delitos de este tamaño, como los de la rubia y el rubio y que pasen 14 años uno y 10 años la otra sin que nadie se percate de su magnitud y del daño patrimonial; cuál es la magia que desaparece o esconde evidencias, dónde carajo estaba, estuvo y está la Contraloría General, que le pasaron el que te conté por la cara y ni espabiló ni pestañó, dónde carajo es qué se hace contraloría, en oficina?

La imagen del bum tiene anuencia publicitaria; ya lo de la rubia ni hace bulla y con el tiempo quedará sin efecto alguno el acto judicial y libres los culpables representados por grandes señores y señoras debido al poder que genera sus riquezas mal habidas, pero que cuentan con el dolo/aval de un mundo donde el capital subsana delitos, crímenes, corruptela y chanchullos, con solo borrón y cuenta nueva; habrá negociaciones y los capitales llegarán a un acuerdo y la justicia internacional se hará la desentendida, dará el compás del olvido y otros sucesivos escándalos serán noticia. Para ellos/as nunca habrá extradición y se ocultarán entre las multitudes del norte, escribirán desde sus madrigueras los argumentos de defensa de su indefendible inocencia; y de seguro tanto el Dojo Dojito como la pelucona de la rubia quedarán fuera del alcance de toda justicia



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Omar Ignacio Pinto


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