El burdel – (o el amor loco de EE UU por nosotros)

No se crea que Trump es un loco que ganó las elecciones por su mero capricho de llegar a ser presidente de los EE UU, y que el mundo ahora está anonadado, sorprendido. Sandeces. No señor. Él proviene de una casta de dueños de casinos y burdeles, de promotores de negocios de misses y strippers, muy faranduleros y calaveras, que trae un plan muy bien meditado por sus think tanks para convertir al planeta en una granja o en factorías dedicadas al DULCE ENTRETENIMIENTO de prostitutas, chulos, rufianes, apostadores, cabrones, aguantadores, proxenetas, sicópatas de garitos, pederastas, violadores y tratantes de blancas. El mundo ideal del capitalismo en su esencia es realmente el llegar a convertir el planeta en un inmenso y avasallador garito. Recuerdo que Marlon Brando dijo en una ocasión (1975): "Si los rusos nos llegaran a invadir, en un año los corromperíamos a todos…".

(Lo que aquí sostengo era común verlo en los campos petroleros nuestros, viene reflejado en novelas como "Mene", "Oficina Nº 1", "Fiebre"…, y el mismo borracho y degenerado de Míster Danger (en "Doña Bárbara") es un perfecto Trump en los llanos venezolanos).

Trump está prometiendo devolverle a Venezuela su very, very beautiful burdel que tuvo en el pasado: las redes de loterías, las carreras de caballo, los carnavales con sus ríos de caña y de sangre: Sábado Sensacional, las burdas telenovelas, Bienvenidos, la guerra de los sexos, … Esa es la contraparte en nuestros países "subdesarrollados" de lo que nos toca del Sueño Americano.

(En ningún momento en lo que aquí digo hay para nada la intención de ofender al sexo femenino, uno que es tan feminista, OJO).

Esto no es cuento ni exageración ninguna, señoras y señores, estoy es muy serio y debería ser tema de investigación en los centros académicos del mundo.

Todos los historiadores y pensadores modernos han concluido en sus últimos análisis que Estados Unidos más allá de considerar a los países "subdesarrollados" como de mierdas, en realidad los ve y los concibe como reductos para montar en ellos descomunales lupanares. La idea mágica y portentosa del capitalismo apunta a hacer un sólido prostíbulo de todas esas "miserables y pordioseras" poblaciones que para ellos nunca podrán salir de abajo (y no le debe quedar otra cosa que producir rameras a granel). Ahí está lo que se ve en Cúcuta con muchas jóvenes nuestras haciendo negocio con el porno Webcam (que lo pagan en dólares). Cuba fue un burdel, lo mismo que Vietnam del Sur, como lo va siendo parte del oriente medio, como lo va siendo cada vez más Corea del Sur, Filipinas, y como se proyecta en casi toda América Latina y África. Recuerdo a un Think Tank gringo que decía: "Nosotros tenemos un poder corruptor inmenso, demoledor e incontrolable. A donde llegamos aparecen los casinos, los bares de lujos que son verdaderos lenocinios, los alucinantes strippers, las virguerías tecnológicas para consolidar en cada lugar a la pornografía (disfrazadas con el seráfico nombre de ENTRETENIMIENTOS); para dotar a los borregos alucinados con los consoladores, las artes de los placeres sádicos, las parafernalias todas del sadomasoquismo en tiendas y videos,…". Y para que en llegando los mariners, toda esta locura traspase los cielos con violaciones a sin control, de modo que no puedan existir leyes capaces de castigarlas.

Sodoma y Gomorra planetarium.

En un somero vistazo a América Latina, insistiremos, Estados Unidos ha podido levantar imperios asquerosísimos con sus floridos lupanares en Colombia, Perú, Chile, Brasil, Argentina, Paraguay, en toda Centroamérica y el Caribe, y especialmente en México. De modo que estamos asediados, y he allí la razón de todo ese odio que destilan esas madames de la prostibulería gringa continental, el Rajoy, el Macrón, el Trudeau, el Santos, Uribe, Piñera, Macri, Temer, exigiendo que urgentemente Venezuela sea incorporada al gran club de prostitutas del planeta.

De ahí pues, para los ingenuos que creen que los gringos nos aman, que se conmueven con la obsesión de los gringos por nosotros, les mostraremos que esos merodeos seductivos realmente colindan con turbiedades morbosamente aberrantes; nos tienen más ganas que a Colombia (brothel number One), más ganas que a México (brothel number Two) y Perú, que a Brasil y Argentina… Coño, que "amor" tan sadomasoquista, superior a cuanto relata Sade en "Justine o las desventuras de la virtud". Es una enloquecida necesidad de posesión tal, que por ella hasta sale a hacer una gira por Latinoamérica Rex Tillerson, el jefe del gigante petrolero Exxon Mobil. Su desmedida apetencia le impide guardar las formas del empellón abrumador que lleva y trae dislocado en sus entrañas.

Es que los gringos llevan 18 años sin violarnos, sin poder sosegarse echándonos un encanallado revolcón…

Son muchos años, digo…

Este gran ardor lascivo de los gringos por Venezuela es tan tormentoso, que ni un solo día dejan de pensar en nosotros; es tan desaforado que tiemblan por este incesante acoso, la Nikki Haley en la ONU, que corre a Madrid cual lobo atormentado, Thomas Shanonn (a competir por los ataques impúdicos que nos echa Rajoy). Van así los gringos por el mundo mostrando sus temblorosos labios de sátiros impotentes cada vez que nos mencionan; se les caen las babas y sienten en cada gimoteo que tienen bajo sus moles de ranas plataneras a Venezuela, lista para volver a ser ramera que había sido siempre.

Las ganas de los gringos por nosotros sobrepasa a todas las ardientes pasiones de todos los desalmados enfermos conocidos en la historia y en la literatura lujuriosa universal. Más aún, debe decirse, es una locura que ya sobrepasa los niveles de la más infame putería.

Es una ansia pornográfica tan ardiente que ellos la mientan sin pausa ni reparo, repito, en la ONU, en la OEA, en la UE, en HRW, SIP, OIT, en el grupo de Grupo de Lima, …

Es que los gringos ven a Venezuela como a una gozona hembra que tuvieron en sus brazos hace ya bastante tiempo con la que se revolcaron incesante y lúbricamente, con la que retozaron y batuquearon como les dio la gana; sencillamente todavía no dejan de recordarla como a una tipa facilona a la que se le pagaba bajo cuerda para que entregara sus encantos... Que le sacaron durante un siglo todo el jugo que quisieron, a la que le echaban unas joyitas de mala muerte para que se acicalara y apareciera ante el mundo algo decentita, algo arregladita y más o menos disfrazada de señorita. El asunto de LAS APARIENCIAS, que es lo que más importa en el capitalismo. En el fondo, aquella Venezuela estaba estragada, perforadas horriblemente en todos sus campos, humillada y ultrajada, pero así es el destino de algunas "busconas" o "bichas" que no se dan su puesto, según un decir de las aureoladas personalidades del mundo civilizado de occidente (a quienes les encantan las muy regaladas…).

Poco a poco, luego de muchos desplantes ahora son los gringos quienes se sienten ofendidos y sufren enormes deseos de "rescatar" a aquella otrora mesalina, tan poco recatada, y que a la vez fue por siglos tan dúctil y manoseada por los pervertidos europeos. La quieren alimentar a su gusto con sus mierdas artificiales tan buscadas por los chulos y proxenetas imperiales; la quieren cuidar con sus medicinas y ungüentos tan finos. Se han vuelto los gringos repentinamente muy humanitarios, ellos los genios y malandros engendradores y visitadores de burdeles: insuperables crápulas, asesinos y explotadores. ¡Oh!, ahora se han vuelto tan tiernos que son el alma de las AYUDAS HUMANITARIAS del planeta. Please –gritan- "open your legs Venezuela, what we have for you is a recipe for forceps, whippers, chains, pulleys, masks and whips", y con eso te liberaremos y volverás a ser feliz como siempre lo fuiste durante la IV,…, y no es que tu destino tenga que ser el de una puta… No, no señor,… te tenemos reservado otro nidito, más purulento, más apestoso para que junto con Colombia y Perú seas la triada de las orgías más desquiciantes con coca y marihuana…, a la francesa…



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José Sant Roz

Director de Ensartaos.com.ve. Profesor de matemáticas en la Universidad de Los Andes (ULA). autor de más de veinte libros sobre política e historia.

 jsantroz@gmail.com      @jsantroz

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